Los socialistas temen que la euforia lleve a la desmovilizaci¨®n
La guerra de la derecha beneficia a los socialistas mucho m¨¢s de lo esperado. Pero las cosas van tan bien que el gran riesgo es la abstenci¨®n si se da por hecha la victoria, como en Andaluc¨ªa
En el PSOE no salen de su asombro. La ca¨®tica campa?a del centro derecha, con guerras diarias entre los tres aspirantes al liderazgo de ese bloque y meteduras de pata constantes, les est¨¢ dejando un espacio enorme. En el Gobierno est¨¢n descolocados. El escenario es tan bueno que surge el v¨¦rtigo: ?y si todo se pone tan claro que hay una desmovilizaci¨®n de la izquierda como en Andaluc¨ªa? Los socialistas casi est¨¢n deseando que alguna encuesta de que la derecha s¨ª puede sumar, para bajar la euforia y mantener la movilizaci¨®n. Una participaci¨®n por debajo del 70% podr¨ªa ser letal para el bloque de centro izquierda.
Por eso, mientras en la derecha vuelan los cuchillos, PSOE y Podemos parecen tener una especie de entente cordial para movilizar cada uno en su espacio. ¡°Les estamos dejando pista libre. Ellos son muy importantes para pasar del 70% que necesitamos¡±, explican en la c¨²pula de la campa?a socialista. Podemos competir¨¢ abiertamente con Vox y Ciudadanos por esos esca?os clave en las provincias de tres, cuatro y cinco. El regreso de Pablo Iglesias les ha devuelto al juego, pero no niegan que lo tienen muy dif¨ªcil. ¡°Nos han sucedido todas las desgracias posibles. Seguramente hemos perdido un voto clave, el de los padres que votaban arrastrados por sus hijos que se hab¨ªan pasado a Podemos. Pero hemos entrado bien en la precampa?a. Ahora hay que reconectar con el electorado. Los debates ser¨¢n muy importantes¡±, se?alan en la direcci¨®n de Podemos. S¨¢nchez es el que menos tiene que ganar en ellos, y por eso no est¨¢ claro si aceptar¨¢ muchos. Todo indica que no, aunque la decisi¨®n no est¨¢ tomada.
El giro es tan espectacular que algunos a¨²n no se lo acaban de creer. Hace solo tres a?os, el PSOE se libr¨® del sorpasso de Podemos por menos de 400.000 votos. Ahora podr¨ªa triplicarle en esca?os. Hace solo un a?o parec¨ªa imposible que volviera al Gobierno. Ahora puede tener hasta dos opciones para seguir en ¨¦l.
Lo que m¨¢s inquieta en el PSOE y el Gobierno es precisamente que se instale la idea de que est¨¢ hecho. Pero para evitarlo cuentan con dos aliados. Uno: despu¨¦s de las elecciones andaluzas, nadie se cree las encuestas. Dos: la campa?a de la derecha parece dise?ada para movilizar a la izquierda. No solo por meteduras de pata como la de Adolfo Su¨¢rez Illana con el aborto, sino sobre todo porque Pablo Casado y Albert Rivera hablan ya abiertamente de coalici¨®n y bromean con los ministerios que les tocar¨ªa a cada uno.
Un miembro del Gobierno, tan estupefacto como todos ante unas ayudas de los rivales que no esperaban, plantea un nuevo formato: el contramitin. En vez de salir Pedro S¨¢nchez a hablar, se saca un v¨ªdeo con las cosas m¨¢s estridentes de PP, Ciudadanos y Vox. ¡°En bucle, como en El Intermedio¡±, bromea.
Y sin embargo, pese a la euforia, los que miran de verdad los n¨²meros y temen el tradicional voto oculto de la derecha tienen claro que el bloque PP-Cs-Vox podr¨ªa sumar y el gran resultado del PSOE no servir¨ªa para nada salvo la cuesti¨®n interna: S¨¢nchez, con un grupo parlamentario monol¨ªtico y sus rivales en horas bajas, podr¨ªa seguir sin problemas al frente del partido. Incluso los m¨¢s cr¨ªticos con el presidente admiten que eso ya no est¨¢ en cuesti¨®n. ¡°S¨¢nchez ahora mismo podr¨ªa nombrar senador a su caballo, como Cal¨ªgula, y no pasar¨ªa nada¡±, bromea uno de ellos para resumir el enorme poder que acumula.
En el PP est¨¢n muy inquietos ante una campa?a que en privado algunos critican como ca¨®tica, pero los fieles a Casado explican que ¨¦l no tiene muchas opciones porque necesita parar a Vox, y eso le saca constantemente de su eje. De hecho, creen que lo est¨¢n consiguiendo. Dirigentes de la c¨²pula del PP y de Ciudadanos, adem¨¢s de varios encuestadores consultados, coinciden: los datos se?alan que Vox se estar¨ªa frenando por debajo del 12%. Este dato es clave, porque a partir de ah¨ª los esca?os se multiplican exponencialmente. ¡°No es lo mismo el coste para Ciudadanos de un Vox con 20 esca?os que d¨¦ apoyo externo a un pacto PP-Ciudadanos, como en Andaluc¨ªa, que un Vox con 40 diputados que exija tomar decisiones. A¨²n as¨ª, como en Andaluc¨ªa, ellos no tienen margen para no apoyar un Gobierno PP-Cs y darle el poder a S¨¢nchez¡±, se?ala un dirigente naranja.
Nadie se f¨ªa de Vox. Sus actos se desbordan, los soci¨®logos ven en sus votantes una convicci¨®n enorme. El PSOE y ellos son los ¨²nicos que suben en las encuestas y logran esos actos arrebatados que tanto gustan a los l¨ªderes aunque no tienen por qu¨¦ traducirse en votos.
S¨¢nchez sigue una campa?a dise?ada al mil¨ªmetro, pensada hace meses, en la que apenas hay espacio para el riesgo. El presidente evita a la prensa en sus actos y no entra a las pol¨¦micas del d¨ªa. Los problemas vienen por los dirigentes que se salen del guion, como Miquel Iceta. Pero ni siquiera la crisis catalana parece esta vez capaz de complicar en serio la campa?a de S¨¢nchez.
Bastaba acudir a dos importantes citas del PSOE y el PP esta semana para ver el contraste. El mi¨¦rcoles, los socialistas presentaron 110 medidas del programa en un acto controlado, con dos docenas de banderas de Espa?a y de la UE como fondo, y un guion estricto del presidente para no decir una palabra de nada que no fuera su programa, tambi¨¦n pensado para evitar estridencias.
El PSOE va por delante y tiene el poder. Prefiere no arriesgar. Son los aspirantes los que tienen que jug¨¢rsela. El jueves, Casado present¨® a los candidatos en Madrid con un acto al aire libre en la Puerta de Alcal¨¢ donde s¨ª admiti¨® preguntas y se centr¨® en su pelea con Rivera por esa posible coalici¨®n tras las elecciones. Algunos en el PP se desesperan con esta f¨®rmula de Casado, que siempre atiende a la prensa y habla de todo. ¡°Todav¨ªa no tenemos un l¨ªder, tenemos un portavoz¡±, resume uno de los que le apoyan. ¡°Pero no es f¨¢cil. Est¨¢ intentado recuperar una marca hundida. Solo lleva nueve meses, y nada de lo que pas¨® estaba previsto: no ¨ªbamos a perder el poder con una moci¨®n de censura, ni ¨ªbamos a hacer primarias, ni iba a dejar de presentarse Feij¨®o, ni iba a ganar Casado, ni iba a haber elecciones tan pronto. Solo ¨¦l y Aznar pueden frenar a Vox, pero es dif¨ªcil, es algo amorfo, es un sentimiento, la gente quiere votarles como autoafirmaci¨®n. Da igual qu¨¦ candidatos tengan¡±, se desespera.
Nada est¨¢ escrito, con cinco partidos en liza por primera vez en la historia todo se mueve cada d¨ªa. Y ese 30% de indecisos cambiar¨¢ en la ¨²ltima semana, con los debates y los imprevistos de campa?a. ¡°Todav¨ªa estamos en los aperitivos de la boda. Lo bueno llega despu¨¦s de Semana Santa¡±, resume un estratega del PSOE. Los socialistas son favoritos, pero no pueden confiarse. El riesgo de morir de ¨¦xito est¨¢ siempre encima de la mesa en unas elecciones imprevisibles.
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