La patria o las cosas de comer
Se agitan banderas, pero de las minucias de la gesti¨®n p¨²blica apenas se debate
Hay momentos en que la campa?a se adentra en un aire que parece impregnado por el esp¨ªritu de Vox. En la visi¨®n de la pol¨ªtica de Santiago Abascal, la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos se despacha como una mera cuesti¨®n t¨¦cnica. Seg¨²n ¨¦l, lo que de verdad importa no es ¡°el plan de urbanismo, ni el horario escolar, ni el alumbrado de las calles¡±. ¡°Son debates en los que me da casi igual una cosa que su contraria¡±, reconoce el l¨ªder de Vox. Lo que debe dirimirse en la arena p¨²blica son ¡°los sentimientos y las convicciones: el honor, el patriotismo y cosas as¨ª¡±.
Es la forma de entender la pol¨ªtica que Abascal expone en Espa?a vertebrada, inenarrable libro de conversaciones con el escritor-fan Fernando S¨¢nchez Drag¨®. Una visi¨®n de la actividad p¨²blica con ejemplos muy semejantes en el bando m¨¢s opuesto al de Abascal: ah¨ª est¨¢ Quim Torra, que dedica cada minuto de su tiempo a construir la Rep¨²blica, mientras en los hospitales se acumulan las listas de espera.
Entre Abascal y Torra, el largo aperitivo de la campa?a del 28-A ¡ªaunque no lo parezca, la oficial empieza de verdad la pr¨®xima medianoche¡ª ha transcurrido hasta ahora bajo el estr¨¦pito de los grandes conceptos. Se agitan banderas, se habla en nombre de la Naci¨®n, se invoca a los muertos, la Constituci¨®n est¨¢ en boca de todos, restallan palabras como comunismo, terrorismo, franquismo... De las minucias de la gesti¨®n p¨²blica, apenas se debate. Hasta la pol¨ªtica econ¨®mica sufre para hacerse notar entre la ch¨¢chara sobre los toros y la caza.
La izquierda intenta dar un giro a la agenda. La cuesti¨®n catalana no es la mejor baza electoral para PSOE y Podemos, as¨ª que ambos tratan de jugar en el terreno en que se sienten m¨¢s fuertes, el social. Eso no quiere decir que cedan a sus contrarios el monopolio de las palabras solemnes. En un aula abarrotada de la Universidad de M¨¢laga, Pablo Iglesias tambi¨¦n invoc¨® ayer la patria y la Constituci¨®n, cuyos art¨ªculos sociales ha convertido ahora en gu¨ªa de su programa. La patria de Iglesias no es la misma que la de Abascal. La del l¨ªder de Unidas Podemos, seg¨²n explic¨®, es ¡°la patria de los hospitales, la de las escuelas, la de los servicios p¨²blicos...¡±. ¡°La patria de las cosas de comer¡±, resumi¨®. Una patria distinta, aunque tambi¨¦n susceptible de ser traicionada. Privatizar una empresa p¨²blica para que acabe en manos de una ¡°multinacional extranjera¡± es, seg¨²n Iglesias, una ¡°traici¨®n a Espa?a¡±. La palabra ¡°casta¡±, desaparecida hace tiempo del vocabulario de Podemos, se llegaba a intuir como un eco lejano cuando Iglesias ley¨® ante los estudiantes de M¨¢laga los nombres, uno por uno, de decenas de dirigentes pol¨ªticos que han pasado por los consejos de las grandes compa?¨ªas energ¨¦ticas.
A las ¡°cosas de comer¡± regres¨® ayer el l¨ªder del PP, tras sus escarceos de los ¨²ltimos d¨ªas con el espectro de ETA. La incursi¨®n de Pablo Casado en lo social ¡ªm¨¢s involuntaria que otra cosa¡ª acab¨® suscitando un amago de debate, algo inaudito en esta campa?a tan parecida a una competici¨®n de mon¨®logos. La conversaci¨®n del presidente popular en Onda Cero transcurr¨ªa por los caminos habituales. Casado intentaba convencer al periodista Carlos Alsina de que ¡°S¨¢nchez pact¨® con Torra la autodeterminaci¨®n en Pedralbes¡±. ¡°Y de eso van las elecciones¡±, sentenci¨®. Cuando el entrevistador cambi¨® de tercio y pregunt¨® por el salario m¨ªnimo, el l¨ªder del PP dijo que ¨¦l solo respetar¨ªa lo pactado por el Gobierno de Rajoy con sindicatos y patronal. Es decir, 850 euros para 2020, cuando S¨¢nchez ha aprobado 900 para este a?o. Una peque?a bomba, con su secuela habitual: agitaci¨®n en las redes sociales, ataques de los adversarios y Casado que tiene que comparecer de nuevo para decir que todo ha sido producto de una interpretaci¨®n maliciosa; una, c¨®mo no, ¡°fake new¡±. De ese modo, ef¨ªmeros y confusos, se cierran ahora los debates pol¨ªticos.
El resbal¨®n de Casado lleg¨® en un d¨ªa en que el PP concentraba sus ataques en desacreditar la encuesta del CIS. La sorpresa fue que el propio presidente del organismo echase una mano a los populares. ¡°No acabo de ver que el PP haya ca¨ªdo tanto¡±, dijo Jos¨¦ F¨¦lix Tezanos a Pepa Bueno en la SER, corrigiendo a su propio instituto. Los populares tampoco lo ven, pero cada d¨ªa intensifican m¨¢s los ataques a Vox y los llamamientos al ¡°voto ¨²til¡±. As¨ª, al menos, lo denominaba la izquierda en los tiempos en que solo ella sufr¨ªa la fragmentaci¨®n. Aquejada ahora del mismo virus, la derecha prefiere llamarlo ¡°optimizar¡± o ¡°concentrar¡± el voto.
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