Vox, ?acusa o defiende?
La actuaci¨®n de la acusaci¨®n popular se convierte con frecuencia en una baza para los pol¨ªticos presos
El abogado de Vox Javier Ortega Smith toma la palabra y pregunta a uno de los polic¨ªas que intentaron impedir el refer¨¦ndum ilegal:
¨C?Les lanzaron objetos al abandonar el colegio?
¨CNo.
¨C?Y hab¨ªa encapuchados?
¨CNo.
¨CNo hay m¨¢s preguntas¡
Este testigo en cuesti¨®n acaba de tirarse un cuarto de hora detallando, a preguntas de los fiscales y de la abogada del Estado, las perrer¨ªas que les hicieron los manifestantes concentrados en la puerta de un colegio electoral ¨C¡°nos llamaban fascistas¡±, ¡°nos tiraron una maceta que se qued¨® incrustada en el techo de la furgoneta¡±¨C, pero justo eso que pregunta el abogado de Vox no lo sufrieron. De tal manera que la pregunta logra el resultado contrario al objetivo buscado. Una jornada tras otra, y ya van 30, las preguntas de Vox, en vez de ser las ¨²ltimas del turno de la acusaci¨®n, se convierten en las primeras del turno de las defensas. Llama la atenci¨®n por tanto que Esquerra Republicana haya pedido que los abogados de Vox sean expulsados del juicio hasta despu¨¦s de las elecciones para que no rentabilicen la ¡°repercusi¨®n medi¨¢tica¡±. O los jefes actuales de ERC no prestan atenci¨®n al juicio o puede que Oriol Junqueras, que permanece tan acurrucado detr¨¢s de los abogados defensores que a ratos alcanza la invisibilidad, no les haya informado de que, por el momento, los abogados de Vox no suponen ning¨²n peligro sino m¨¢s bien lo contrario.
Si la novedad del mi¨¦rcoles fue la existencia de individuos que, disfrazados de esp¨ªas, vigilaban los movimientos de polic¨ªas y guardias, la novedad del jueves es el anochecer de las urnas. Varios polic¨ªas cuentan que, una vez suspendidas las entradas en los colegios, se dedicaron a ver qu¨¦ pasaba con el material electoral una vez que se terminaba la votaci¨®n. Y lo que pasaba, seg¨²n los polic¨ªas, era a ratos c¨®mico ¨C¡°vi a un mosso paseando con una urna en una mano y con su pareja en la otra¡±¨C y a ratos indignante: ¡°La gente se abrazaba a los mossos, que se llevaban las urnas o se las dejaban a la gente para que se las quedara de recuerdo. Hasta un sorteo hicieron¡¡±. La estrategia de la Fiscal¨ªa es traer a un n¨²mero ingente de polic¨ªas y guardias para que, a trav¨¦s de su testimonio repetido, quede claro que los mossos fueron c¨®mplices del refer¨¦ndum. Es un trabajo tit¨¢nico, m¨¢s propio de fragua que de toga, y requiere mucha preparaci¨®n y mucho tino para no dejar cabos sueltos de los que tire el adversario. Y la fiscal Consuelo Madrigal tiene rachas. Hay d¨ªas que interroga de forma eficaz, pero hay otros que pincha en hueso de manera clamorosa. Y hoy las defensas aprovechan la coyuntura.
El abogado Jordi Pina hace un buen interrogatorio, desacreditando el testimonio de un polic¨ªa que cuenta bien las cosas, pero que parece tocado por el don de la ubicuidad. Con la colaboraci¨®n del juez Marchena, que le ayuda a formular sus preguntas de manera clara, Pina toma la lecci¨®n al agente ¨C?estuvo personalmente en este colegio? ?Estuvo en tal otro?¨C, y resulta que el inspector no hab¨ªa acudido a todos los colegios, sino que conoc¨ªa algunos de los hechos por la informaci¨®n de sus subordinados. Al terminar el interrogatorio, hay una cierta euforia en el balc¨®n de las defensas, tan acostumbradas en otras ocasiones a buscar el enfrentamiento con el tribunal. Hoy han optado por la mesura y les ha salido m¨¢s rentable. Al fin y al cabo, fue la desmesura la que trajo aqu¨ª a sus clientes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.