Echarse al monte o volver a la ciudad
El juicio tambi¨¦n expresa el dilema del independentismo entre seguir con el pulso al Estado o acatar la Constituci¨®n
Despu¨¦s de su actuaci¨®n del jueves pasado, el abogado Jordi Pina decide hacer voto de silencio. Hasta cierto punto es un inconveniente, porque la jornada se prev¨¦ plomiza ¨Csigue el desfile de guardias civiles y polic¨ªas contando que no es tan pac¨ªfico el independentista como lo pintan¨C y sus salidas de tono suelen hacer las delicias de la afici¨®n, le dan oportunidad al juez Marchena para lucirse y la prensa consigue rascar alg¨²n titular para salir del paso. Pero, despu¨¦s de la pausa del mediod¨ªa, el abogado de Oriol Junqueras corre sol¨ªcito a llenar el vac¨ªo.
?¨CEs su turno, don Andreu.
?La secuencia no tiene desperdicio. El presidente del tribunal, que tambi¨¦n las ha tenido tiesas con el abogado de Junqueras por su forma, muchas veces despectiva, de interrogar a los testigos, se dirige a Van den Eynde por su nombre ¨Ctal vez para no tener que pronunciar de forma incorrecta su apellido¨C y lo invita a formular su tanda de preguntas. El testigo que tiene delante es un polic¨ªa, pero no uno cualquiera, sino el comisario principal que coordinaba las entradas en los colegios electorales durante el 1 de octubre. Al igual que los agentes que le han precedido y que le seguir¨¢n, el polic¨ªa relata a preguntas del fiscal que, aquella ma?ana lluviosa de domingo, el recibimiento en los colegios fue tremendamente hostil. Insultos, amenazas, patadas y una resistencia pasiva que se convert¨ªa en activa nada m¨¢s verlos llegar. Los ya famosos "binomios" de los Mossos d'Esquadra fueron solo convidados de piedra. ¡°No nos ofrecieron ayuda en ning¨²n momento. Ten¨ªan una actitud contemplativa¡±, llega a decir el agente. El abogado Van den Eynde pregunta entonces al polic¨ªa si los antidisturbios que ¨¦l coordinaba ten¨ªan alg¨²n protocolo para intentar mediar con la gente antes de emprenderla a porrazos.
?¨C?Qu¨¦ ten¨ªa que hacer el agente que llegara? ?Qu¨¦ le ten¨ªa que decir a la gente? ?Tareas de mediaci¨®n?
?¨CCreo que lo he explicado. Adem¨¢s, perm¨ªtame se?or letrado, usted estuvo en el colegio Dolors Monserd¨¤, sabe perfectamente c¨®mo se produc¨ªan las intervenciones en los colegios. De hecho usted hizo mediaci¨®n con el responsable del colegio que fue all¨ª, que vendr¨¢ y lo contar¨¢, porque ¨¦l me ha dicho que era a usted al que le hizo entrega del auto...
La respuesta del polic¨ªa deja helado a Van den Eynde, pero sobre todo sorprende a Javier Melero, el abogado de Joaquim Forn, que abre los ojos como platos, mira a su colega, traga saliva y, finalmente, llev¨¢ndose la mano izquierda al cuello, decide coger el vaso y beber agua. Una vez m¨¢s, la frontera entre los abogados que quieren sacar a sus clientes a toda costa y aquellos que llegaron al juicio siendo activistas y se ir¨¢n por el mismo sendero se hace muy patente. En el ecuador del juicio, que parece que se alargar¨¢ hasta mediados de junio, se est¨¢n produciendo hechos significativos dentro y fuera del Sal¨®n de Plenos que hablan de esas dos actitudes. Una, como Van den Eynden, quiere seguir adelante, cueste lo que cueste, con el pulso al Estado de derecho, y otra, como Melero, prefiere utilizar las armas de la legalidad para minimizar da?os y volver al sendero de la ley y la Constituci¨®n. Desde fuera, esas actitudes est¨¢n representadas por Carles Puigdemont, de un lado, y por Josep Llu¨ªs Trapero, de otro. El expresident sigue presionando a su sucesor impuesto para que siga desafiando al Estado mientras el exjefe de los Mossos env¨ªa un escrito a la Audiencia Nacional en el que se desmarca del independentismo y reitera su ¡°respeto¡± a la Constituci¨®n. Unos siguen ech¨¢ndose al monte y otros quieren volver a la ciudad.
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