El pluriempleo de los abogados
El exdiputado de la CUP Benet Salellas y el candidato de Vox Javier Ortega Smith ti?en el juicio de sus intereses pol¨ªticos
El abogado Benet Salellas sigue a lo suyo. Cada vez que tiene a uno de los polic¨ªas que intervinieron el 1 de octubre sentado en la silla de los testigos, le pregunta:
¨C?Qu¨¦ n¨²mero de identificaci¨®n llevaba usted en la espalda?
¨CEl 4U581 ¨Cresponde a media ma?ana uno de los agentes de las Unidades de Intervenci¨®n Policial que se trasladaron desde Sevilla a Lleida para evitar el refer¨¦ndum ilegal.
El abogado lo anota a mano, cuidadosamente, y luego sigue preguntando cosas del tipo: ¡°?la gente les regalaba claveles?¡± o ¡°?la gente cantaba canciones del tipo somos gente de paz?¡±. Habitualmente, los agentes responden ¡°no lo recuerdo¡± o ¡°yo estaba a lo m¨ªo¡±, pero de vez en cuando el polic¨ªa o el guardia civil interpelado responde con un rotundo: ¡°No, lo que dec¨ªan era: 'sois unos hijos de puta, perros de Rajoy, os vamos a matar¡±. El abogado no se inmuta. Aunque mira a los agentes de medio lado, se nota que disfruta cuando le pide la documentaci¨®n a un poli tras otro. Y es l¨®gico. Salellas, adem¨¢s de uno de los tres abogados de Jordi Cuixart, es un destacado pol¨ªtico de la CUP que lleg¨® a ser diputado auton¨®mico del 2015 al 2017 y que suele escoger a sus clientes ¨Co ellos a ¨¦l¨C entre quienes queman fotos del Rey o participan en algaradas alrededor del Parlament. De un tiempo a esta parte, y despu¨¦s de que los abogados Andreu Van den Eynde y Jordi Pina hayan graduado su enfrentamiento con el tribunal, ha decidido enarbolar la peligrosa bandera de los abogados rebeldes. Peligrosa, sobre todo, para Jordi Cuixart, quien aunque haya encontrado la felicidad en prisi¨®n ¨Cseg¨²n asegura su bi¨®grafa¨C, se enfrenta a una petici¨®n de condena de 17 a?os de c¨¢rcel por el delito de rebeli¨®n.
Ya durante las jornadas anteriores, Salellas estuvo a punto de sacar de sus casillas al juez Manuel Marchena, pero este mi¨¦rcoles, por fin, ha conseguido con creces lo que sin duda ven¨ªa buscando:
¨CNo vamos a discutir usted y yo ¨Cle advierte Marchena sobreponiendo el tono de su voz a la queja que intenta mantener viva el abogado¨C, lo que le digo es que no haga preguntas que no est¨¦n dirigidas, en su inter¨¦s, al tribunal. Porque entonces est¨¢ usted perdiendo el tiempo y nos lo est¨¢ haciendo perder a nosotros.
La bronca se inicia durante el interrogatorio de un agente. El abogado de Cuixart le ha preguntado si se interes¨® por una persona que hab¨ªa ca¨ªdo lesionada al suelo. El agente le dice que no, que cuando terminaron su actuaci¨®n se marcharon. Marchena interviene para decirle al letrado que los ¡°sentimientos piadosos o no piadosos¡± del polic¨ªa no tienen trascendencia jur¨ªdica y que vaya al grano.
La cuesti¨®n de fondo es que, una vez superado el ecuador del juicio y despu¨¦s de la declaraci¨®n del ¨²ltimo de los 186 polic¨ªas y guardias civiles citados como testigos ¡ªy no como imputados¡ª, ya casi nadie enga?a a nadie en el Sal¨®n de Plenos. Ha quedado claro que los tres abogados de Cuixart, como sus antagonistas de la acusaci¨®n popular ejercida por Vox, tienen intereses pol¨ªticos que van m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente jur¨ªdico. Benet Salellas, exdiputado de la CUP, y Javier Ortega Smith, candidato de la ultraderecha al Congreso de los Diputados, hacen preguntas que no se entender¨ªan sin el r¨¦dito pol¨ªtico que ambos persiguen. Unas preguntas que dif¨ªcilmente ser¨ªan aceptadas por un tribunal menos preocupado por su apariencia de imparcialidad. Y de no tratarse de un juicio de esta relevancia, retransmitido en directo y con la sombra siempre presente del m¨¢s que probable recurso a Europa.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.