La caza descubre el arma de la pol¨ªtica
Un d¨ªa con 200 tiradores en Valladolid revela un mundo que se siente atacado y ve en Vox al primer partido que les defiende
Los cazadores espa?oles se sienten como presas: acosados, atacados, perseguidos. Escucharlos, como el pasado domingo en un campeonato de Espa?a de tiro en las afueras de Valladolid, es bastante impresionante. Gente de todas partes del pa¨ªs, m¨¢s de 200 cazadores, realmente preocupados y dolidos, sin que el resto del mundo sea consciente de que les pasa algo. Da una sensaci¨®n n¨ªtida de entrada en otra realidad y esa es una de las claves del asunto: cada vez hay m¨¢s peque?os mundos sociales donde se crean estados de ¨¢nimo contra un enemigo exterior. Para lo que interesa en este momento, son electores aislados en un circuito cerrado de informaci¨®n. Para un partido, detectarlo es una mina. Con la caza, Vox es ese partido.
Sucedi¨® en las elecciones andaluzas, la comunidad con m¨¢s cazadores federados, unos 100.000, donde el partido de Santiago Abascal supo canalizar su descontento. Ahora, ante las generales, lo cierto es que en Espa?a hay un mill¨®n de cazadores. Hablando con una docena de ellos, reconocen que hay de todos los partidos, pero son muy sensibles con su afici¨®n y puede que influya en su voto. ¡°Lo primero para un cazador es la familia, y luego la caza¡±, dice Jes¨²s Hern¨¢ndez, presidente de la Federaci¨®n de Caza de Valladolid. Porque el otro dato interesante es este: para muchos Vox es un partido m¨¢s. No ven ninguna l¨ªnea roja y que les defienda en lo suyo puede ser raz¨®n suficiente para votarles. La verdad es que la mayor¨ªa de estos cazadores no conoc¨ªan el resto de su programa o no les parec¨ªa que el miedo a Vox sea para tanto. En este descampado a las afueras de Valladolid, en el centro cineg¨¦tico Faustino Alonso, disparan sus escopetas fontaneros, alba?iles, comerciantes, peque?os empresarios de construcci¨®n.
Es un voto muy emocional, escapa a esquemas cl¨¢sicos. Los cazadores describen una situaci¨®n insoportable y casi parece que Espa?a entera est¨¢ en su contra. Hablan en plural de ¡°ellos¡±, de ese enemigo que les hace la vida imposible, y al final hay que preguntar con perplejidad: ?pero qui¨¦nes? ¡°?Ellos, los animalistas!¡±. Se refieren a grupos de activistas y al Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA), en auge desde hace a?os, 286.000 votos en las ¨²ltimas elecciones de 2016. Y que en 2015 y 2016 super¨® en el Senado el mill¨®n de votos. Lo m¨¢s interesante es que la percepci¨®n de esta hostilidad se limita casi exclusivamente a las redes sociales. Sin ellas la vida seguir¨ªa igual. Sabr¨ªan que hay gente que les odia, pero casi nunca se la encontrar¨ªan. Pero ahora hay decenas de comentarios macabros alegr¨¢ndose de la muerte de un cazador en un accidente.
De la docena de cazadores que charl¨® con este peri¨®dico ninguno ha tenido incidentes directos. Solo Pilar S¨¢nchez, responsable de la Federaci¨®n de Caza de Castilla y Le¨®n, cuenta que est¨¢ harta de coger el tel¨¦fono de la oficina y que la llamen asesina: ¡°Es imposible razonar con ellos, al final cuelgo¡±. S¨ª se relatan otros episodios que se han conocido por otros: protestas que irrumpen en monter¨ªas, a uno que le pintaron el coche o le pincharon las ruedas. Tambi¨¦n se cita, como parte de una operaci¨®n global que les financia, a la fundaci¨®n suiza animalista Franz Weber y al financiero y fil¨¢ntropo George Soros. Y critican a los medios, a quienes acusan de dar amplio eco a los animalistas e ignorar a los cazadores o incluso censurarles. Como caso extremo, se cita el suicidio de la cazadora y bloguera de la revista Jara y Sedal Mel Capit¨¢n, en 2017, que en el sector se asocia al acoso que sufr¨ªa en las redes sociales.
Entre el eco de los disparos se ven bastantes mujeres, un 10% de los inscritos, y ya hay monter¨ªas solo femeninas. Beatriz Laparra, de Albacete, tiene 22 medallas de oro mundiales de tiro: ¡°En la sociedad que vivimos nos vemos muy acosados, estamos muy mal vistos. Solo por el hecho de desenfundar una escopeta, y eso que yo ya solo tiro al plato. En redes sociales me han llamado de todo, asesina, y no les pasa nada¡±. El otro frente de malestar es legal, sienten que cada vez les ponen m¨¢s trabas. ¡°No podemos contar con campos de tiro, la ley es muy restrictiva. Tenemos que irnos a Francia, Portugal, Italia¡±.
Es un mundo en retroceso y que se siente amenazado. Cada vez hay menos caza, legislaci¨®n m¨¢s restrictiva, caen las licencias por la edad. Pero sobre todo la caza es un universo tradicional que se siente cuestionado y ridiculizado por gente ¡°que se cree por encima del bien y del mal¡±, muy descolocado con ideolog¨ªas y modas. Hern¨¢ndez recuerda un episodio que le dej¨® de piedra el verano pasado, en La Manga del Mar Menor. ¡°Hicimos relaci¨®n con un grupo de gente, y un d¨ªa dije que era cazador. Se levant¨® una chica de veintitantos a?os y me dijo: 'Yo cre¨ªa que estaba hablando con gente normal, perm¨ªteme que no tenga m¨¢s conversaci¨®n con vosotros'. Y se larg¨®. Est¨¢s en la playa, tomando un pincho y de repente no quiere convivir contigo¡±. Vox ha articulado ese malestar y le ha dado voz. Ahora muchos cazadores se sienten escuchados por primera vez. Han tomado conciencia pol¨ªtica como colectivo (aseguran que es la segunda federaci¨®n de Espa?a por n¨²mero de afiliados, unos 400.000, junto al baloncesto). Coinciden en que nunca se ha hablado tanto de pol¨ªtica entre cazadores como ahora. En las elecciones andaluzas se cre¨® la etiqueta #Lacazatambi¨¦nvota, y para el 28 de abril la han adoptado todas las federaciones.
Ahora creen que pueden influir en las decisiones, tienen expectativas. ¡°Esperamos que por fin se reconozca el mundo de la caza, porque hasta ahora parec¨ªa que ten¨ªamos que escondernos por los rincones, y esto es un deporte, y es legal, no es matar por matar. Nos atacan, se meten con nuestro mundo. Queremos un respeto que nos debe la ciudadan¨ªa espa?ola¡±, opina Laura Cuenca, responsable de la Federaci¨®n Espa?ola. ¡°Hasta ahora nadie se hab¨ªa interesado. O luego te enga?an: el PP quit¨® el Toro de la Vega de Tordesillas, una tradici¨®n de muchos a?os¡±, dice Antonio Bermejo, presidente del coto de Alaejos.
En Castilla y Le¨®n, con un 88% del territorio dedicado a la caza, la acci¨®n del PACMA ha tenido un efecto real. Su recurso ante el Tribunal Superior de Justicia contra la normativa logr¨® paralizar la caza todo el mes de marzo. Al final las Cortes regionales lograron levantar la prohibici¨®n con una modificaci¨®n de la Ley de Caza de 1996. Todos los partidos lo apoyaron, salvo Unidos Podemos, que se abstuvo, e IU, que vot¨® en contra. Pero en el mundo cineg¨¦tico cundi¨® la alarma. ¡°El miedo es que gane alguien que haga m¨¢s restricciones¡±, opina Abel Ampudia, cazador y due?o de una armer¨ªa.
Hay algo m¨¢s en la gestaci¨®n de un nuevo sujeto pol¨ªtico hasta ahora sin identidad clara. El concepto y la sem¨¢ntica van m¨¢s all¨¢: no es solo la caza, es el mundo rural en conjunto, enfrentado al urbano, que se siente incomprendido. Vienen a decir que estos animalistas luego no saben distinguir un huevo de fais¨¢n de uno de codorniz. La famosa Espa?a vac¨ªa es solo un ¨¢ngulo del problema. ¡°No queremos ser el parque tem¨¢tico del mundo urbano. El mundo rural est¨¢ llegando de una vez por todas a la opini¨®n p¨²blica, pero no lo hemos buscado, es por los ataques de los sectarios, fundamentalistas, que quieren quitarnos nuestras libertades¡±, explica Felipe Vegue, de la Oficina Nacional de Caza.
El pasado mes de febrero se present¨® un nuevo lobby, que se declaraba como tal, llamado Alianza Rural. Re¨²ne a la federaci¨®n de caza, la de pesca, el sindicato agrario ASAJA, la Asociaci¨®n de Criadores del Toro de Lidia y Circos Reunidos. Afirman que representan los intereses de hasta 10 millones de personas del mundo rural.
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