Una juez archiva la segunda causa de un grupo de temporeras de Huelva
Para la magistrada no existen indicios que sustenten la versi¨®n de diez mujeres que denunciaron impagos, falta de comida y alojamientos deficientes
Una juez de Huelva ha archivado provisionalmente la causa contra un empresario de la fresa denunciado por 10 temporeras marroqu¨ªes por un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores. Las mujeres denunciaron el pasado mes de julio ante la Guardia Civil las condiciones en las que viv¨ªan en una finca de Almonte adem¨¢s de acusar a su jefe de agresi¨®n sexual.
La juez de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 1 de La Palma del Condado (Huelva) considera que no hay pruebas que sustenten la versi¨®n de las mujeres ya que ¡°ni de las inspecciones llevadas a cabo por la Inspecci¨®n de Trabajo ni por la Guardia Civil se aprecian indicios de las irregularidades denunciadas¡±. Con su decisi¨®n, la magistrada da la raz¨®n a la defensa del investigado que solicit¨® en febrero el sobreseimiento de la causa. Los abogados de las mujeres prometen recurrir, como ya hicieron ante el archivo de una segunda causa, abierta en otro juzgado, por supuestos delitos contra la libertad sexual. "El sobreseimiento se produce sin que se hayan practicado las diligencias acordadas por el propio juzgado. Hemos aportado cantidad de pruebas que nunca han sido tomadas en consideraci¨®n", mantiene Jes¨²s D¨ªaz, que interpreta lo denunciado como un delito de trata.
En la parte relativa a las condiciones laborales, las temporeras describen en su denuncia los contenedores de obra sin ventanas en los que dorm¨ªan hasta ocho mujeres, la falta de agua potable y las dificultades de compartir cocina y ba?o con hasta 12 mujeres. Las temporeras entregaron v¨ªdeos desde el interior de los contenedores por los que se colaba el agua a borbotones cuando llov¨ªa. Denunciaron tambi¨¦n que sus jefes dejaron de pagarles jornadas enteras de trabajo y que no recibieron un anticipo pactado de 50 euros, lo que les llev¨® a comer alimentos podridos y hierba porque no ten¨ªan dinero para comprar comida. Los encargados de la finca, seg¨²n la denuncia, exigieron a las mujeres (una de ellas embarazada) entre 20 y 40 euros las veces que quisieron ir a un centro de salud. Estas condiciones, defienden los letrados de las temporeras, llevaron a las mujeres a una situaci¨®n de vulnerabilidad ante otros abusos.
La magistrada mantiene que la Inspecci¨®n de Trabajo no apreci¨® ¡°incumplimientos ni irregularidad relevante¡± en lo relativo a las condiciones de contrataci¨®n en origen ni en materia de prevenci¨®n. El auto se?ala que tampoco se apreciaron ¡°indicios de trato vejatorio o discriminatorio alguno, constatando tambi¨¦n el estado correcto de las instalaciones y alojamientos¡±. Los agentes de la Guardia Civil que llevaron a cabo las visitas a la finca y la inspecci¨®n ocular, apunta el documento seg¨²n la nota de prensa distribuida por el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, ¡°no encontraron nada anormal¡±. En una entrevista reciente a este peri¨®dico, cuatro de las mujeres, repudiadas por sus familias tras la denuncia, volvieron a detallar los supuestos abusos sufridos por parte de su jefe. Una de ellas afirm¨® entre l¨¢grimas que lleg¨® a prostituirse a cambio de comida.
La juez subraya que tanto la Guardia Civil como la Inspecci¨®n de Trabajo ¡°llaman la atenci¨®n sobre la existencia de un numeroso grupo de trabajadoras que hac¨ªan alusi¨®n a la falta de veracidad de las imputaciones que las denunciantes realizaban al empresario¡±. Se refiere a una denuncia presentada por un centenar de temporeras marroqu¨ªes, subordinadas tambi¨¦n del acusado, en la que contradec¨ªan la versi¨®n de sus compa?eras de trabajo. Los abogados de las temporeras mantienen que estas mujeres, que no hablaban espa?ol, "fueron coaccionadas¡± para firmar esa denuncia en defensa de su patr¨®n.
En la misma ¨¦poca otro grupo de cuatro jornaleras denunciaba por abuso sexual al capataz de una finca de Moguer, tambi¨¦n en Huelva. Las mujeres volvieron a Marruecos y esperan la celebraci¨®n del juicio.
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