Las primarias tramposas de la derecha

¡°Las primarias de la derecha¡± consisten, al parecer y en primer lugar, en ver qui¨¦n insulta m¨¢s largo, aunque sea sin fundamento, a Pedro S¨¢nchez. El segundo debate televisado no fue, seguramente, ni decisivo ni crucial, pero s¨ª el m¨¢s privatizado y muy ilustrativo de esta extra?a competici¨®n embarrada entre Pablo Casado y Albert Rivera para representar malamente a Vox en los foros en los que a¨²n es un invitado ausente. El debate a cuatro tuvo muchos momentos en que no fue ni siquiera a tres (las derechas contra S¨¢nchez) y emergi¨® como un in¨¦dito cara a cara en el fango de los cada vez m¨¢s gemelos Casado y Rivera.

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Las encuestas siguen apareciendo esquivas para la alianza expl¨ªcita del centroderecha a la andaluza ante el 28-A. No da. Vox, adem¨¢s, rebosa cada d¨ªa un auditorio m¨¢s grande. Rivera, en RTVE, marc¨® el lunes el relato de la disputa y dej¨® apagado a Casado con su sobreactuaci¨®n. En Atresmedia el l¨ªder de Ciudadanos corr¨ªa el riesgo de gastar todos los frenos. Borde¨® ese precipicio como rebos¨® de nuevo de gadgets y artilugios su atril. Le regal¨® a S¨¢nchez su cuestionada tesis doctoral y el presidente le entreg¨®, a cambio, Espa?a vertebrada de Fernando S¨¢nchez Drag¨® y Santiago Abascal. El soporte casi revienta de intensidad.

Rivera ratific¨® que con un ¡°esca?o constitucionalista¡± m¨¢s acelerar¨¢ todo lo posible para echar a S¨¢nchez de La Moncloa pero, eso s¨ª, con el l¨ªder naranja por delante de un hipot¨¦tico Gobierno liberal. Rivera no quiso ni mencionar si en ese bloque mete a Vox. S¨¢nchez s¨ª, lo mete. Y el cartel electoral socialista ya aprovech¨®, de paso, para descartar de sus planes una futura negociaci¨®n con un partido que le ha fijado un cord¨®n sanitario tan extremo.

Rivera llam¨® varias veces mentiroso y fake a S¨¢nchez y le imput¨® la liquidaci¨®n del pa¨ªs: ¡°No quiero tener un presidente que nos venda a todos¡±. Casado no se rezag¨®, pero se afan¨® m¨¢s minuciosamente en los insultos: adem¨¢s de ¡°mentiroso¡±, ¡°incompetente¡± e ¡°incapacitado como candidato fiable¡± tambi¨¦n le llam¨® ¡°suced¨¢neo de presidente¡±. Y, naturalmente, le volvi¨® a acusar de meter en su matrioska electoral a todos los partidos independentistas, separatistas y cercanos a los terroristas del territorio patrio: ¡°Es el candidato favorito de los enemigos de Espa?a porque ya ha negociado, cedido y para eso ha acercado a los presos a Catalu?a¡±.

Pero lo m¨¢s llamativo result¨® que Casado s¨ª dejara en esta ocasi¨®n un poco el traje del ¡°valor seguro¡± en su despacho de G¨¦nova, 13 para pringarse en el cruce de las primarias de la derecha contra Rivera. Sin ofrecerle ning¨²n ministerio ni aceptar una hipot¨¦tica cartera de un Ejecutivo liberal. El empacho de improperios se exager¨® tanto que Pablo Iglesias, que pasaba por el plat¨® entre anuncios, poses y espacios patrocinados, se atragant¨® de pedir mesura y altura de Estado para S¨¢nchez, un socio que le elude o ignora y que quiere gobernar, si llega a los 135 esca?os, solo con su partido e independientes progresistas de su cuerda.