Vox acaba con la excepci¨®n espa?ola, pero con menos fuerza que sus socios europeos
La irrupci¨®n de la ultraderecha homologa las Cortes a la mayor¨ªa de parlamentos europeos, aunque con un grado de apoyo inferior a fuerzas de la misma familia
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Vox acab¨® con la excepci¨®n espa?ola. El resultado de la formaci¨®n ultraderechista en las legislativas celebradas este domingo marca la salida de Espa?a del reducido c¨ªrculo de pa¨ªses europeos que no tienen representaci¨®n de grupos de la derecha extrema en sus parlamentos. Las Cortes permanec¨ªan en ese muy minoritario club junto a Westminster, las c¨¢maras portuguesa e irlandesa y pocos m¨¢s (con casos discutibles seg¨²n se incluyan o no ciertas formaciones en la galaxia ultraderechista). El 28-A homologa el Parlamento espa?ol a la normalidad europea en este concepto, como ya desde las anteriores elecciones se fue alineando a la tendencia continental que supone el desgaste de los partidos tradicionales (la suma de PSOE y PP se queda por primera vez muy por debajo del 50%) y la fragmentaci¨®n del voto. Vox ya tiene voz y lugar en las Cortes. Queda por ver en qu¨¦ sector de la heterog¨¦nea galaxia ultraderechista europea querr¨¢ y podr¨¢ encajar.
El resultado de la formaci¨®n espa?ola -con un 10% de los votos y 24 diputados- es notable porque constituye un salto desde la nula representaci¨®n en la anterior legislatura. Sin embargo, la sit¨²a por debajo de la horquilla en la que se mueven sus partidos hermanos en Europa. La Liga obtuvo un 17% en las legislativas de 2018 (y tiene ahora un 30% en los sondeos); Marine Le Pen obtuvo respectivamente un 21% y un 13% en las primeras rondas de las presidenciales y legislativas francesa de 2017 (ahora est¨¢ por encima del 20% en los sondeos para las europeas); Alternativa para Alemania logr¨® un 12,6% en las legislativas de 2017; el ultraderechista Finlandeses acaba de obtener un 17,5%, el mismo resultado que marcaron los Dem¨®cratas Suecos en 2018; los austriacos del FP? se adjudicaron un 26% en las parlamentarias de 2017.
Vox comparte con estas formaciones la ideolog¨ªa antinmigraci¨®n y el concepto de defensa de la identidad cultural hist¨®rica. Pero la galaxia de la derecha extrema europea es heterog¨¦nea. Algunas formaciones hacen hincapi¨¦ en el ultraconservadurismo en derechos civiles, otras no; algunas tienen un corte econ¨®mico ultraliberal, otras muy social; algunas son rabiosamente eur¨®fobas; otras meramente euroesc¨¦pticas. Vox, en concreto, mantiene diferencias con dos titanes del ¨¢rea, Marine Le Pen y Matteo Salvini.
En el primer caso, la distancia reside en el ultraconservadurismo en derechos civiles de Vox -sobre todo en materia de igualdad de g¨¦nero- que no encuentra eco en las posiciones m¨¢s liberales del partido de Le Pen.
En el segundo, el obst¨¢culo consta en el origen regionalista de la Liga y en pasadas se?ales de simpat¨ªa de la formaci¨®n italiana a la causa independentista catalana. Este coacervo ha tenido una evoluci¨®n en los ¨²ltimos tiempos: bajo el mando de Salvini, la Liga ya no es un partido regionalista del norte, sino un partido nacionalista tout court, y ha sido m¨¢s prudente en la cuesti¨®n del independentismo catal¨¢n en los ¨²ltimos tiempos. De hecho, el pol¨ªtico italiano envi¨® v¨ªa Twitter un c¨¢lido mensaje de apoyo a Abascal y los suyos en v¨ªsperas de las elecciones. Pero las sospechas de que se trate de una maniobra t¨¢ctica de los italianos para tener a Vox de su lado en Estrasburgo son fuertes, y las suspicacias de fondo se mantienen.
Esto pone a Vox m¨¢s cerca de formaciones de derecha dura del Este europeo como el PiS polaco o Fidesz en Hungr¨ªa. El partido de Abascal est¨¢ en sinton¨ªa con Kaczyinski y Orban en el ultraconservadurismo moral y en la mano dura migratoria. Estos, sin embargo, tienen un grado de eurohostilidad mayor del que ha manifestado hasta ahora Vox, aunque esto habr¨¢ que comprobarlo en la campa?a para las elecciones europeas. Hasta ahora la formaci¨®n ultraderechista espa?ola ha estado especialmente concentrada en asuntos nacionales.
Estos elementos ser¨¢n importantes despu¨¦s de las elecciones que se celebrar¨¢n entre el 23 y el 26 de mayo para aclarar la composici¨®n del pr¨®ximo Parlamento Europeo y las relaciones en la galaxia ultraderechista. Vox tendr¨¢ que decidir donde se situar¨¢. En la legislatura que termina, los partidos de esta familia pol¨ªtica se hallan diseminados en varios grupos parlamentarios.
Salvini, Le Pen, el austriaco FP?, los holandeses de Wilders y otros conforman ¡°Europa de las Naciones y la Libertad¡±. AfD y los Dem¨®cratas de Suecia est¨¢n en un caj¨®n bastante heterog¨¦neo que se llama ¡°Europa de la Libertad y Democracia Directa¡±. El PiS polaco, los Finlandeses, sus hom¨®logos daneses y otra formaci¨®n ultraderechista italiana conforman con los tories brit¨¢nicos los ¡°Conservadores y Reformistas Europeos¡±. El h¨²ngaro Fidesz acaba de ser suspendido, aunque no expulsado, del PPE por sus radicales posturas.
Salvini lidera un evidente intento de unificar y encabezar toda esta galaxia en la pr¨®xima legislatura europea. La Liga ser¨¢ probablemente el segundo partido con mayor representaci¨®n en la Euroc¨¢mara despu¨¦s de los democristianos de Merkel. El inter¨¦s de aunar fuerzas es claro, porque ofrece mayor capacidad institucional, m¨¢s visibilidad. A la vez, los recelos y divergencias son evidentes. Vox tendr¨¢ probablemente un papel preeminente en todo esto con una representaci¨®n nutrida. Otros grupos a seguir son el PiS polaco, que ahora cuenta con la continuidad de los tories en la Euroc¨¢mara para mantener con vida y peso el grupo de los Conservadores y Reformistas, y Fidesz, que mantiene una relaci¨®n inestable con el PPE.
Sea cual sea la configuraci¨®n final de los grupos, es evidente que esta familia pol¨ªtica tendr¨¢ un peso relevante en la pr¨®xima Euroc¨¢mara aunque no, seg¨²n los sondeos, una capacidad de bloqueo.
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