El 26-M frena el impulso de sustituci¨®n
La enmienda a la totalidad de la etapa de Rajoy, de la que ¨¦l form¨® parte, se vuelve ahora contra de Pablo Casado
Un cambio tan radical como el que llev¨® a cabo Pablo Casado tras ganar la presidencia del PP, el pasado julio, no habr¨ªa tenido consecuencias internas con un buen resultado electoral. No ha sido el caso. La enmienda a la totalidad de la etapa de Mariano Rajoy ¡ªde la que ¨¦l form¨® parte¡ª en contenidos program¨¢ticos y, sobre todo, la eliminaci¨®n de los dirigentes del PP que apoyaron la candidatura de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, se vuelve ahora contra el dirigente popular. No sobrevivieron a Casado aquellos que no le mostraron un apoyo p¨²blico o suficientemente expl¨ªcito. A todos ellos, que son muchos y diseminados por toda Espa?a, les brota en esta primera semana tras la debacle electoral una catarata de agravios y errores que endosan al presidente de su partido.
Hasta ahora, los cambios que ha producido Casado tras el 28-A, lejos de obtener el aplauso de los cr¨ªticos, no han hecho sino ahondar en la herida interna. Tal contorsi¨®n no es cre¨ªble, se?alan a prop¨®sito del ataque emprendido ahora contra Vox, cuando durante la campa?a tuvo una actitud contemporizadora con el grupo de Abascal. Y subrayan que el propio Casado comparti¨® con el partido ultraderechista sus diatribas a pol¨ªticas del PP de Rajoy, sobre todo con la crisis en Catalu?a.
A Rajoy lo mencionan mucho en el PP en estas jornadas de honda preocupaci¨®n. Se invoca su operaci¨®n de 2015: tras perder dos millones y medio de votos en las municipales de mayo de ese a?o, el presidente del Gobierno se puso al frente del partido, a trav¨¦s de su jefe de gabinete, Jorge Moragas, y nombr¨® a cuatro nuevos vicesecretarios: Fernando Mart¨ªnez Maillo, Javier Maroto, Andrea Levy y el propio Pablo Casado. En defensa propia, el actual l¨ªder popular esgrime razones num¨¦ricas, las de la paulatina p¨¦rdida de apoyo electoral en la ¨²ltima d¨¦cada.
Los detractores de Casado se preguntan d¨®nde est¨¢n los verdaderos cambios que piensa hacer, ya que no consideran como tales su nueva profesi¨®n de fe de centrismo o la sustituci¨®n al frente de la pr¨®xima campa?a de las elecciones europeas de Javier Maroto por Isabel Garc¨ªa Tejerina. Ninguno de los dos da el perfil para una tarea tan especial, se?alan interlocutores del partido alejados de Casado. Para el puesto es imprescindible tener predicamento en las estructuras locales, provinciales y regionales. Esta apreciaci¨®n, muy extendida, va aparejada al reconocimiento de la val¨ªa de Maroto y Tejerina para otros menesteres. Con especial aprensi¨®n se aguardan los futuros nombramientos de los portavoces parlamentarios. Pero eso ser¨¢ despu¨¦s de las elecciones del 26 de mayo.
Esos comicios a 22 d¨ªas vista han puesto freno a quienes de manera impulsiva pensaron en orquestar una operaci¨®n para sustituir a Casado. Eso hubiera destrozado al partido interna y electoralmente, reconocen quienes saben de esa intenci¨®n. El freno tambi¨¦n vino dado por un factor esencial: nadie parece dispuesto a dar la batalla por el liderazgo. Por ahora.
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