S¨¢nchez e Iglesias rebajan la tensi¨®n ante unas largas negociaciones

La tensi¨®n hab¨ªa llegado a tal nivel que los dos hombres clave para la gobernabilidad en Espa?a en los pr¨®ximos tiempos decidieron resolverlo con una frase que recuerda a Groucho Marx. El propio Iglesias, en una extra?a rueda de prensa que dur¨® menos de cinco minutos, era consciente de que sonaba un poco absurdo, y esboz¨® una media sonrisa cuando lo repiti¨® por segunda vez: ¡°Es una demanda social que nos pongamos de acuerdo. Si en algo nos hemos puesto de acuerdo es en que vamos a trabajar para ponernos de acuerdo¡±.

Detr¨¢s de esta alambicada f¨®rmula para no decir nada est¨¢ un acuerdo de fondo para ganar tiempo. Fuentes del PSOE y de Unidas Podemos admit¨ªan estos d¨ªas que la situaci¨®n hab¨ªa ido demasiado lejos. La izquierda ha ganado las elecciones, no hay ning¨²n Gobierno alternativo al de S¨¢nchez con apoyo del grupo de Iglesias ¡ªel l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, se encarg¨® de descartar cualquier otra opci¨®n tras su reuni¨®n con S¨¢nchez en La Moncloa, por la ma?ana¡ª y sin embargo, lejos de celebrarlo, ambos se hab¨ªan enzarzado en una batalla cada vez m¨¢s dura, sobre todo entre los colaboradores m¨¢s directos, acerca de la forma de Gobierno para los pr¨®ximos cuatro a?os.

El PSOE ha intentado convencer en privado a Unidas Podemos de que este no era el momento para mantener esa batalla en los medios. Pero el partido de Iglesias tambi¨¦n ve¨ªa que los socialistas insist¨ªan en p¨²blico en el Gobierno en solitario. Jos¨¦ Luis ?balos, mano derecha de S¨¢nchez, lleg¨® a pedir a Iglesias que reflexionara sobre su resultado electoral, que en su opini¨®n no le permite reclamar la entrada en el Ejecutivo porque ha perdido 28 esca?os.

Con esa tensi¨®n creciente se lleg¨® a la cita en La Moncloa, que S¨¢nchez hab¨ªa dejado para el final, en un gesto para marcar distancia que no sent¨® nada bien en Unidas Podemos. Sin embargo, ambos l¨ªderes han entablado en los ¨²ltimos meses una buena relaci¨®n y sobre todo han tomado la decisi¨®n pol¨ªtica de fondo de entenderse, algo que parec¨ªa muy dif¨ªcil en 2016, cuando Podemos a¨²n so?aba con el sorpasso. Tanto sus electores como la l¨®gica pol¨ªtica les empujan a ponerse de acuerdo. El pulso para determinar la forma de gobierno se mantiene, pero ahora se har¨¢ en los despachos, y no en los medios. Ser¨¢ una larga negociaci¨®n, seg¨²n explic¨® Iglesias, en la que se pactar¨¢ con toda probabilidad un documento program¨¢tico detallado ¡ªa la manera de las coaliciones en Alemania y Holanda¡ª sobre la base del acuerdo que ambos alcanzaron para los Presupuestos de 2019, que finalmente decayeron por el bloqueo de los independentistas.

Pero antes vendr¨¢ una campa?a electoral ¡ªla de las municipales, auton¨®micas y europeas¡ª en la que el PSOE y Podemos siguen compitiendo por un electorado fronterizo. Tanto el Gobierno como la formaci¨®n de Iglesias hab¨ªan descartado en los ¨²ltimos d¨ªas que se pudiera alcanzar ning¨²n acuerdo de Gobierno antes del 26 de mayo. Ser¨¢ el 27, con los resultados encima de la mesa y las posibles combinaciones de ejecutivos locales y auton¨®micos, cuando se retomen con fuerza las negociaciones.

Pero de momento se pacta algo clave: dejar de pelear. Al menos en p¨²blico. S¨¢nchez necesita a Iglesias para todas las decisiones de los pr¨®ximos a?os. Sin ¨¦l no hay pr¨¢cticamente posibilidad de aprobar nada, porque Cs ya ha avanzado una oposici¨®n dura y el PP, en plena pelea por el liderazgo de la derecha, tampoco est¨¢ dispuesto a ayudar a S¨¢nchez.

El primer acuerdo que ambos tienen que lograr es el de la Mesa del Congreso. S¨¢nchez e Iglesias pactaron que esta negociaci¨®n la lleven sus portavoces parlamentarias, Adriana Lastra e Irene Montero. El PSOE y Podemos pueden controlar la Mesa con cinco miembros, elegir al presidente y dar a la oposici¨®n los otros cuatro. La sinton¨ªa que hubo sobre ese asunto es otra muestra de que ambos van hacia un acuerdo.

Tanto Iglesias como las fuentes de La Moncloa que comentaron la reuni¨®n ¡ªS¨¢nchez decidi¨® no comparecer al final de esta ronda¡ª se esmeraron en destacar que la cita hab¨ªa ido bien. Otras fuentes consultadas del m¨¢ximo nivel de ambos grupos insisten en que fue incluso mucho mejor de lo esperado, y aunque no se cerr¨® nada, ni siquiera la presidencia del Congreso, qued¨® muy claro que hay una voluntad de fondo de ponerse de acuerdo en todo, aunque costar¨¢.

Se habl¨® de cuestiones de fondo, que tendr¨¢n que estar en ese acuerdo program¨¢tico, como la precariedad en el empleo, las pensiones, el medio ambiente o la situaci¨®n internacional. Tambi¨¦n hubo coincidencia en que hay que abrir el acuerdo a otras formaciones: con el PSOE y Podemos solos no se logra la mayor¨ªa absoluta. Iglesias evit¨® referencias expl¨ªcitas a Catalu?a, uno de los asuntos en los que hay diferencias m¨¢s claras entre Podemos, que defiende el refer¨¦ndum pactado, y el PSOE, que lo rechaza de plano. ¡°Estamos de acuerdo en que hay que hablar con todos los actores pol¨ªticos y en la necesidad de que empiece una nueva ¨¦poca en Espa?a para que la expresi¨®n multipartidista de los ciudadanos tenga traducci¨®n en forma de di¨¢logo y no de insulto¡±, dijo Iglesias en una escueta referencia indirecta al futuro de Catalu?a.

La decisi¨®n clave, que deber¨ªa mantenerse en las pr¨®ximas semanas, es la de evitar hablar en p¨²blico de la principal discrepancia, la de la entrada de ministros de Podemos en el Gobierno de S¨¢nchez. Para Iglesias, esa ser¨ªa la mejor manera de garantizar estabilidad y evitar que el PSOE cayera en manos de la derecha, que tiene 149 esca?os. Los socialistas se?alan que el Gobierno en solitario ha funcionado bien y quieren repetir la experiencia. Algunos sectores del PSOE recelan de ese acuerdo con Podemos porque creen que tirar¨ªa demasiado a su partido hacia la izquierda. Pero esta pelea se deja para m¨¢s adelante. Despu¨¦s de las municipales llegar¨¢ el momento definitivo. Ahora solo se sabe que habr¨¢ acuerdo: entonces se ver¨¢ cu¨¢l.