Bilbao, el fort¨ªn del PNV
Las encuestas respaldan la ciudad de servicios que dirigen PNV y PSE, pero competir¨¢n con otras 14 candidaturas
Bilbao es una plaza tan codiciada como inexpugnable. La ciudad que se ha reinventado desde su pasado m¨¢s industrial hasta convertirse en una locomotora tur¨ªstica y de servicios llega a las elecciones de 2019 con una coincidencia de todos los sondeos, la holgada victoria de un PNV (13 concejales de 29 en 2015) que no ha perdido ninguna elecci¨®n en la villa desde las primeras democr¨¢ticas en 1978.
Bilbao parece avanzar por un carril de progreso en torno a su buque insignia, el museo Guggenheim. Lo hace con unos n¨²meros r¨¦cord en turismo. Tambi¨¦n con visibilidad internacional, tras ser la sede de los premios MTV, de convertirse en la Mejor Ciudad Europea de 2018 y de acaparar toda clase de eventos de proyecci¨®n mundial (entre ellos de gastronom¨ªa y de deporte, como la Final Four de Rugby).
¡°Esa es la cara¡±, responden casi a la vez quienes desde la derecha, como el PP (4 concejales) y desde la izquierda, como EH Bildu (4), Elkarrekin Podemos (2) y Ganemos Goazen (una escisi¨®n de Podemos, 2) luchan para desalojar a Juan Mar¨ªa Aburto, que aspira al cargo por segunda legislatura consecutiva. El PSE (4), al que las encuestas le pronostican una subida, gobierna con el PNV. El antecedente electoral m¨¢s inmediato, el 28-A, da algunas pistas. El color verde del PNV pint¨® todo el centro de la capital y la zona del ensanche; el morado de Unidas Podemos, una buena parte de Bilbao La Vieja, donde se concentran muchos de los nuevos inmigrantes; y el rojo del PSOE se impuso en los barrios m¨¢s populosos y proletarios de la periferia. El azul del PP no gan¨® en ning¨²n barrio de ning¨²n distrito. Adem¨¢s de las seis candidaturas que tienen representaci¨®n parlamentaria hay otras 10 que pugnan por asaltar el fort¨ªn del PNV.
Nadie duda de que Bilbao ha evolucionado de forma extraordinaria en torno al museo y a la arquitectura contempor¨¢nea de Rafael Moneo, Norman Foster, Frank Gehry, Arata Isozaki, C¨¦sar Pelli y Santiago Calatrava, entre otros. Y todav¨ªa falta la reforma de la isla de Zorrotzaurre, dise?ada por la iran¨ª Zaha Hadid, el soterramiento del tren hasta la estaci¨®n de Abando y la nueva estaci¨®n de autobuses.
¡°Estos ojos han visto la transformaci¨®n desde el oscuro Bilbao que tanto quer¨ªa hasta este nuevo que tambi¨¦n quiero¡±, sostiene el Premio Nacional de Teatro de 2013 y vecino de Bilbao La Vieja, Ram¨®n Barea. Bilba¨ªno hasta la m¨¦dula, como se define, pese a no ser ¡°ni devoto del Athletic, ni hincha de la Virgen de Bego?a¡±, teme que Bilbao pueda perder la autenticidad, ese halo de ¡°ciudad sin domesticar¡±, y se pueda convertir en un ¡°parque tem¨¢tico¡± para los turistas. En Zorrotzaurre crecen iniciativas innovadoras que peligran como Espacio Open, una aceleradora de proyectos tecnol¨®gicos sociales y culturales, y una peque?a sala de conciertos, La Acer¨ªa, junto a otras que ya han garantizado su continuidad como Pabell¨®n Seis, que impuls¨® el propio Barea para que el teatro de ¡°su Bilbao¡± encontrara un punto de apoyo para desarrollarse, o la Escuela de Circo.
La Villa, que maneja un presupuesto para 2019 de algo m¨¢s de 600 millones de euros, sufre el paro m¨¢s elevado de las tres capitales vascas, el 12,6% (22.800 desempleados en n¨²meros absolutos, gran parte mujeres). No es un problema exclusivo de Bilbao, pero frente a ¡°ese Bilbao de escaparate coexisten realidades sociales muy diferentes y cada vez m¨¢s polarizadas¡±, explica la profesora de Sociolog¨ªa en la Universidad Pa¨ªs Vasco especializada en Sociolog¨ªa Urbana Iraide Fern¨¢ndez Arag¨®n. Y eso, advierte, ¡°no es pol¨ªticamente inocuo¡±.
Las zonas m¨¢s deprimidas de los barrios del este como Otxarkoaga, Txurdinaga o Rekalde, pero sobre todo Iturrigorri-Pe?ascal, Uretamendi, e incluso Altamira o Arabella o Arangoiti, contrastan con Abando o Indautxu, las zonas en las que residen las rentas m¨¢s altas. ¡°Esa polarizaci¨®n tiene que ver con el voto, porque los pobres o no votan o votan menos y por lo tanto la clase pol¨ªtica refleja a la clase pudiente y acomodada, y eso conforma un c¨ªrculo cerrado y viciado. Los pol¨ªticos son vot¨ªvoros¡±, advierte la soci¨®loga.
¡°Mi Bilbao es la zona de San Francisco, Bilbao La Vieja, y puedo asegurar que esa zona es una frontera dentro de Bilbao para muchos bilba¨ªnos e inmigrantes¡±, dice el presidente de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado, CEAR Euskadi, el vallisoletano afincado en Bilbao desde hace 58 a?os, Javier Galparsoro. ¡°Pero ese es mi Bilbao, el Bilbao mestizo, el que ha aprendido a acoger a la gente sin cuestionar su color o su idioma, tambi¨¦n el del trapicheo¡±, explica el abogado, que constata que para muchas de estas personas los problemas de vivienda y de integraci¨®n son reales. ¡°Casi todos quieren ser Williams¡±, dice, recordando al goleador negro del Athletic Club, ¡°pero a ellos nadie les mira como a Williams¡±.
El alcalde, Juan Mar¨ªa Aburto, un hombre tranquilo y dialogante, es consciente de que toda gran ciudad tiene problemas, pero asegura: ¡°Vamos en el buen camino¡±. Aburto explica que la clave del ¨¦xito es seguir trabajando hacia dentro ¡°para mejorar la calidad de vida de todas las personas¡±, pero sin olvidarse de mirar hacia fuera ¡°para ser cada vez m¨¢s atractiva para el turismo, inversiones y para atraer actividad econ¨®mica¡±.
La segunda fuerza m¨¢s votada en 2015 fue EH Bildu. Esta vez la candidata es la parlamentaria vasca, hist¨®rica de Herri Batasuna y abogada de los presos de ETA, Jone Goirizelaia. Reclama una hoja de ruta para dise?ar ¡°un Bilbao de la gente con justicia y paz¡±.
Dar oportunidades
Aunque los datos de criminalidad son inferiores a algunas de las ciudades de su tama?o en Espa?a y en Europa, la sensaci¨®n de inseguridad ha crecido tras los asesinatos en enero de 2018 de los dos ancianos de Otxarkoaga y el del futbolista Ibon Urrengoetxea, los dos a manos de menores. En el perfil de los delincuentes la edad es cada vez menor. Frente a quienes proponen devolver a sus pa¨ªses a los que son extranjeros y cerrar los centros de acogida, como la nueva candidatura Bilba¨ªnos, Iniciativa para Bilbao, el candidato socialista, Alfonso Gil, defiende la integraci¨®n y el esfuerzo continuado en formaci¨®n ¡°para darles oportunidades, en vez de quit¨¢rselas¡±.
El escritor y director del Festival internacional de humor Ja Bilbao!, Juan Bas, coincide con Gil y apuesta por el mestizaje, da igual que sea de razas, religiones o de ideales. ¡°Me gusta el car¨¢cter bohemio, liberal y divertido de sus gentes¡±, dice. Vive en el Casco Viejo desde 1988 y defiende ese espacio, las Siete Calles, como ¡°un pueblo dentro de la ciudad¡± y un espacio que ha construido una buena convivencia pese a los a?os terribles de la ¡°persecuci¨®n¡± por ser pol¨ªticamente diferentes, dice en referencia a ETA y a sus apoyos.
En la batalla electoral que librar¨¢n en Bilbao tres hombres y tres mujeres, las encuestas no auguran buenos resultados a la nueva candidata del PP, Raquel Gonz¨¢lez, y menos despu¨¦s de las cr¨ªticas de sus dos primeros espadas, expulsados de las listas. Gonz¨¢lez cree que Bilbao se est¨¢ construyendo por el tejado.
Ana Vi?als, la tambi¨¦n nueva cara de Elkarrekin Podemos, se enfrenta a un triple problema: el de encabezar una formaci¨®n en retroceso, el del desconocimiento de su cartel y el m¨¢s que previsible enfrentamiento con Ganemos Goazen, una escisi¨®n que dirige Samir Lahdou, y que amarr¨® dos concejales en 2015. Les quedan dos semanas para asaltar la alcald¨ªa a la que tambi¨¦n aspira, por segunda vez, Juan Mar¨ªa Aburto, el heredero del nombrado mejor alcalde de mundo, I?aki Azkuna.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.