Miles de ciudadanos, junto a la clase pol¨ªtica, despiden a Rubalcaba
Los Reyes, socialistas de todas las generaciones de la Transici¨®n, pol¨ªticos de todos los partidos y sociedad civil honran al exvicepresidente en el Congreso
Miles de personas despidieron este s¨¢bado a Alfredo P¨¦rez Rubalcaba con el rango de hombre de Estado que sus adversarios y partidarios coincidieron en atribuirle durante sus d¨¦cadas como servidor p¨²blico en la arena pol¨ªtica. Los reyes em¨¦ritos acudieron a la capilla ardiente instalada en el Congreso del exvicepresidente y ex secretario general del PSOE. Horas despu¨¦s del ¨²ltimo adi¨®s al hist¨®rico dirigente socialista, despedido entre vivas y aplausos por m¨¢s de 10 minutos y considerado por todos una figura clave en los ¨²ltimos a?os de la democracia espa?ola, el olor de multitud de rosas impregnaba el Parlamento
Como el viernes, miles de ciudadanos entraron este s¨¢bado en el Sal¨®n de los Pasos Perdidos del Congreso con flores en las manos y lagrimas en los ojos. Alrededor de 8.000 personas rindieron all¨ª a Rubalcaba un homenaje al alcance de muy pocos. Las continuas muestras de respecto y de afecto que se vieron en la capilla ardiente fueron un anticipo de la impresionante despedida que millares de personas le dedicaron en la Carrera de San Jer¨®nimo. Igual que en su llegada, un grupo de agentes uniformados transport¨® el f¨¦retro a hombros en su ¨²ltimo adi¨®s. Especialmente tierna result¨®, unas horas antes, la imagen de un anciano al que los responsables de protocolo le ped¨ªan que avanzara en la capilla ardiente pero que, tras rogarles que le dejaran quedarse ¡°un ratito m¨¢s¡±, permaneci¨® delante del ata¨²d durante unos minutos.
Con todo ese sentimiento transcurri¨® la jornada, salvo por el incidente que un hombre de mediana edad provoc¨® al tirar unos papeles delante del f¨¦retro mientras ped¨ªa hablar con el director del CNI o el presidente del Gobierno. Pedro S¨¢nchez actu¨® con rapidez y se lo llev¨® a una sala aparte. Detr¨¢s fueron la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska. El hombre fue expulsado y acompa?ado fuera del Parlamento por dos agentes.
Fuera de ese episodio, decenas de socialistas de la primera hornada hicieron pi?a con las sucesivas generaciones de dirigentes del partido para honrar a Rubalcaba. Todas las sensibilidades y corrientes del PSOE estaban representadas y las diferencias internas, algunas arrastradas de muy antiguo, se obviaron en la despedida del ministro que contribuy¨® decididamente al fin de ETA.
La esposa de Rubalcaba, Pilar Goya, en primera fila y desde primera hora con la familia m¨¢s directa del exministro, recibi¨® el abrazo de amigos y compa?eros de su marido. Tambi¨¦n de los ciudadanos que desde las 9.00 de la ma?ana y hasta las 14.00 guardaron fila para mostrares sus respetos. Entretanto, en numerosas casas del pueblo del PSOE repartidas por Espa?a se guardaron unos minutos de silencio.
Sobre las 11.00, acudieron al Congreso el rey em¨¦rito Juan Carlos I y la reina Sof¨ªa. Abrazaron a la viuda y saludaron despu¨¦s a los miembros del Ejecutivo. La Infanta Elena lleg¨® antes que sus padres. La Monarqu¨ªa sabe todo lo que Rubalcaba hizo por la instituci¨®n. Su agradecimiento es infinito por su contribuci¨®n a que la abdicaci¨®n de Juan Carlos I en su hijo Felipe VI fuera tranquila, al menos, sin problemas por parte del PSOE, siendo Rubalcaba secretario general cuando don Juan Carlos renunci¨® al trono en 2014.
Los padres del actual Rey conocen perfectamente la historia de los intensos d¨ªas que rodearon la abdicaci¨®n de Juan Carlos I y la contribuci¨®n de Rubalcaba. En esa tarea estuvo tambi¨¦n en primera l¨ªnea Felipe Gonz¨¢lez. ¡°Era el pol¨ªtico con m¨¢s capacidad e inteligencia de Espa?a¡±, valor¨® Gonz¨¢lez. ¡°Como dir¨ªa Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, hemos mantenido una conversaci¨®n que la muerte ha roto bruscamente. Lo echo de menos ya¡±, dijo emocionado.
Primer ministro portugu¨¦s
Ant¨®nio Costa, primer ministro de Portugal y uno de los grandes iconos de la socialdemocracia europea, se desplaz¨® expresamente para rendir un ¨²ltimo tributo a Rubalcaba. ¡°En portugu¨¦s tenemos una palabra para expresar el sentimiento cuando alguien nos deja: saudade [a?oranza]. Lo que siento por Alfredo es mucha saudade, una gran gratitud y mi admiraci¨®n. Ha servido a Espa?a pero sobre todo a los valores de la libertad y solidaridad¡±, afirm¨® antes de subrayar el ¡°coraje¡± que demostr¨® en la lucha contra ETA. Las rosas rojas y unos claveles que dej¨® sobre el f¨¦retro resum¨ªan el vac¨ªo que deja Rubalcaba tras fallecer por un ictus.
Una prueba m¨¢s de que Rubalcaba trascend¨ªa al PSOE fue el pesar que por su ausencia compart¨ªan Gonz¨¢lez y el otro expresidente socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, distanciados por sus diferentes visiones sobre Venezuela. Aunque el grueso de los asistentes eran socialistas tambi¨¦n se personaron pol¨ªticos de otras fuerzas. Albert Rivera, l¨ªder de Ciudadanos, resalt¨® su ¡°sentido de Estado¡±. David Bonveh¨ª, Marta Pascal y Josep Llu¨ªs Cleries, del PDeCAT, acudieron a la capilla ardiente de Rubalcaba, obsesionado en los ¨²ltimos a?os por la deriva secesionista en Catalu?a. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, fue de los primeros en pasar por la capilla ardiente, adem¨¢s del exjuez Baltasar Garz¨®n. Sus compa?eros del socialismo vasco rememoraban el dolor y las l¨¢grimas de Rubalcaba tras cada atentado.
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