26-M, la derecha busca ser contrapeso de los socialistas
Casado define el PP como ¡°partido transversal, que no es de izquierdas ni de derechas¡±. Rivera promete bajar impuestos donde gane para neutralizar las subidas del PSOE
El contrapeso ha entrado en campa?a. Tanto PP como Ciudadanos esgrimieron ayer su hipot¨¦tico triunfo como un elemento ¡°de contenci¨®n y freno¡±, seg¨²n el l¨ªder naranja Albert Rivera, que obligar¨ªa a Pedro S¨¢nchez a hacer ¡°un Gobierno m¨¢s centrado en la realidad y en la sensatez¡±, sin Unidas Podemos, nacionalistas vascos o independentistas catalanes, de acuerdo con lo manifestado en ?guilas (Murcia) por Pablo Casado. Comuni¨®n de ideas por una vez en la derecha sobre las elecciones del 26 de mayo vistas por el PP como un reconstituyente para resta?ar las heridas de la derrota en las elecciones generales del pasado 28 de abril.
Tras el par¨¦ntesis por el fallecimiento del socialista Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, los primeros espadas de todos los partidos, excepto el PSOE, tomaron de nuevo las riendas de los m¨ªtines. Y la derecha, el centroderecha o el ¡°partido transversal que no es de izquierdas ni de derechas¡±, como Casado denomin¨® ayer a su formaci¨®n, exhibieron su artiller¨ªa dial¨¦ctica y su determinaci¨®n de actuar como contrapoder contra un hipot¨¦tico Gobierno de izquierda entre socialistas y Podemos.
Rivera se comprometi¨® a que cada euro que aumente en impuestos el Ejecutivo central Ciudadanos lo rebajar¨¢ en las comunidades en que gobierne. ¡°La clase media est¨¢ frita¡± por el IRPF y ¡°porque siempre se les mete la mano en el bolsillo¡±, aleg¨®. Sin embargo, las fr¨ªas estad¨ªsticas de la OCDE sit¨²an a Espa?a como el tercer pa¨ªs de la UE con menor presi¨®n fiscal sobre el trabajador medio, solo por delante de Irlanda y Estonia.
En contraste con las cr¨ªticas a la voracidad fiscal que seg¨²n la derecha practica la izquierda en el poder, en los actos de Ciudadanos estuvieron ausentes las alusiones al registro horario en las empresas el mismo d¨ªa que entraban en vigor. La medida, aprobada en uno de los ¡°viernes sociales¡± del Gobierno, trata de poner fin a que, de los 5,7 millones de horas extraordinarias semanales que se realizan en Espa?a, 2,6 millones no se paguen. Seguramente, se arg¨¹ir¨¢, hay mejores formas de combatir ese fraude. Pero soslayar el tema guarda tal vez relaci¨®n con el cambio ideol¨®gico de Ciudadanos, formaci¨®n que hasta febrero de 2017 era socialdem¨®crata confesa y en marzo de ese a?o ya abrazaba el ideario liberal.
La p¨¦rdida de votos ¡ª400.000 entre 2015 y 2016¡ª quiz¨¢s tuvo que ver en ese pragm¨¢tico cambio ideol¨®gico liderado por Rivera con la vista puesta en las elecciones de 2019. Es curioso que mientras las crisis en la izquierda no se solucionan hasta despu¨¦s de dimisiones y congresos cainitas, para la derecha todo es mucho m¨¢s sencillo, puesto que ve el poder como un fin en s¨ª mismo y por ello absorbe pragm¨¢ticamente lo que procede de otras tradiciones pol¨ªticas.
Ese cambio de camiseta en mitad del partido es lo que est¨¢ tratando de hacer el Partido Popular. Pero el intento le ha pillado a contrapi¨¦. No hay tiempo. Y sin que nadie haya dimitido por los resultados, sin asunci¨®n de responsabilidad, ha emprendido el vuelo hacia el territorio del centroderecha en estas elecciones municipales y auton¨®micas con la voluntad de rescatar los muebles que no ardieron en la pira de las generales el pasado 28 de abril. Ayer Casado pidi¨® el voto a su partido, que calific¨® de ¡°transversal¡± porque no es ¡°ni de izquierdas ni de derechas¡±. El enunciado parece que no se tiene muy claro en la pr¨¢ctica, pues a rengl¨®n seguido el l¨ªder del PP sigue apelando a esa Espa?a de los balcones a la que se llam¨® a manifestarse en la plaza de Col¨®n contra Pedro S¨¢nchez y a la que considera transversal. Hacer ondear la bandera del centroderecha requiere no seguir acusando a sus competidores de ¡°disfrazarse de PP¡±, y dejar de arremeter contra los populistas de derechas, de izquierdas o de centro ¡°que son los peores¡±, seg¨²n el secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea. Aunque en las elecciones auton¨®micas el voto siga ciertas pautas ideol¨®gico-pol¨ªticas, en las municipales no sucede exactamente as¨ª.
Y en esa Espa?a fraccionada en multitud de partidos hay que ejercer m¨¢s la virtud de la empat¨ªa, no basta con enunciarla. Ah¨ª est¨¢ Borja S¨¦mper, candidato del PP a la alcald¨ªa de San Sebasti¨¢n, para recordarlo. De sus carteles con el eslogan ¡°No es pol¨ªtica. Es San Sebasti¨¢n¡± han ca¨ªdo las siglas PP. La pasada semana, el candidato suger¨ªa en el Diario Vasco salidas imaginativas al problema de la vivienda, como en Berl¨ªn o Par¨ªs, ante los rostros at¨®nitos de los candidatos peneuvista y socialista ¡ªEneko Goia y Ernesto Gasco, respectivamente¡ª, quienes le recordaban que en Euskadi se debe respetar la ley vasca de la vivienda.
S¨¦mper es un verso libre que no entiende de cors¨¦s m¨¦tricos. En su v¨ªdeo electoral se pasea en bicicleta por las calles de Donosti mientras de fondo suena la canci¨®n Amara, cedida por su amigo Mikel Erentxun. El candidato del PP circula por los carriles bici de la ciudad desgranando sus ideas, en unas im¨¢genes que transmiten ecumenismo y voluntad de entendimiento. Podr¨ªa ser un v¨ªdeo de los Verdes alemanes, capaces de gobernar con la democracia cristiana en Baden-W¨¹rttemberg y ser socios de socialdem¨®cratas y Die Linke en Turingia.
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