Un pu?ado de etarras a¨²n en la clandestinidad
La polic¨ªa cifra entre 50 y 80 el n¨²mero de terroristas huidos, la mayor¨ªa desvinculados de la organizaci¨®n. Solo una decena se mantiene en la estructura de la banda
La disoluci¨®n de ETA, hace algo m¨¢s de un a?o, no supuso el fin de su estructura clandestina. Sin aparato militar, log¨ªstico o pol¨ªtico, los etarras crearon un peque?o comit¨¦ encargado de hacer frente a los flecos del fin de la banda, sobre todo de sus militantes a¨²n huidos y en la clandestinidad, como la consecuci¨®n de documentaci¨®n falsa. Se trata de entre medio centenar y 80 terroristas, seg¨²n estiman los expertos en la lucha antiterrorista consultados por EL PA?S. Una treintena ellos han sido localizados por la polic¨ªa espa?ola en ocho pa¨ªses de Europa, ?frica y Am¨¦rica, sobre todo en Venezuela. De ellos, la mayor parte est¨¢n desde hace a?os desvinculados de la organizaci¨®n. Solo una decena permanecen integrados en su estructura.
A la cabeza de estos ¨²ltimos, los expertos policiales sit¨²an a David Urd¨ªn P¨¦rez, joven navarro que fue detenido en 2007 por su supuesta implicaci¨®n en actos de violencia callejera y que, tras quedar en libertad provisional dos a?os despu¨¦s, huy¨® antes del juicio. Pese a su escaso historial y relevancia en la organizaci¨®n, asumi¨® la direcci¨®n en octubre de 2017, poco antes de la disoluci¨®n, tras la detenci¨®n en Berl¨ªn del etarra que realizaba supuestamente esas funciones, Mikel Barrio. Las fuentes consultadas reducen el papel de Urd¨ªn a mero transmisor de las consignas salidas de las c¨¢rceles y, m¨¢s en concreto, de David Pla, el etarra que condujo la disoluci¨®n de ETA.
Pla, detenido en Francia en 2015, sali¨® en libertad en abril y permanece bajo control de las autoridades de Par¨ªs a la espera de que la justicia de este pa¨ªs resuelva sobre una euroorden emitida por Espa?a para su entrega. Este etarra fue uno de los encapuchados que en octubre de 2011 anunci¨® el cese definitivo de la violencia terrorista. Al a?o siguiente se desplaz¨® a Noruega a la espera de poder abrir un canal de comunicaci¨®n con el Gobierno de Mariano Rajoy. Aquellos encuentros nunca se produjeron. Y tanto ¨¦l como su lugarteniente, Iratxe Sorzabal, adem¨¢s de Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, fueron expulsados por las autoridades de Oslo y volvieron a Francia. Los dos primeros fueron finalmente arrestados en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s.
Sector cr¨ªtico
Tras la expulsi¨®n del pa¨ªs escandinavo, Pla dirigi¨® el proceso de ¡°desmovilizaci¨®n¡±, un t¨¦rmino que la banda armada hab¨ªa copiado del irland¨¦s IRA. En el mismo, incluy¨® un debate interno sobre un documento que no admit¨ªa ning¨²n tipo de enmiendas. La inmensa mayor¨ªa de los militantes lo acept¨® y desemboc¨® en la disoluci¨®n de mayo de 2018.
No obstante, un peque?o sector de la banda se resiste desde entonces al adi¨®s definitivo a la violencia y se ha articulado, primero, en torno a una corriente llamada Ibil y, m¨¢s tarde, a trav¨¦s de Amnistia Ta Askatasuna (ATA, siglas en euskera de Amnist¨ªa y Libertad). Como ide¨®logo de la corriente, los expertos policiales sit¨²an al preso I?aki Bilbao Goikoetxea, uno de los m¨¢s destacados miembros del sector duro. Junto a ¨¦l se alinean otra docena de reclusos, todos con penas de prisi¨®n muy elevadas por cumplir.
Otro de los portavoces p¨²blicos de los disidentes, Jon Iurrebaso, arremeti¨® con dureza hace dos semanas en un blog contra el propio Pla, al que acus¨® de haber convertido el ¡°desprop¨®sito¡± del final de ETA en una ¡°aut¨¦ntica rendici¨®n¡±.
En un acto celebrado la semana pasada en Pamplona, el coronel Valent¨ªn D¨ªaz, uno de los responsables de la lucha antiterrorista de la Guardia Civil, cifr¨® en medio millar el n¨²mero de personas que se identifican con esta corriente disidente. ¡°Ellos consideran que no se ha conseguido nada¡± y que ¡°puede haber un momento, ahora no, en el que sea necesario volver a utilizar las armas¡±, se?al¨® el coronel D¨ªaz. En este sentido, el mando de la Guardia Civil record¨® que cuando la organizaci¨®n terrorista facilit¨® el inventariado de armas que hab¨ªan ocultado en 14 zulos repartidos en el sur de Francia, en dos de ellos no apareci¨® nada. El oficial de la Guardia Civil apunt¨® la ¡°sospecha¡± de que esas armas pudieron haber acabado en manos de la disidencia, aunque consider¨® que el ¡°riesgo¡± a corto plazo de que el grupo pudiera cometer un atentado era nulo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.