Interior blinda el anonimato de los presos que delaten a otros reclusos
Ordena que en los informes que se env¨ªan a los juzgados no se cite a los confidentes por su nombre o alias, sino por su n¨²mero penitenciario de identificaci¨®n
Instituciones Penitenciarias distribuy¨® este mi¨¦rcoles a todas las c¨¢rceles una orden interna con instrucciones para preservar el anonimato de aquellos presos que colaboraron con los funcionarios de prisiones en la investigaci¨®n de los delitos que se cometen dentro de las c¨¢rceles. En la orden, a la que ha tenido acceso EL PA?S, se indica que, a partir de ahora, los informes que se elaboren con informaci¨®n que puede acabar en un juzgado no deben incluir bajo ning¨²n concepto el nombre, apellidos o alias de los internos que realizan funciones de confidentes, sino ¨²nicamente su N¨²mero de Identificaci¨®n Sistem¨¢tico (NIS, compuesto de diez cifras y que se asigna a cada recluso al entrar por primera vez en la c¨¢rcel).
La decisi¨®n se produce tras la desarticulaci¨®n en los ¨²ltimos meses de dos redes de radicalizaci¨®n yihadista dentro de las prisiones gracias a la informaci¨®n conseguida por funcionarios de prisiones entre los internos y tras conocerse que el gobierno ha planteado en su nueva Estrategia Nacional contra el Crimen Organizado la necesidad de regular la figura del confidente en las investigaciones policiales.
La orden justifica la medida a que "en ocasiones los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado llevan a cabo diferentes investigaciones basadas o complementadas con informaci¨®n recogida en informes elaborados por los establecimientos penitenciarios" y que estos ¨²ltimos pueden acabar "incorporados a alg¨²n procedimiento judicial y, por tanto, ser accesibles a los abogados defensores de los encausados". El documento se?ala que esta circunstancia puede "comprometer gravemente la seguridad e integridad f¨ªsica de aquellos internos que pudieran haber colaborado o facilitado informaci¨®n sensible a los profesionales penitenciarios" si su nombre aparece recogido en estos documentos, por lo que "considera necesario preservar la identidad de estos colaboradores" blindando su anonimato.
Por todo ello, el texto -que firma el director general de Ejecuci¨®n Penal y Reinserci¨®n Social, Javier Nistal- ordena que partir del pasado mi¨¦rcoles "se impartan instrucciones oportunas para que en aquellos informes o partes en los que se haga referencia a cualquier informaci¨®n facilitada por alg¨²n interno se identifique a este exclusivamente por el NIS" y se omita cualquier "otro tipo de dato identificativo, como nombres o alias". Fuentes de Instituciones Penitenciarias aseguran que hasta ahora los funcionarios que elaboraban estos informes ya preservaban el anonimato de los reclusos que colaboraban utilizando la expresi¨®n "fuentes confidenciales", aunque admiten que "en alg¨²n caso puntual" se pudo haber incluido datos identificativos.
Estas mismas fuentes a?aden que con la orden lo que se pretende es fijar definitivamente c¨®mo se debe recoger el origen de la informaci¨®n sin poner el riesgo al confidente que la ha facilitado. El uso del NIS del interno es un sistema similar al que se utiliza, por ejemplo, para identificar a los funcionarios de prisiones, polic¨ªas o inspectores de Hacienda que elaboran documentos para un juzgado y que firman con sus n¨²meros profesionales.
La instrucci¨®n se ha hecho llegar a las c¨¢rceles semanas despu¨¦s de que el Gobierno hiciera p¨²blica la nueva Estrategia Nacional contra el Crimen Organizado en la que, entre otros objetivos, se fija el de regular legalmente por primera vez la labor de los confidentes, una figura considerada ¡°esencial¡± por los investigadores pero que hasta ahora se manten¨ªa en un limbo jur¨ªdico que dificultaba su protecci¨®n y la de los agentes que trataban con ella.
Tambi¨¦n coincide con dos operaciones policiales realizadas recientemente por Polic¨ªa y Guardia Civil gracias a la informaci¨®n aportada por funcionarios de prisiones que han permitido desarticular sendas redes dentro de las c¨¢rceles que se dedicaban a radicalizar presos comunes musulmanes. En octubre de 2018, la Operaci¨®n Escribano permit¨ªa desmantelar una formada por 26 presos islamistas ¡ªentre ellos Jamal Zougam y Hassan El Haski, dos de los condenados por el 11-M¡ª repartidos en 17 c¨¢rceles y que se comunicaban a trav¨¦s de cartas. En febrero, ca¨ªa otro grupo, este asentado en la prisi¨®n de la localidad madrile?a de Valdemoro, cuyo presunto cabecilla, Suleim¨¢n E. M., ofrec¨ªa hasta un mill¨®n de euros a los reclusos que se comprometieran a cometer atentados suicidas cuando salieran de prisi¨®n.
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