S¨¢nchez ofrece a Pablo Iglesias cargos intermedios pero no ministerios
El presidente del Gobierno y el l¨ªder de Podemos mantuvieron este lunes una reuni¨®n en La Moncloa
Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias ya han entrado en faena. Ya no discuten el nombre, sino qu¨¦ significa ¡°Gobierno de cooperaci¨®n¡±. Y ah¨ª han llegado los problemas serios. S¨¢nchez se ha movido: desde el Gobierno en solitario que defend¨ªa antes, ahora plantea que haya cargos de Podemos, pero no en la c¨²pula de los ministerios, sino en puestos intermedios de la Administraci¨®n. Adem¨¢s, plantea firmar un programa de investidura y garantizar que Podemos sea el socio preferente. Pero Iglesias insiste en que Podemos tiene que estar en el Gobierno con el peso que corresponde a sus 42 diputados. Va para largo.
Al contrario de lo que era previsible, las reuniones p¨²blicas fueron mucho mejor que el primer encuentro te¨®ricamente discreto ¡ªla noticia fue adelantada este martes por eldiario.es¡ª en La Moncloa. Hubo dos citas con fot¨®grafos, y fueron bastante bien, seg¨²n fuentes de los dos sectores. Y hubo un primer encuentro sin c¨¢maras y todo indica que fue bastante mal, aunque la negociaci¨®n seguir¨¢ porque ambos est¨¢n condenados a entenderse.
El problema lleg¨® cuando se pas¨® de las palabras a su significado. Para Podemos, Gobierno de cooperaci¨®n es muy similar a Gobierno de coalici¨®n: un Ejecutivo conjunto en el que la formaci¨®n de Iglesias tenga una tercera parte de los ministros que nombre el PSOE, una relaci¨®n similar a la que hay entre los diputados de uno y otro: 123 a 42. Pero para el PSOE Gobierno de cooperaci¨®n es una cosa muy diferente del que se acaba de acordar en la Comunidad Valenciana, donde Podemos tiene una vicepresidencia.
S¨¢nchez, seg¨²n fuentes conocedoras de la reuni¨®n, traslad¨® a Iglesias que el significado de ese Gobierno de cooperaci¨®n implicar¨ªa tres elementos importantes: por un lado, Unidas Podemos ser¨ªa el socio prioritario del Ejecutivo, lo que implicar¨ªa que S¨¢nchez descansar¨ªa en ellos las decisiones y las negociaciones clave y no buscar¨ªa la geometr¨ªa variable con otros grupos de la que se hablaba tras el 28-A. Por otro, se firmar¨ªa un acuerdo de investidura pactado entre los dos que marcar¨ªa toda la agenda pol¨ªtica.
Y por ¨²ltimo, el asunto m¨¢s delicado: el PSOE no parece dispuesto a que Podemos tenga puestos en el Consejo de Ministros para su l¨ªder y otros dirigentes, como reclama Iglesias. S¨¢nchez le ha ofrecido otra soluci¨®n, que es lo que ¨¦l entiende como Gobierno de cooperaci¨®n: puestos intermedios en la Administraci¨®n para Podemos, pero sin ministros. Es una forma de que tenga una entrada en el Ejecutivo socialista pero sin que participe en el Consejo de Ministros, algo que el presidente en funciones ha rechazado hasta ahora.
No parece por tanto, al menos de momento, que la negociaci¨®n est¨¦ frenada en la entrada de Pablo Iglesias en el Gobierno, como se tem¨ªa en algunos sectores, sino en la entrada en general de Podemos en ese nivel m¨¢ximo de los ministros. No hay vetos a Iglesias, como ¨¦l insist¨ªa el domingo en la entrevista en EL PA?S, sino una discusi¨®n de fondo sobre el papel de Podemos en la nueva legislatura.
El l¨ªder de Unidas Podemos ha dejado muy claro, ante S¨¢nchez y en p¨²blico, que no piensa aceptar nada que no sea entrar en el Gobierno con ministros propios. Por eso todo indica que la negociaci¨®n se alargar¨¢. Fuentes del entorno de Iglesias creen que la estrategia de los socialistas pasa por dejar todo para el ¨²ltimo momento, incluso con la investidura ya convocada ¡ªde momento no hay fecha¡ª para intentar que la presi¨®n social y medi¨¢tica suavice su postura. Los socialistas tambi¨¦n presionan a su vez a Ciudadanos y al PP para que se abstengan, algo que resolver¨ªa sus problemas pero, de momento, parece imposible. Las negociaciones seguir¨¢n y habr¨¢ muchos contactos en los pr¨®ximos d¨ªas. El acuerdo no parece sencillo, pero ninguno de los dos se plantea las elecciones como una alternativa real.
Sin fecha para la investidura del presidente
Solo el presidente decide la fecha de la investidura. De momento no tiene los apoyos, pero puede que se anime a poner una fecha como forma de presi¨®n. En el PSOE se maneja la primera o segunda semana de julio. En La Moncloa est¨¢n entre dos fuegos: no quieren una investidura fallida, que tiene un coste de imagen para todos, tambi¨¦n para el presidente, pero tampoco quieren alargarla de forma indefinida. La decisi¨®n se acerca.
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