La UE avisa de que el Gobierno de S¨¢nchez agota su periodo de gracia

Bruselas espera con paciencia un desenlace pol¨ªtico en Espa?a que marque el inicio de una nueva legislatura y la cuenta atr¨¢s hacia unos Presupuestos Generales del Estado actualizados para la coyuntura del momento. Fuentes europeas indican que el Gobierno en funciones de Pedro S¨¢nchez mantiene la confianza de las instituciones comunitarias gracias al car¨¢cter inequ¨ªvocamente europe¨ªsta de su ejecutivo y a la buena marcha de la econom¨ªa espa?ola.

Pero las mismas fuentes advierten de que se est¨¢ agotando el per¨ªodo de gracia con S¨¢nchez, caracterizado, entre otras cosas, por la benevolencia de la Comisi¨®n Europea y el Eurogrupo con un programa de Estabilidad que apunta, seg¨²n Bruselas, a un claro riesgo de desviaci¨®n de los objetivos de d¨¦ficit tanto este a?o como el pr¨®ximo.

Las fuentes consultadas colocan la fecha del 23 de julio como el inminente punto de inflexi¨®n para una revaluaci¨®n del liderazgo del presidente socialista. La sesi¨®n de investidura de ese d¨ªa en el Congreso de los Diputados ser¨¢ un indicador adelantado para Bruselas sobre si Espa?a inicia una etapa de estabilidad pol¨ªtica o se perpet¨²a en la incertidumbre y el marasmo intermitente en que vive desde las elecciones fallidas de 2015.

El Eurogrupo (ministros de Econom¨ªa de la zona euro) analizar¨¢ este lunes la situaci¨®n econ¨®mica de Espa?a, al hilo del informe de seguimiento del rescate de la banca espa?ola elaborado por la Comisi¨®n Europea y el Banco Central Europeo tras una visita a Madrid a primeros de mayo. Y aunque el documento rebosa indicadores positivos, la interrogante sobre el proceso de investidura sobrevolar¨¢ la reuni¨®n.

"Es muy importante tener un Gobierno con estabilidad que tome medidas y que pueda hacer reformas", apunt¨® la semana pasada en Madrid el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, durante una entrevista en Radio Nacional. El vicepresidente, antiguo ministro de Econom¨ªa del Gobierno de Mariano Rajoy, se cuid¨® mucho pronunciarse sobre los asuntos pol¨ªticos internos de su pa¨ªs. Pero a?adi¨® que desea "para Espa?a y para todos los pa¨ªses de la zona euro que haya un Gobierno estable, con estabilidad y capacidad de tomar decisiones cuanto antes, por supuesto".

El toque del BCE verbaliza la preocupaci¨®n soterrada entre varios miembros de la zona euro, que cruzan los dedos para que Espa?a se estabilice pol¨ªticamente cuanto antes dada la delicada situaci¨®n que atraviesa ya otro gran pa¨ªs como Italia.

Entre los miembros del Eurogrupo se vislumbr¨® la tranquilidad cuando las urnas del 28 de abril arrojaron la posibilidad de una coalici¨®n del PSOE y Ciudadanos con mayor¨ªa absoluta. El entusiasmo por esa opci¨®n se estrell¨® con el veto de Albert Rivera a cualquier acuerdo con S¨¢nchez. Y, desde entonces, Bruselas se ha limitado a esperar la formaci¨®n de una mayor¨ªa viable que parec¨ªa al alcance de la mano pero que, a dos semanas de la investidura, no est¨¢ garantizada.

Fuentes comunitarias incluso observan con tranquilidad la posibilidad de una alianza con Podemos, con tal de formar un Gobierno estable, siempre y cuando se mantuviera la orientaci¨®n econ¨®mica seguida por S¨¢nchez desde su llegada al poder hace un a?o. Una soluci¨®n que tras la experiencia de Syriza en Grecia inquieta mucho menos que hace cuatro a?os cuando la ultraizquierda se ve¨ªa como una amenaza para la integridad de la zona euro.

Ahora la prioridad de Bruselas son gobiernos estables de una coloraci¨®n tan m¨²ltiple y variada como requiera la situaci¨®n de cada pa¨ªs. "Cuando miro a los pa¨ªses del Mediterr¨¢neo, veo que Portugal o Grecia, con Gobiernos de izquierdas, y a veces incluso con aliados de extrema izquierda, no son Estados con una peor trayectoria fiscal que otros", se?alaba a EL PA?S el comisario europeo de Econom¨ªa, Pierre Moscovici, solo 72 horas antes de las ¨²ltimas elecciones generales en Espa?a.

La ausencia de acuerdo para la investidura expondr¨ªa a Espa?a a las cuartas elecciones en cuatro a?os y a llegar a 2020 con unos presupuestos 2017 que ya se aprobaron con m¨¢s de medio a?o de retraso. Una suma de factores que no colocan al pa¨ªs en la mejor situaci¨®n en un momento en que la Uni¨®n afronta la renovaci¨®n de la c¨²pula comunitaria (con la presidencia de la Comisi¨®n todav¨ªa pendiente del visto bueno del Parlamento Europeo), la salida definitiva del Reino Unido el 1 de noviembre o el aplazamiento del Brexit, y la recta final de la negociaci¨®n del marco presupuestario del club para 2021-2027. En todos esos procesos, el Gobierno espa?ol est¨¢ llamado a desempe?ar un papel importante dif¨ªcilmente compatible con una interinidad permanente.

¡°Espa?a es una pieza clave en estos momentos porque es uno de los pocos pa¨ªses sin tendencias euroesc¨¦pticas y el ¨²nico pa¨ªs de los grandes gobernado por los socialistas¡±, se?ala un alto cargo de la Comisi¨®n Europea. El Gobierno socialista de S¨¢nchez parece el complemento ideal para el eje formado por el gobierno conservador de Angela Merkel en Alemania y el de tinte liberal de Emmanuel Macron en Francia.

La estabilidad de un Gobierno con plenas funciones permitir¨ªa a Espa?a, seg¨²n el alto cargo de la Comisi¨®n, explotar todo su potencial en un momento en que Bruselas va a experimentar toda una renovaci¨®n pol¨ªtica y administrativa, que va mucho m¨¢s all¨¢ de los cinco altos cargos debatidos y, en principio, resueltos, en la cumbre europea de la semana pasada.

S¨¢nchez ya asumi¨® un gran protagonismo en las negociaciones de esa cumbre y logr¨® que Josep Borrell fuera elegido como futuro Alto Representante de Pol¨ªtica Exterior, uno de los puestos a repartir. Pero la batalla por la segunda escala de poder -que abarca desde secretar¨ªas generales a puestos en los gabinetes de los 28 comisarios europeos- apenas ha comenzado y la debilidad de un Gobierno en funciones de incierto recorrido podr¨ªa complicar la puja por las cuotas de poder en juego.

El destacado papel de S¨¢nchez en la pasada cumbre y en las reuniones previas le ha colocado adem¨¢s en el punto de mira de las formaciones pol¨ªticas rivales, que han visto a un Gobierno espa?ol dispuesto a codearse con los dos gigantes del club -Alemania y Francia- y ejercer de fiel de la balanza.

La sobreexposici¨®n del l¨ªder socialista espa?ol tambi¨¦n tiene sus costes. Buena parte de los socialistas europeos no comparten el acuerdo de los altos cargos logrado en la cumbre de Bruselas tras una negociaci¨®n en la que S¨¢nchez llev¨® la batuta de su familia pol¨ªtica. La revuelta fue tan evidente que los socialistas rechazaron proponer al b¨²lgaro Sergei Stanishev, como preve¨ªa el acuerdo suscrito por los l¨ªderes, y optaron por el italiano David Sassoli.

A la divisi¨®n de los socialistas se unieron los reproches del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que el pasado jueves no dud¨® en sugerir que S¨¢nchez no hab¨ªa cumplido su parte de compromiso de garantizar la presidencia del Parlamento para un socialista de Europa del Este. La cr¨ªtica de Tusk, miembro del Partido Popular Europeo, apuntaba a la presunta falta de control de S¨¢nchez sobre sus propias huestes. Una forma poco disimulada del PPE de descargar en los socialistas la responsabilidad de un reparto de cargos que ha roto por completo el equilibrio geogr¨¢fico y ha dejado a los pa¨ªses de Europa central y del Este sin ning¨²n puesto de m¨¢xima responsabilidad.