Ante el abismo de nuevas elecciones
Siete analistas del colectivo Agenda P¨²blica advierten de que otros comicios entra?ar¨ªan un grave riesgo para la izquierda
Siete analistas de Agenda P¨²blica valoran para EL PA?S las causas y consecuencias de un fracaso en la investidura de Pedro S¨¢nchez del pr¨®ximo 23 de julio. Estos creen que la repetici¨®n de las elecciones entra?ar¨ªa un grave riesgo para la izquierda. El presidente en funciones ha dado este lunes por rotas las negociaciones con Podemos. El partido liderado por Pablo Iglesias era el socio principal de los socialistas en las negociaciones para la formaci¨®n de un Ejecutivo "progresista", como ans¨ªa el PSOE. La suma de los esca?os de Podemos (42) con los 123 del PSOE otorga a esta alianza 165 apoyos en el Congreso.?
Astrid Barrio, profesora de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia
La convocatoria de una consulta interna en Podemos en la que se pregunta a los inscritos por la f¨®rmula, Gobierno de coalici¨®n o Gobierno de cooperaci¨®n, en vez de, o bien incorporar otras opciones que Pedro S¨¢nchez asegura haber planteado a Pablo Iglesias, o bien de valorar el contenido sustantivo del acuerdo si ese llegaba a producirse, no ha gustado al l¨ªder socialista que ha dado por rotas las negociaciones.
S¨¢nchez acusa a Iglesias de maximalista y de perseguir solo su integraci¨®n en el Gobierno e insiste en que existen demasiadas discrepancias entre ambos, en especial por lo que respecta a la cuesti¨®n catalana, mientras que Podemos afirma querer seguir negociando aunque la consulta siga su curso al margen del resultado de las negociaciones.?
La desconfianza y el recelo parecen ser los elementos?definitorios de las relaciones entre S¨¢nchez e Iglesias por lo?que las posibilidades de lograr la investidura, hoy por hoy,?parecen remotas. M¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica ninguno de los dos?l¨ªderes parece apostar por el entendimiento sino por c¨¢lculos?personales y partidistas. Ninguno parece ser verdaderamente?consciente de la grave irresponsabilidad que supone una?eventual repetici¨®n de elecciones ante el evidente riesgo de?desmovilizaci¨®n y desafecci¨®n ciudadana por lo que constituir¨ªa?una verdadera dejaci¨®n de funciones de la que adem¨¢s se?acusar¨ªan mutuamente para tratar de obtener r¨¦ditos?electorales.
Luis Cornago, analista de riesgo pol¨ªtico en Teneo
La decisi¨®n de Pablo Iglesias de consultar a la militancia de Podemos sobre el sentido de su voto en la investidura de Pedro S¨¢nchez nos retrotrae en el tiempo. En abril de 2016 Iglesias pregunt¨® acerca del pacto PSOE-Ciudadanos a sus bases, que lo rechazaron de forma abrumadora. En aquel momento, la c¨²pula de Podemos, alentada por la posibilidad del sorpasso al PSOE, afrontaba con optimismo la posibilidad de repetir las elecciones.
En cambio, la situaci¨®n a d¨ªa de hoy es sustancialmente distinta. Por un lado, las perspectivas de una posible repetici¨®n son bastante menos halag¨¹e?as para Podemos despu¨¦s de encadenar varios malos resultados electorales. Adem¨¢s, la posibilidad de que el espacio pol¨ªtico representado por ??igo Errej¨®n y sus afines aparezca en la arena nacional supone una clara amenaza para ellos.
En este contexto, la direcci¨®n de Podemos percibe que su entrada en el Gobierno es quiz¨¢s la ¨²ltima oportunidad para coger aire, reconstruir el partido y reforzar de paso el liderazgo de Iglesias y Montero. Por su parte, desde la c¨²pula del PSOE, cuyos resultados (y perspectivas) electorales le conceden una posici¨®n negociadora mucho m¨¢s ventajosa, se insiste en que si la votaci¨®n de investidura fracasa la pr¨®xima semana no habr¨¢ m¨¢s oportunidades.
La dureza de las declaraciones de S¨¢nchez esta ma?ana pueden interpretarse como un ultim¨¢tum y llevarnos a pensar, err¨®neamente, que el tie break acaba de empezar y se resolver¨¢ el 25 de julio. Sin embargo, es posible que se trate simplemente del comienzo del set definitivo y que a la vuelta del verano (antes del 24 de septiembre) algunos actores recapaciten sobre su posici¨®n.
Jos¨¦ Antonio Noguera, Profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona
Solo un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos permite un programa m¨ªnimo suficiente, ser¨ªa apoyado por sus votantes y podr¨ªa llevar a otros peque?os partidos a facilitar la investidura. Ello requiere aceptar cinco principios: 1) No existe mayor¨ªa pol¨ªticamente viable sin ese acuerdo. 2) Ir a elecciones es peor: es posible el giro a la derecha y nada sustancial cambiar¨ªa con un PSOE con 15 o 20 esca?os m¨¢s a costa de Unidas Podemos. 3) No hay garant¨ªa de que terceros partidos aprueben los Presupuestos: quedar¨¢n abiertos. 4) Solo el control mutuo que un Gobierno de coalici¨®n proporciona puede remediar la enorme desconfianza existente. 5) Negocian equipos solventes fuera del foco medi¨¢tico.
En un chicken game, unos jugadores responsables acordar¨ªan ceder ambos lo suficiente. Incluso si a uno le fuese la vida en no ceder (como se cree en el PSOE respecto de Iglesias), lo racional ser¨ªa que cediera el otro (uno de los dos equilibrios del juego); si no, es que a ¨¦l le va la vida tambi¨¦n en ello y van al despe?adero. Es probable que veamos una investidura fallida con blame-game de manual en julio. Las vacaciones quiz¨¢ enfr¨ªen los ¨¢nimos y favorezcan ejercicios terap¨¦uticos de humildad y aceptaci¨®n de la realidad.
Juan Rodr¨ªguez, Profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia
Las dificultades teatrales para resolver la investidura de Pedro S¨¢nchez tienen poco que ver con ambiciones personales, falta de cultura de coalici¨®n o tradiciones at¨¢vicas. En un Parlamento hiperfragmentado y afectado por la persistente radiaci¨®n de la crisis catalana, PSOE y Podemos est¨¢n negociando lo m¨¢s complicado: formar una coalici¨®n que, en cualquier caso, seguir¨¢ en minor¨ªa porque no existe un tercer actor que garantice la estabilidad desde fuera. Ese contexto suma lo peor de cada caso: de ser coalici¨®n y de estar en minor¨ªa.
S¨¢nchez e Iglesias tienen raz¨®n cuando reconocen las debilidades del contrario: ni al PSOE las elecciones le dieron una base suficiente para gobernar solo, ni un Podemos en declive parece garant¨ªa para sostener el embate de una legislatura endeble. Ahora falta que sepan decodificar tambi¨¦n sus propias debilidades: S¨¢nchez dif¨ªcilmente podr¨¢ aplicar al pr¨®ximo Ejecutivo el estilo personalista que le ha permitido sobrevivir hasta hoy; Iglesias no puede supeditarlo todo a una vicepresidencia que le facilite controlar la refundaci¨®n de Podemos.
El punto intermedio es una coalici¨®n sin Iglesias. Si son racionales, el riesgo de desplome y elecciones anticipadas no es tan elevado porque ambos saben que el 26 de abril a la izquierda no le fue tan bien como se esperaba, y en una eventual repetici¨®n de los comicios es probable que le vaya, en conjunto, peor. Es Ciudadanos quien tiene la llave que no puede utilizar.
Argelia Queralt, Profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona
Las negociaciones para pactar un Gobierno del PSOE en que se integren un par de ministros de la ¨®rbita de Podemos, fuera de los sectores m¨¢s radicalizados de cada electorado, son percibidas por la opini¨®n p¨²blica como de muy bajo nivel. Cada formaci¨®n tiene sus motivos para resistirse a la otra, pero est¨¢n dirigiendo este proceso de pre-investidura al precipicio de la convocatoria de nuevas elecciones, escenario que resulta desaconsejable.
Desde la perspectiva institucional, Espa?a necesita entrar en una etapa de gobernabilidad con un Ejecutivo fuerte que dote de estabilidad a la gesti¨®n p¨²blica. Pol¨ªticamente es necesario cerrar la etapa de bronca pol¨ªtica que reduzca la polarizaci¨®n del debate p¨²blico y permita acuerdos de Estado en el medio plazo. Por ¨²ltimo, los partidos tienen una la responsabilidad democr¨¢tica que cumplir una vez que han recibido la confianza del electorado, sobre todo, si quieren evitar una nueva etapa de desmovilizaci¨®n ciudadana.
El Gobierno en funciones ha dejado medidas pol¨ªticas p¨²blicas que solo podr¨¢n llevar su sello si logran un pacto con Podemos. Los incentivos de la derecha para colaborar en su puesta en marcha son escasos en la actual situaci¨®n de pugna por el liderazgo en este bloque.
Cristina Monge, Profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad de Zaragoza
La negociaci¨®n para formar Gobierno llega a su ecuador con la tensi¨®n al m¨¢ximo. Conscientes, como deber¨ªan ser Unidas Podemos y el PSOE, de que la convocatoria de nuevas elecciones supone asumir un riesgo que podr¨ªa tener consecuencias catastr¨®ficas para el conjunto de la izquierda, la racionalidad invita a poner en marcha todas las estrategias posibles para alcanzar un acuerdo.
El momento actual exige, al menos, tres movimientos: el primero, imprescindible, bajar la tensi¨®n. La din¨¢mica de acci¨®n-reacci¨®n en que ha entrado la negociaci¨®n no hace sino incrementar la crispaci¨®n y dibujar un marco de beligerancia que imposibilita cualquier encuentro.
Los acuerdos ser¨ªan m¨¢s sencillos de hallar si lo que se debatiera fueran propuestas program¨¢ticas concretas en aquellos temas que tienen ambos en com¨²n y se pactaran las discrepancias en los asuntos que les diferencian. Tan importante es concretar el acuerdo como pactar el desacuerdo.
Finalmente, llegando al centro del debate sobre los nombres de los ministros, puede merecer la pena cambiar el enfoque: ?por qu¨¦ ha de limitarse Iglesias a incorporar a un par de ministros y S¨¢nchez a admitirlos o rechazarlos, cuando ambos podr¨ªan intentar consensuar el conjunto? Obviamente es m¨¢s complejo, pero abre un campo nuevo de discusi¨®n donde parad¨®jicamente puede ser m¨¢s f¨¢cil encontrarse. Y sobre todo, genera una din¨¢mica de construcci¨®n de confianza que superar¨ªa el ¡°nosotros¡± frente a ¡°ellos¡±.
En definitiva: rebajar la tensi¨®n, discutir sobre lo concreto y construir confianza.
Gemma Ubasart, Profesora de Ciencia Pol¨ªtica de la Universitat de Girona
Para pactar una coalici¨®n entre dos o m¨¢s fuerzas pol¨ªticas (sea ¨¦sta de gobierno o gobernabilidad) se requiere de una fase previa de di¨¢logo y negociaci¨®n. Se necesita tiempo para deliberar y generar ciertos lazos de confianza. Escuchar y ceder. Una coalici¨®n productiva es aquella en la que todos ganan, existe un cierto equilibrio de ¨¦xitos (evidentemente, en funci¨®n del peso de cada uno).
Dicen que en Espa?a no hay cultura de coalici¨®n. Y no es cierto. Desde la recuperaci¨®n democr¨¢tica los presidentes han pactado investidura y/o apoyo en la legislatura cuando no han tenido mayor¨ªa absoluta. Lo hizo Gonz¨¢lez, Aznar, Zapatero o hasta Rajoy. La diferencia con la actualidad radica en que el sistema de partidos estatal se ha vuelto multipartidista. Los pactos ya no son entre una gran fuerza con otras peque?as (¡°perif¨¦ricas¡± en su mayor¨ªa), sino entre partidos medianos. En este nuevo escenario es l¨®gico que se afiance la idea de coalici¨®n gubernamental, como sucede en la mayor parte de pa¨ªses europeos o en las comunidades aut¨®nomas con mapas pol¨ªticos complejos.
Llegados al impasse actual, mi recomendaci¨®n: menos jugadas maestras y m¨¢s estrategia pol¨ªtica de mirada larga. Paren m¨¢quinas y vuelvan a empezar. Piensen que quieren hacer y con quien. Y empiecen el di¨¢logo y la negociaci¨®n, pero de verdad.
Luis Bouza, Profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid
M¨¢s all¨¢ de las aspiraciones a maximizar la representaci¨®n ministerial, la dificulta de formar coaliciones est¨¢ en que estas modifican el peso relativo de cada socio. Con 4 diputados suspendidos por el proc¨¦s, una coalici¨®n PSOE-UP podr¨ªa sumar 173 s¨ªes y 173 noes, a expensas de una abstenci¨®n de Bildu o Navarra+ en funci¨®n de la formaci¨®n de gobierno de la comunidad foral. La desconfianza mutua que est¨¢ dificultando la formaci¨®n de una coalici¨®n no es por lo tanto irracional, aunque se alcanzase un acuerdo program¨¢tico. Por una parte, el dise?o institucional acrecienta la desconfianza de Podemos: la moci¨®n de censura constructiva y el uso de los decretos-ley dan al Presidente de Gobierno una capacidad de actuaci¨®n que su socio y competidor quiere limitar. Por otra parte, la coalici¨®n con Podemos obligar¨ªa al PSOE a renunciar a parte de su condici¨®n de partido pivote capaz de negociar en geometr¨ªa variable y aumenta la capacidad de negociaci¨®n de Podemos en cada ley al hacer m¨¢s dif¨ªciles los acuerdos transversales. Un acuerdo que repartiera carteras para cada partido en terrenos donde no compiten con su socio podr¨ªa ayudar a hacer el gobierno m¨¢s viable, cohabitando ministros de Podemos que pudieran negociar con los independentistas con socialistas capaces de entenderse con Ciudadanos.
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