La escenograf¨ªa del Supremo marca tendencia
Las pr¨¢cticas poco frecuentes puestas en marcha durante el juicio del ¡®proc¨¦s¡¯ empiezan a extenderse por otros tribunales del pa¨ªs
La primera jornada del juicio del proc¨¦s, el pasado 12 de febrero, qued¨® marcada por una imagen de enorme calado pol¨ªtico y simb¨®lico: la de Oriol Junqueras y los otros 11 acusados sentados en el banquillo. Cuatro filas de bancos colocados en el centro de la sala en los que se pudo ver en p¨²blico a los nueve presos preventivos por primera vez desde que entraron en la c¨¢rcel. La imagen se repiti¨® al d¨ªa siguiente, pero, a partir de la tercera sesi¨®n, el tribunal accedi¨® a la petici¨®n de las defensas de que los acusados pudieran sentarse con sus abogados. El banquillo qued¨® medio vac¨ªo, y esa posibilidad, la de que los procesados sigan la vista oral junto a sus letrados, que hasta ahora era excepcional, ha empezado a extenderse en juicios cotidianos.
La opci¨®n de abandonar el banquillo es quiz¨¢ la huella m¨¢s importante, pero no la ¨²nica que ha dejado el juicio del proc¨¦s en la pr¨¢ctica jur¨ªdica. Abogados y magistrados coinciden en otras decisiones que la ley permite pero que, hasta ahora, eran poco frecuentes. El hecho de que la Sala Penal del Tribunal Supremo las haya puesto en pr¨¢ctica en el juicio m¨¢s importante celebrado en Espa?a en los ¨²ltimos a?os y el primero que el Consejo General del Poder Judicial retransmite ¨ªntegramente en directo ha abierto puertas que las defensas, las acusaciones y los tribunales est¨¢n empezando a aprovechar.
Lourdes Garc¨ªa Ortiz, presidenta de la Audiencia Provincial de M¨¢laga, nunca hasta ahora se hab¨ªa encontrado con la petici¨®n de un abogado para que su cliente pudiera seguir la vista sentado junto a ¨¦l. La primera le lleg¨® una vez empezado el juicio del proc¨¦s y la acept¨®. ¡°Es un tema del que hemos hablado mucho en foros. El banquillo estigmatiza y sit¨²a al acusado a una distancia que impide la comunicaci¨®n con el abogado¡±, afirma la magistrada. ¡°Es una opci¨®n positiva y viable, pero antes no lo ped¨ªan¡±, explica.
Los abogados Carlos Pardo y Eduardo G¨®mez Cuadrado aseguran que ellos s¨ª lo hab¨ªan solicitado varias veces. Pero nunca se lo hab¨ªan concedido. Hace unos meses, con el juicio del Supremo empezado, lo han logrado por primera vez. ¡°Solicitarlo en mi caso no es una novedad, lo he hecho muchas veces. La novedad es que lo est¨¢n concediendo¡±, afirma G¨®mez Cuadrado, que en sus ¨²ltimos escritos para solicitar esta medida ya ha alegado como argumento la decisi¨®n del Supremo. Pardo tambi¨¦n resalta la importancia de este precedente. ¡°Yo le llamo el salvoconducto Marchena. Ha dado el pistoletazo para que se permita en todos los casos¡±, sostiene en referencia al presidente del tribunal del proc¨¦s.
La Ley Org¨¢nica del Enjuiciamiento Criminal no especifica d¨®nde tienen que sentarse los acusados y la pr¨¢ctica impuso el banquillo central. Pero la Ley del Tribunal del Jurado, de 1995, s¨ª lo hace: los acusados se encontrar¨¢n situados ¡°de forma que sea posible la inmediata comunicaci¨®n con los defensores¡±. Esto es lo que lleva a los juristas a entender que no hay raz¨®n para impedir que pueda hacerse lo mismo en el resto de juicios. Algunos tribunales, como la Audiencia de Tarragona, lo admiten hace tiempo, pero en la mayor¨ªa las peticiones han sido escasas hasta ahora.
Cosa distinta, advierten los juristas, es que los juzgados espa?oles no est¨¦n pensados para esta escenograf¨ªa y en algunos casos sea inviable. ¡°Los bancos de las defensas son muy peque?os. Si solo hay un acusado, vale. Pero si hay tres o cuatro, casi no cabemos los letrados¡±, afirma el abogado Juan Moreno. Lo mismo ocurre en macroprocesos con decenas de acusados. ¡°A partir de octubre voy a tener varios juicios con m¨¢s de 40 acusados y he pedido a la Junta de Andaluc¨ªa que me adapte la sala o me d¨¦ un sitio nuevo. Casi no cabemos y si las defensas me pidieran sentarse con sus defendidos no s¨¦ c¨®mo lo har¨ªa¡±, se?ala Manuel Guti¨¦rrez Luna, presidente de la secci¨®n de Algeciras de la Audiencia Provincial de C¨¢diz. Hasta ahora nunca se lo han pedido, pero si lo hacen se muestra partidario de concederlo. ¡°Siempre que las condiciones lo permitan¡±, a?ade resignado.
Otro asunto que el Supremo cuid¨® es evitar que los presos cruzaran el tribunal o entraran en la sala esposados. Las conducciones corren a cargo de la Polic¨ªa, pero el tribunal del proc¨¦s se interes¨® por que fuera as¨ª para proteger la dignidad de los l¨ªderes independentistas encarcelados.
La mayor¨ªa de los reclusos a los que no se les presupone una actitud violenta permanecen con las manos libres durante los juicios, aunque muchos s¨ª son llevados esposados hasta la sala de vistas. Le ocurri¨® al expresidente de la CEOE Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n. ¡°Fue muy injusto. Lo metieron en el calabozo y entr¨® en la sala con las esposas puestas. Cuando lo vio el presidente del tribunal dijo que se las quitaran inmediatamente¡±, recuerda el abogado Carlos Pardo, que ha defendido a D¨ªaz Ferr¨¢n ante los tribunales.
Entre abogados y jueces ha causado tambi¨¦n inter¨¦s la decisi¨®n de Marchena de limitar el tiempo a las acusaciones y las defensas para exponer sus conclusiones finales. El Supremo se ampar¨® en que el Tribunal de Justicia de la UE permite esta limitaci¨®n, aunque en la pr¨¢ctica en Espa?a no es frecuente. ¡°En causas con muchos acusados pido que me digan cu¨¢nto tiempo prev¨¦n para as¨ª ajustar la agenda, pero no suelo limitarlo¡±, se?ala la presidenta de la Audiencia de M¨¢laga. Guti¨¦rrez Luna tampoco acostumbra a poner l¨ªmite, pero admite que lo hecho en el juicio del proc¨¦s le servir¨¢ de argumento para hacerlo si lo cree oportuno.
Los juristas consultados coinciden en que el juicio del Supremo ha creado una escuela. ¡°En la vista por la destrucci¨®n de los ordenadores de B¨¢rcenas se ha aludido en varias ocasiones a ella para enmarcar peticiones de abogados o decisiones del tribunal¡±, dice Moreno. ¡°Son resoluciones del Supremo y marca una tendencia y crea una jurisprudencia, aunque luego est¨¢ la capacidad de cada ¨®rgano para administrar esa f¨®rmula¡±.
Todos apuntan que los magistrados del proc¨¦s han extremado las garant¨ªas porque saben que sus decisiones ser¨¢n miradas con lupa en los tribunales europeos, donde las defensas ya han anunciado que recurrir¨¢n. Pero creen que la vista del Supremo ha dejado muchos precedentes que pueden y deben extenderse. ¡°Realmente no ha habido nada nuevo. Marchena ha aplicado lo que estaba encima de la mesa pero a nadie se le ocurr¨ªa aplicar¡±, explica el abogado Pardo.
Men¨² caliente para los presos preventivos
Una de las decisiones que se tom¨® antes de que empezara el juicio del proc¨¦s fue que a los nueve presos preventivos se les sirviera un men¨² caliente, en vez de entregarles el men¨² fr¨ªo que suele dar el centro penitenciario a los presos que acuden a un juicio con sesi¨®n de ma?ana y tarde. La decisi¨®n fue de Instituciones Penitenciarias, que explic¨® que se ha hecho otras veces en vistas maratonianas, como la del 11-M. Esta vez, para no establecer diferencias, Interior sac¨® a la vez a concurso el juicio del proc¨¦s y el de Bankia, que se celebra en la Audiencia Nacional y en el que se sienta en el banquillo el exdirector del FMI Rodrigo Rato, encarcelado por las tarjetas black.
Jueces y abogados tambi¨¦n conf¨ªan en que este precedente sirva para otros casos. ¡°De la c¨¢rcel traen una bolsita que es una mierda. Un sandwich, algo de fruta y poco m¨¢s¡±, dice el abogado Pardo, que cuenta que alguna vez ha intentado entregarle comida a sus defendidos y no se lo permiten por miedo a que est¨¦ ¡°contaminada¡±.
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