Momento cumbre de los estrategas
La batalla de dos adictos a la pol¨ªtica que se respetan y admiran, como Redondo e Iglesias, acab¨® en un inmenso fiasco dominado por el relato
Iv¨¢n Redondo y Pablo Iglesias tienen enormes diferencias, pero tambi¨¦n coinciden en muchas cosas. Y dos de ellas son clave para explicar el psicodrama de la izquierda espa?ola vivido en las ¨²ltimas semanas. Una es su pasi¨®n por las series de televisi¨®n. La otra, su forma de entender la pol¨ªtica como una gran batalla estrat¨¦gica en la que el relato que hace girar a la opini¨®n p¨²blica es la clave de todo.
Redondo es un profesional de la asesor¨ªa pol¨ªtica y de comunicaci¨®n que ha marcado un hito en la historia de la democracia espa?ola. Por primera vez, un hombre de este perfil no est¨¢ solo de gur¨², como Pedro Arriola con Mariano Rajoy y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Es el jefe de Gabinete, est¨¢ al mando de la acci¨®n pol¨ªtica del presidente, maneja su agenda y toma decisiones de gesti¨®n cada d¨ªa. Es una figura clave del Gobierno, al que muchos admiran y del que otros recelan, sobre todo en el partido. Ese puesto, en el PSOE, siempre fue para un hombre de la casa, como Jos¨¦ Enrique Serrano, que lo fue con Felipe Gonz¨¢lez y con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Redondo tiene admiradores y detractores. Pero ha logrado lo m¨¢s importante: la confianza absoluta del presidente. Y con ella ha aplicado el mismo esquema que mantuvo en Extremadura con Jos¨¦ Antonio Monago, su mayor hito hasta que lleg¨® a La Moncloa. All¨ª tambi¨¦n era jefe de Gabinete.
Iglesias viene de un mundo similar, aunque siempre fue un militante, algo ajeno a Redondo. El l¨ªder de Podemos asesoraba a IU en comunicaci¨®n, y de hecho conoci¨® a Alberto Garz¨®n, un hombre clave en estos d¨ªas, cuando IU le pidi¨® que le ayudara a preparar una intervenci¨®n en el desaparecido 59 segundos, un programa de TVE.
Iglesias y Redondo hablan mucho de series. La ¨²ltima que han comentado es The Good Fight, un ¨¦xito reciente sobre unas abogadas que pelean por los derechos de la poblaci¨®n negra de Chicago. Tambi¨¦n comparten pasi¨®n por Juego de Tronos, un aut¨¦ntico mito fundacional de Podemos. Pero cuando Iglesias invit¨® a su programa Otra Vuelta de Tuerka a un entonces poco conocido Redondo, el 20 de abril de 2016, despu¨¦s de la primera investidura fallida de Pedro S¨¢nchez, con la que de verdad vibraron los dos fue con House of Cards. ¡°Hoy tenemos con nosotros a un hombre culto, sensible¡±, dice Iglesias al presentarlo. Nunca imagin¨® que ambos acabar¨ªan viviendo desde lados opuestos del tablero una batalla dram¨¢tica que acab¨® con otra investidura fallida de S¨¢nchez despu¨¦s de decenas de golpes y contragolpes estrat¨¦gicos entre Iglesias y el presidente en funciones, con su estratega Redondo detr¨¢s, que recordaban a un guion de sus series favoritas.
¡°El Ala Oeste de la Casa Blanca es el mundo ideal, el presidente que querr¨ªamos tener¡±, le cuenta Redondo a Iglesias. ¡°Pero la realidad, quitando los asesinatos y dem¨¢s, es m¨¢s parecida a House of Cards. Tendr¨ªa que ser una asignatura en algunas facultades¡±. Redondo plantea como intermedia The Boss, tambi¨¦n sobre un implacable ¡ªy criminal¡ª alcalde de Chicago. ¡°T¨¦cnicamente hay mucha verdad en House of Cards¡±, insiste el provocador Redondo.
Tablero de ajedrez
El consultor estrella de S¨¢nchez, que solo lleva dos a?os con ¨¦l, desde que volvi¨® al poder en el PSOE, ve la pol¨ªtica como un enorme tablero de ajedrez, en el que cada movimiento se hace pensando en todos los que vendr¨¢n despu¨¦s. ?l prefiere el ajedrez aleatorio, sobre todo la versi¨®n 960, ideada por Bobby Fisher en 1996. Las figuras se colocan de forma aleatoria al principio de la partida con algunos l¨ªmites. No hay aperturas memorizadas. Todo es creaci¨®n.
¡°Esto es ajedrez. Hay una partida por el Gobierno y otra por el relato¡±, cuenta en esa entrevista de Iglesias en 2016 sobre las negociaciones de esos d¨ªas para evitar una repetici¨®n de elecciones que finalmente no se logr¨® impedir. ¡°Que Podemos y Ciudadanos sab¨¦is construir relato est¨¢ claro. Pero hay que ver si sab¨¦is construir gobierno y gobernar¡±, le dice a Iglesias de forma casi premonitoria.
Redondo no deja indiferente a nadie. Sus rivales, en este caso Iglesias, lo respetan pero tambi¨¦n contribuyen a incrementar la leyenda de que ¨¦l siempre quiso ir a una repetici¨®n de elecciones, por ejemplo. Sus admiradores y colaboradores lo idolatran. Algunos de ellos cuentan que con ¨¦l se trabaja de 7.00 a 23.00 y todo se hace muy en serio. ¡°?l negocia muy duro. No da una sola batalla si no cree que puede ganarla¡±, explican los suyos. Iglesias no es muy diferente en eso. Son dos competidores natos y ambos creyeron que pod¨ªan ganar al otro. Ambos empezaron bien en 2016, pero han acabado muy mal, con fiasco enorme que deja a toda la izquierda espa?ola muy tocada.
La batalla de movimientos de las ¨²ltimas semanas fue feroz. Iglesias daba la impresi¨®n de ir por delante hasta el ¨²ltimo minuto, sobre todo despu¨¦s de su dram¨¢tica retirada. Algunos dicen que sorprendi¨® a Redondo, otros que lo esperaba. Ahora algunos discuten qui¨¦n de los dos gan¨® la partida. Y otros dirigentes, desolados, creen que en realidad perdieron los dos. Pero no ha acabado. Puede que haya segunda vuelta. Redondo, que lleg¨® a tener una secci¨®n en Antena 3 sobre estrategias pol¨ªticas que ¨¦l llam¨® The War Room, como el b¨²nker en Londres desde el que Winston Churchill dirig¨ªa la guerra contra Adolf Hitler, sigue al frente de la estrategia de La Moncloa. Es su propia sala de guerra. Iglesias tambi¨¦n sigue en su puesto. Dispuestos a un nuevo pulso. El propio Redondo lo dej¨® claro en el La Tuerka: ¡°Un spin doctor es alguien que se tira por un barranco por su candidato¡±.
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