¡°Queremos la huerta viva, dejadla en paz¡±
Decenas de vecinos, agricultores y ecologistas protestan en Valencia contra la ampliaci¨®n de una autov¨ªa que devora miles de metros de los campos de cultivo que rodean la capital
Amanece y una docena de j¨®venes, que han pasado la noche en tiendas de campa?a, protegen de las excavadoras una alquer¨ªa hist¨®rica en medio de la huerta de Valencia [los menguantes campos f¨¦rtiles que rodean la capital]. A veces en silencio a veces con c¨¢nticos, tristes pero resueltos a no moverse, estos j¨®venes custodios han protestado contra la ampliaci¨®n de la autov¨ªa V-21, acceso norte a la capital, que se llevar¨¢ por delante m¨¢s de 60.000 metros cuadrados de huerta, un patrimonio natural que han defendido reputados acad¨¦micos?de universidades extranjeras por Berkeley, Boston, Harvard o Edimburgo.
A las siete de la ma?ana, agentes de la Guardia Civil ha obligado a los concentrados a apartarse y dejar pasar a los operarios encargados de los trabajos previos al derribo de la construcci¨®n. Pero ah¨ª han permanecido y se han hecho fuertes gracias al goteo de vecinos, ecologistas y agricultores que se han ido sumado a la simb¨®lica protesta. ¡°Es un proyecto innecesario, negacionista del campo clim¨¢tico y que fomentar¨¢ el tr¨¢fico de veh¨ªculos en contra de las pol¨ªticas de movilidad en boga¡±, defiende Javier Canales, activista de Per l¡¯Horta, una plataforma ciudadana que defiende la supervivencia de esta superficie f¨¦rtil.
Los activistas velan desde hace dos d¨ªas el Forn [Horno] de Barraca, una alquer¨ªa con m¨¢s de un siglo de antig¨¹edad, que se ha convertido en s¨ªmbolo de la lucha contra la destrucci¨®n de estos campos, despensa de la poblaci¨®n circundante desde la ¨¦poca de los romanos. "La alquer¨ªa es una construcci¨®n de principios del siglo XX, con un gran horno en el interior que abasteci¨® de pan a la gente que trabajaba en la huerta", prosigue Canales, que ha llegado cuando despuntaba el d¨ªa, caminando por el murete de las acequias pues dos patrullas policiales controlaban los accesos por los caminos.
Los protectores de este trozo de historia viva del ¨¢rea metropolitana de Valencia han defendido el edificio "con tranquilidad pero con convicci¨®n", describe Alba Momp¨®, universitaria de 21 a?os que ha pasado la noche en una de las tiendas de campa?a. "No quiero que conviertan lo que queda de huerta en cemento", exclama. Han pasado un poco de fr¨ªo "pero vale la pena defender lo que queda", explica la joven. Sobre las seis de la ma?ana les ha despertado un tractor, que ha sulfatado una de las parcelas pr¨®ximas y despu¨¦s ha llegado la Guardia Civil, que les ha urgido a retirar las tiendas de campa?a en cinco minutos de forma "un tanto brusca", cuentan.?
"Es una protesta pac¨ªfica, solamente queremos mostrar nuestra opini¨®n, hacernos escuchar y concienciar a la sociedad de que esto no es bueno. La huerta es uno de nuestros patrimonios y hay que defenderlo y si los pol¨ªticos no lo hacen, lo haremos nosotros", zanja. Los operarios han desmontado el cableado, retirado los materiales peligrosos y vaciado la casa, perforando uno de los muros.
Las decenas de personas concentradas han asistido, con l¨¢grimas de rabia, como la pintada Huerta es vida sucumb¨ªa a los mazos. La actriz y pol¨ªtica Rosana Pastor ha sido testigo de ello: "Los vecinos est¨¢n alarmados porque lo que se est¨¢ proyectando es irreversible para la huerta y los habitantes de la comarca", comenta en alusi¨®n no solo a la ampliaci¨®n de la autov¨ªa sino a las urbanizaciones que proyectan los planes generales de ordenaci¨®n urbana.
El Ministerio de Fomento aprob¨® el pasado mes de julio de forma definitiva las obras de ampliaci¨®n a tres carriles de uno de los tramos de la V-21, y orden¨® el inicio del proceso de expropiaci¨®n forzosa de los terrenos. Por esta v¨ªa transitan a diario unos 77.000 veh¨ªculos y el prop¨®sito de la obra es evitar las congestiones de tr¨¢fico. El proyecto ha sido muy contestado socialmente, incluso Comprom¨ªs, socio del Gobierno valenciano, present¨® un plan alternativo pero, al final, lo ¨²nico que se ha conseguido es reducir la afecci¨®n a la huerta en unos miles de metros. Insuficiente para Per l'Horta.
La regresi¨®n de la huerta en los a?os del desarrollo urban¨ªstico ha sido importante. Seg¨²n un estudio del ge¨®grafo valenciano V¨ªctor Soriano, en el ¨²ltimo medio siglo este suelo de alto valor agr¨ªcola ¡ªcapaz de ofrecer hasta cuatro cosechas en solo un a?o¡ª ha retrocedido en un 64%.
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