Un juicio donde la coartada es ¡°muy exagerada¡±
Agentes de la Guardia Civil declaran que Manuel Alonso, acusado por la muerte de su expareja, quer¨ªa tener ¡°fiscalizado¡± su itinerario el d¨ªa del asesinato de la mujer
Horas despu¨¦s de que Luc¨ªa Garrido fuese asesinada en su finca Los Naranjos, en Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga) el 30 de abril de 2008, su expareja, Manuel Alonso, recibi¨® una llamada de un amigo para informarle de que algo hab¨ªa pasado en la vivienda. Respondi¨® al tel¨¦fono cerca de un parking de Ronda junto a su compa?era sentimental de aquel momento. Antes hab¨ªa tapeado en La L¨ªnea de la Concepci¨®n, pasado por el zoo de Castellar de la Frontera, visitado la playa de Sotogrande, pagado tres peajes de la autopista y repostado dos veces. Una de ellas, mirando claramente a la c¨¢mara de vigilancia. Guard¨® recibo de todo. Un pulcro itinerario que, junto a la repetici¨®n del trayecto d¨ªas anteriores, llam¨® pronto la atenci¨®n de la Guardia Civil que investigaba el caso. ¡°Se observa una coartada muy exagerada¡±, ha explicado hoy uno de los agentes que particip¨® en la investigaci¨®n de la muerte de la mujer, cuyo cad¨¢ver fue hallado flotando en la piscina de su casa.
La declaraci¨®n ha tenido lugar en la segunda sesi¨®n del juicio con jurado popular que intenta aclarar lo sucedido hace 11 a?os y en el que hay cuatro acusados. Entre ellos, Alonso, al que la acusaci¨®n particular considera autor intelectual de los hechos. Aunque el Ministerio Fiscal no lo acusa de ello, ayer anunci¨® que lo har¨¢ al final del proceso, que culminar¨¢ el pr¨®ximo 18 de septiembre. Tambi¨¦n hay acusados dos guardias civiles jubilados y otro hombre al que se apunta como autor material del asesinato.
El investigador ha explicado que aquella ma?ana Alonso tom¨® caf¨¦ en un bar cercano a su casa de Alhaur¨ªn de la Torre. All¨ª coincidi¨® con un conocido, que acababa de salir de prisi¨®n. Seg¨²n la versi¨®n del agente, le invit¨® a viajar hasta C¨¢diz para cerrar un negocio de animales, pero se neg¨®. El agente ha continuado relatando que Alonso parti¨® sobre las 10.00 de la ma?ana de aquel 30 de abril con su entonces pareja, tom¨® la autopista AP-7 pasando por los peajes de Calahonda, San Pedro y Manilva. Repost¨® en Estepona 60 euros de di¨¦sel. ¡°Pero la gasolinera estaba en obras y no hab¨ªa c¨¢maras¡±, ha explicado el agente. El acusado par¨® entonces para echar de nuevo gasolina -30 euros- pocos kil¨®metros despu¨¦s, en la estaci¨®n de servicio El Guadiaro. Esta s¨ª ten¨ªa c¨¢maras. ¡°Consideramos que sobreactuaba para conseguir un primer plano¡±, ha dicho el agente, que sobre el doble reportaje ha afirmado que ¡°podr¨ªa ser necesario, pero lo que quer¨ªa era tener fiscalizado su trayecto¡±.
Luego la pareja pas¨® por la playa de Sotogrande, que estaba en obras, y por el zoo de Castellar de la Frontera. Su due?o, con el que ten¨ªa relaci¨®n de compraventa de animales, se sorprendi¨® porque era el tercer d¨ªa seguido que llegaba hasta sus instalaciones ¡°sin motivo aparente¡±. ¡°No era habitual y lo hac¨ªa solo para perder el tiempo¡±, insisti¨® el agente. La investigaci¨®n aclar¨® tambi¨¦n que all¨ª coincidi¨® con el due?o de otro centro animal en C¨®rdoba, al que salud¨® ¡°muy efusivamente¡±, seg¨²n el agente, a pesar de apenas tener relaci¨®n previa. Finalmente, Alonso y su compa?era fueron a Ronda, donde recibieron la llamada para avisar de lo sucedido.
Alonso explic¨® ayer que iba a C¨¢diz ¡°dos o tres veces en semana¡± y que sol¨ªa guardar los recibos para que computaran como gasto en una nueva iniciativa empresarial que estaba preparando. Neg¨® haber invitado a ning¨²n conocido aquella jornada a ir a C¨¢diz. ¡°Es un borracho. ?Para qu¨¦ voy a invitarle si iba con mi pareja a C¨¢diz?¡±, declar¨® Alonso, que a?adi¨® que quiso ir a Sotogrande para ense?arle la zona a su pareja de entonces, de nacionalidad rusa, que no conoc¨ªa C¨¢diz. ¡°Y como hab¨ªa unas m¨¢quinas, pues nos fuimos para Ronda¡±, afirm¨®, al tiempo que explic¨® que las dos paradas para repostar se debieron al alto consumo de su coche, un Nissan todoterreno.
Principal sospechoso
La Guardia Civil se percat¨® de que los agresores de Luc¨ªa Garrido solo ten¨ªan ¡°la intenci¨®n ¨²nica de matar a Luc¨ªa¡±. No robaron nada en la vivienda, salvo el m¨®vil de la v¨ªctima. Tampoco hubo agresi¨®n sexual. Y los investigadores determinaron que los autores solo pudieron entrar por la puerta de entrada a la finca, ya que no hab¨ªa ninguna se?al de escalamiento. Otro de los agentes ha declarado que el d¨ªa elegido para el asesinato no es causal. Luc¨ªa hac¨ªa cada mi¨¦rcoles lo mismo: tomaba su coche hasta la barriada de Zapata, all¨ª tomaba el autob¨²s hasta M¨¢laga y se bajaba en la parada junto a su centro de trabajo. El viaje inverso era el mismo. ¡°Esos d¨ªas hac¨ªa un itinerario repetitivo. Los dem¨¢s era m¨¢s imprevisible¡±, ha dicho el guardia civil.
Los polic¨ªas apuntaron pronto hacia Alonso como principal sospechoso debido a las numerosas denuncias por malos tratos que hab¨ªa interpuesto Garrido y las manifestaciones de la mujer, que hab¨ªa avisado a una amiga que, si alg¨²n d¨ªa no iba a recoger a su hija al colegio, llamase directamente a la Polic¨ªa porque tem¨ªa por su vida. ¡°?l iba diciendo que la vida de una mujer no val¨ªa ni 3.000 euros¡±, ha dicho uno de los agentes que ha declarado, que ha subrayado que Garrido ¡°estaba viviendo un infierno¡±. Otro investigador ha explicado que Alonso pod¨ªa ser ¡°una persona interesada¡± porque estaba viviendo en una casa de alquiler -¨¦l pod¨ªa acceder a la finca para cuidar los animales ex¨®ticos de su negocio, pero no a la vivienda- y ¡°se encontraba inc¨®modo en esa situaci¨®n¡±.
La defensa de Manuel Alonso ha centrado hoy su estrategia en poner en duda la cadena de custodia de las pruebas que inculpan al supuesto autor material de los hechos bajo la idea de que, si se consigue exculparlo a ¨¦l, tambi¨¦n lo conseguir¨¢ el considerado autor intelectual. As¨ª, ha cuestionado a los diferentes investigadores que han declarado en por qu¨¦ se consigui¨®, ocho a?os despu¨¦s, ADN que permiti¨® identificar al presunto asesino y, sin embargo, no hubo restos en ninguno de los otros objetos encontrados por la polic¨ªa judicial en la finca Los Naranjos.
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