Urdangarin, el voluntario que lleg¨® de la c¨¢rcel
El marido de la infanta Cristina pasa sus primeras ocho horas fuera de prisi¨®n en un centro de personas con discapacidad
Don Orione fue canonizado en mayo de 2004, cuando I?aki Urdangarin y su socio Diego Torres le pon¨ªan una vela a Dios y otra al diablo. 15 a?os despu¨¦s de crear el instituto N¨®os, que llev¨® a ambos a prisi¨®n por prevaricaci¨®n, malversaci¨®n, tr¨¢fico de influencias, fraude y dos delitos fiscales, el cu?ado del Rey ha reforzado su sentimiento religioso entre rejas. Y, desde este jueves, ejerce dos veces por semana su permiso penitenciario como voluntario en el centro de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid) que lleva el nombre del santo italiano.
Urdangarin entr¨® a la residencia a las 9.58 procedente de la c¨¢rcel de Brieva (?vila), vestido con camisa, pantal¨®n azul y zapatillas deportivas, y se march¨® a las 15.43 con un escueto ¡°muy bien¡± para saciar la curiosidad de los numerosos periodistas apostados a las puertas del recinto. Dentro, lo esperaban una parte de los 100 trabajadores y 114 internos del centro, que padecen una discapacidad intelectual severa, seg¨²n el director, Paco S¨¢nchez. Urdangarin los salud¨® amistosamente e incluso recibi¨® alg¨²n piropo: ¡°Al guapete alto lo quiero para m¨ª¡±, exclam¨® uno de los residentes.
Tras reunirse con la trabajadora social y la direcci¨®n del centro, Urdangarin acept¨® ¡°agradecido¡± ¡ªseg¨²n relat¨® S¨¢nchez¡ª el puesto que Hogar Don Orione le ten¨ªa reservado. Todos los martes y jueves durante cinco o seis horas, el exjugador de la selecci¨®n espa?ola de balonmano apoyar¨¢ al equipo que se encarga de organizar juegos y ejercicios para mejorar la movilidad de los internos. Urdangarin recibir¨¢ el mismo trato que cualquiera de los 40 voluntarios que colaboran con el centro. En su primer d¨ªa, almorz¨® en las instalaciones un men¨² formado por lombarda monta?esa y merluza en salsa de mostaza e incluso ayud¨® a comer a algunos residentes. ¡°No dej¨® nada en el plato y vino a saludarnos a todos los trabajadores¡±, relata Jos¨¦ Fern¨¢ndez, cocinero del Hogar Don Orione desde hace dos a?os.
S¨¢nchez califica la situaci¨®n de ¡°normal¡±, mientras su frente sudorosa y su voz titubeante delatan lo excepcional del momento. Hace unos d¨ªas, el director del centro recibi¨® la visita de uno de los abogados del marido de la infanta Cristina, y respondi¨® con un s¨ª a su propuesta. El pasado martes, el juez de Vigilancia Penitenciaria n¨²mero 1 de Castilla y Le¨®n, Florencio de Marcos, autoriz¨® el voluntariado, y ahora ya no hay vuelta atr¨¢s: ¡°Este es un centro abierto, aqu¨ª todo el mundo es bienvenido¡±, argumenta S¨¢nchez. Pero lo cierto es que en el barrio no todos est¨¢n de acuerdo.
Eladia Mart¨ªn, que lleva 38 a?os viviendo a escasos metros del Hogar Don Orione, se muestra tajante: ¡°Me da mucha rabia que traigan este espect¨¢culo aqu¨ª, donde hay personas con graves discapacidades f¨ªsicas¡±. Mart¨ªn es una de los escasos vecinos de la tranquila colonia de Los ?ngeles que se acerc¨® a la residencia a ver al cu?ado del Rey. A diferencia de lo ocurrido en ocasiones anteriores en los juzgados de Palma, no hubo manifestantes. Ni rampa. Ni pase¨ªllo. Y muchos de los que pasaban por all¨ª se encontraron con la situaci¨®n sin saber qu¨¦ ocurr¨ªa. Carlos del Campo y Jaime de la Viuda, dos ciclistas que habitualmente pasean por la zona, ironizan sobre la expectaci¨®n medi¨¢tica y el despliegue policial, formado por cinco agentes locales: ¡°Pens¨¢bamos que se trataba de un suceso¡±.
Mientras unos adolescentes en patinete se acercan a la puerta en busca de una foto hist¨®rica, la trabajadora social que atiende a Urdangarin reparte camisetas del centro con un mensaje del papa Francisco: ¡°Haz lo ordinario extraordinario¡±. Este jueves, en el Hogar Don Orione ocurri¨® justo lo contrario. Parece que el cu?ado del Rey llevase all¨ª toda la vida.?
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