Una carrera contra reloj para salvar a?os de trabajo
El apag¨®n de Tenerife estuvo a punto de arruinar las investigaciones del CSIC
El apag¨®n masivo que el domingo dej¨® sin luz durante horas a los m¨¢s de 900.000 habitantes de Tenerife confin¨® a decenas de personas encerradas en los ascensores, inutiliz¨® sem¨¢foros y c¨¢maras de seguridad en toda la isla, y provoc¨® p¨¦rdidas en cientos de bares y restaurantes en el mejor d¨ªa de la semana para el negocio. En algunos lugares, como en el Instituto de Productos Naturales y Agrobiolog¨ªa del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (IPNA-CSIC) los efectos pudieron ser catastr¨®ficos y solo la actuaci¨®n contra el reloj de sus responsables evit¨® que la falta de suministro el¨¦ctrico arruinara un trabajo de varios a?os.
Eran poco m¨¢s de las dos de la tarde cuando el director del centro, Manuel Nogales, recibi¨® un mensaje en su m¨®vil que le anunciaba un fallo en los grupos electr¨®genos del instituto, que se hab¨ªan puesto a funcionar tras la ca¨ªda de la red de suministro el¨¦ctrico. Nogales preparaba a esa hora un examen que deb¨ªa realizar ayer sobre bienestar animal y tuvo que abandonar la tarea para salir apresuradamente de su domicilio en Tacoronte y dirigirse a la sede del centro, ubicada en La Laguna, a unos 11 kil¨®metros de distancia.
Mientras conduc¨ªa, hac¨ªa inventario del material depositado en los laboratorios. ¡°Importantes muestras biol¨®gicas, qu¨ªmicas, de extracci¨®n de ADN, conservados a una temperatura de 80 grados bajo cero. El trabajo de meses, en alg¨²n caso de a?os, de docenas de investigadores, pod¨ªa perderse¡±, repasa, a¨²n con el susto en el cuerpo.
Al llegar se encontr¨® con las tres alarmas de las instalaciones sonando. ¡°Parec¨ªan las urgencias de un hospital¡±, recuerda. Recorri¨® los diferentes laboratorios mientras era informado por el jefe de mantenimiento de que la temperatura de un congelador, el m¨¢s potente entre unos 40 arcones con los que cuenta el instituto, hab¨ªa subido ya cinco grados de temperatura, si bien a¨²n estaban a tiempo de salvar las muestras.
Reparado el refrigerador del grupo electr¨®geno, decidi¨® salir a buscar m¨¢s gasoil, ya que las previsiones eran que el restablecimiento de la energ¨ªa el¨¦ctrica podr¨ªa demorarse 12 horas, el doble de la capacidad de sus equipos aut¨®nomos. Pero al llegar a la gasolinera, Nogales no pudo pagar con tarjeta, porque los dat¨¢fonos no funcionaban. En una carrera a toda prisa, el director del Instituto se vio obligado a retornar a su vivienda para recoger dinero en met¨¢lico. Y as¨ª, finalmente, evitar el desastre que se cerni¨® durante algunas horas sobre el organismo cient¨ªfico.
Alerta en el suministro de agua
Todas las alarmas saltaron tambi¨¦n en Teidagua, la empresa concesionaria del servicio de abasto de agua de La Laguna y Tacoronte, responsable del suministro de 188.000 personas. La Laguna no cuenta con desaladoras. El agua corriente de la que se abastece llega desde pozos y galer¨ªas, que son impulsadas en gran parte por estaciones de bombeo dependientes de la energ¨ªa el¨¦ctrica, al igual que la conducci¨®n de las aguas residuales.
Los sistemas de alarma de la compa?¨ªa comenzaron a sonar en los primeros minutos del apag¨®n. Los cinco operarios que la empresa mantiene en guardia los d¨ªas festivos se vieron desbordados.? Los responsables y jefes de servicio recibieron al menos 70 alarmas diferentes. ¡°Tuvimos que poner en marcha el Plan de Contingencia previsto", relata el Director Gerente de Teidagua, F¨¦lix Armas. "En pocos minutos ten¨ªamos activados a 30 operarios que asistieron a los 47 dep¨®sitos, a las estaciones de bombeo y depuraci¨®n. Tuvieron que comunicarse por chat y acudir f¨ªsicamente a esos lugares porque la central de telecontrol se vino abajo".
¡°Fuimos solucionando los problemas que se iban generando con la ayuda de cinco grupos electr¨®genos port¨¢tiles y camiones cuba de bombeo para hacernos con el control de las aguas residuales¡±, explica. Al final, no se produjo ninguna incidencia grave. "Pero he encargado un informe para reclamar da?os y gastos a las empresas el¨¦ctricas responsables", recalca de forma firme.
En el popular mercado de La Laguna el apag¨®n arruin¨® el negocio del d¨ªa. ¡°Los domingos hacemos una buena caja y a partir del apag¨®n nos vimos obligados a recoger la mercanc¨ªa apresuradamente para trasladarlas a las c¨¢maras refrigeradoras, que funcionan con grupos electr¨®genos propios. Colocamos una balanza mec¨¢nica, de las antiguas, porque las de los puestos algunas no llevan bater¨ªas. En todo caso fue poco usada ya que no pod¨ªamos cobrar con dat¨¢fonos, y las cortadoras no funcionaban", cuenta un de los comerciantes. ¡°Ni un caf¨¦ pod¨ªamos hacer¡± relatan al un¨ªsono Nieves Rodr¨ªguez y Mar¨ªa Zambrano, puesteras del mercado municipal. ¡°Entiendo que hay cosas que no se pueden controlar, como el Delta (la tormenta tropical que asol¨® algunas islas, entre ellas Tenerife, en noviembre del 2005), pero estas cosas no pueden pasar en pleno siglo XXI".
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