Borrell rememora ¡°las puertas¡± que abri¨® la Uni¨®n Europea en la historia de Espa?a

Todo el mundo tiene derecho a desconectar. Incluso los pol¨ªticos. Y cada cual a su manera. Josep Borrell, ministro en funciones de Asuntos Exteriores, lo ha hecho en la tarde de este viernes en la Escuela diplom¨¢tica de Madrid. Borrell ha formado parte de la presentaci¨®n de un libro que homenajea a Fernando Mor¨¢n, quien propici¨®, tambi¨¦n al mando de Exteriores, que Espa?a ingresara en la actual Uni¨®n Europea (UE) en 1986. El c¨®ctel era perfecto: recordar la importancia de esta incorporaci¨®n, lucir de antemano el cargo de alto representante europeo que se oficializar¨¢ en noviembre y, de paso, reencontrarse con colegas diplom¨¢ticos.

La obra se titula El lugar de Espa?a en las Relaciones Internacionales. XXXIII aniversario de la incorporaci¨®n de Espa?a a la Uni¨®n Europea y recopila testimonios de acad¨¦micos y personalidades de cuando Espa?a entr¨® en el prestigioso club allende los Pirineos. Borrell ha aludido a la cordillera en dos ocasiones durante su discurso, rico en an¨¦cdotas e iron¨ªas: la una para explicar que, gracias a la labor de Mor¨¢n, Europa ya no terminaba al sur de Francia. La otra, para ensalzar a su pueblo, Pobla del Segur (Lleida), como lugar natal de otro ministro de Exteriores, Pedro Cortina, que dirigi¨® esa cartera a finales del franquismo.

Borrell ha estado acompa?ado por Adri¨¢n Barb¨®n, presidente socialista del Principado de Asturias; Antonio L¨®pez, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional; y Clara Mor¨¢n Calvo-Sotelo, hija del homenajeado, que no ha acudido por motivos de salud y edad (93 a?os). Los ponentes han echado la vista atr¨¢s y han quedado patentes las diferencias de edades: el ministro de Exteriores se ha re¨ªdo cuando Barb¨®n, de 40 a?os, ha recordado que ¨¦l estaba aprendiendo a multiplicar cuando Mor¨¢n trabajaba por la entrada de Espa?a en la UE. Borrell, de 73 a?os, era entonces secretario de Estado de Hacienda.

El acto ha comenzado con im¨¢genes de Mor¨¢n junto a ilustres personajes europeos. Borrell, que observaba atento, ha abierto su intervenci¨®n con emotividad: ¡°Si se me quiebra o enmudece la voz o se me mojan los ojos no es porque la edad me debilita el alma, aunque puede ser. Se debe a la inevitable emoci¨®n del visionado de las fotograf¨ªas que nos han recordado 37 a?os de nuestra historia¡±. Finalmente, no hubo interrupciones mientras enunciaba que cruzar este rellano ha provocado los mejores a?os para Espa?a ¡°desde la batalla de Trafalgar¡±. Ha matizado, sarc¨¢stico, que esta referencia hist¨®rica gusta m¨¢s entre sus colegas europeos.

Para el ministro, al acceder a Europa ¡°se abri¨® la puerta a un mundo del que fuimos excluidos y siempre quisimos pertenecer¡±. Borrell, europe¨ªsta ac¨¦rrimo, ha atravesado ese umbral y se ha convertido en vicepresidente de la Comisi¨®n Europea y alto representante de la pol¨ªtica exterior europea. El ministro en funciones ha terminado su mensaje con alabanzas para Fernando Mor¨¢n, a quien dice haber descubierto tambi¨¦n como novelista. Despu¨¦s ha llegado un alud de fotos, abrazos y obsequios, pues Borrell incluso ha recibido un trabajo universitario sobre la evoluci¨®n econ¨®mica de Colombia el siglo pasado. Se lo ha guardado, que nunca se sabe cu¨¢ndo lo puede necesitar un jefe de la diplomacia europea. Tras la presentaci¨®n del libro, la tarde ha continuado en otra sala, reservada para diplom¨¢ticos y autoridades.