Nuevas rutas, m¨¢s caras y peligrosas para los inmigrantes

Karim se rindi¨® este verano. Llevaba m¨¢s de medio a?o planificando un viaje desde Nador a la Pen¨ªnsula. Este joven marroqu¨ª, que oculta su verdadero nombre, hab¨ªa comprado una embarcaci¨®n en la que viajar¨ªan ¨¦l y otros colegas; hab¨ªa pagado el atraque en el puerto marroqu¨ª; hab¨ªa corrompido a facilitadores y guardas que se asegurar¨ªan de que ni la Marina Real marroqu¨ª ni los gendarmes en tierra les interceptasen en el momento de partir. Hasta que se qued¨® sin dinero. Cada uno de los que pensaban escapar hab¨ªa invertido m¨¢s de 2.000 euros. En junio, Karim lo intent¨® por ¨²ltima vez en una salida programada por otros traficantes: pod¨ªa entregar in situ los 3.000 euros que ped¨ªan o 5.000 a la llegada. ¡°Est¨¢s pagando el seguro¡±, explica. Se decidi¨® por la segunda opci¨®n y acab¨® qued¨¢ndose en tierra cuando la patera zarp¨® sin ¨¦l.

La migraci¨®n desde Marruecos se ha convertido en un negocio al alza, seg¨²n denuncian desde migrantes atrapados en Nador, de todas nacionalidades, hasta la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos (AMDH) con sede en la ciudad fronteriza a Melilla. La presi¨®n de las autoridades marroqu¨ªes, financiadas por la UE, est¨¢ aumentando el margen de beneficio de las mafias. ¡°El coste de cruzar el mar para los subsaharianos en el ¨¢rea de Alhucemas y Nador se ha incrementado un 30% comparado con el precio medio en los primeros meses de 2019¡±, han reportado internamente funcionarios de Frontex, la Agencia Europea de Fronteras.

La persecuci¨®n de las autoridades marroqu¨ªes se concentra en nacionales de terceros pa¨ªses, como Mali o Senegal. Refugiados al otro lado de la frontera, como yemen¨ªes, a menudo confundidos con subsaharianos por su color de piel, m¨¢s oscuro que el de otros ciudadanos de Oriente Medio o el Magreb, tambi¨¦n se quejan de que los obst¨¢culos han encarecido su viaje.

¡°Ahora, si alguien quiere cruzar [a Melilla desde Nador], hay que pagar 2.000 euros como m¨ªnimo¡±, acusa Nizar, refugiado registrado con Acnur en Nador, que, pese a su estatus, no tiene otra forma de llegar a Europa si no es gracias a una mafia.

La mayor vigilancia desplegada en la costa rife?a, en torno a Melilla, ha desplazado parte del flujo migratorio hacia rutas m¨¢s alejadas y m¨¢s peligrosas en la costa atl¨¢ntica como Dakhla, en el S¨¢hara Occidental, o Mehd¨ªa y Sal¨¦, en Kenitra y Rabat, respectivamente. Desde all¨ª, los migrantes parten hacia Ceuta y Canarias, los ¨²nicos dos puntos de entrada en los que el n¨²mero de llegadas por mar se ha incrementado en 2019.