ERC ensaya nuevos escenarios ante el inmovilismo de Torra

La ambig¨¹edad pol¨ªtica, la falta de liderazgo claro y las tensiones entre partidos amenazan con dejar descabezado a un movimiento independentista cada vez m¨¢s semejante a Anonymous que a las movilizaciones lanzadas por las entidades sociales, como la Assemblea Nacional Catalana y ?mnium Cultural, en perfecta comuni¨®n con los partidos pol¨ªticos soberanistas: la vieja Converg¨¨ncia y Esquerra Republicana.

Los disturbios nocturnos vividos en las capitales catalanas los ¨²ltimos d¨ªas han vuelto a evidenciar la distancia que separa a un Junts per Catalunya pendiente de lo que decide Carles Puigdemont desde Waterloo y una Esquerra Republicana timorata pero deseosa de que se convoquen elecciones en Catalu?a para volver a redefinir sus alianzas y desembarazarse de sus hasta ahora aliados. El pasado mi¨¦rcoles, en la reuni¨®n que la c¨²pula del Gobierno catal¨¢n mantuvo en el Palau de la Generalitat, los republicanos estaban dispuestos a abandonar el Ejecutivo alegando crisis si el president Quim Torra, siguiendo ¨®rdenes de Puigdemont, cortaba la cabeza del consejero de Interior, Miquel Buch por las cargas de los Mossos. De la complejidad de la situaci¨®n da idea la posici¨®n de Esquerra, que hab¨ªa pedido explicaciones a Buch por las cargas desproporcionadas de los Mossos, pero al tiempo estaba dispuesto a saltar en marcha del Gobierno si el consejero era decapitado por sus socios. Al final, todo acab¨® en tablas, pues Torra decidi¨® acudir a las marchas independentistas y Buch resisti¨® en el cargo.

¡°Estamos como en octubre de 2017. Es como si estos dos a?os no hubieran existido. Como si acab¨¢ramos de proclamar la rep¨²blica catalana y puesto en marcha las movilizaciones en las calles: lo que ha sucedido esta semana pasada es lo que podr¨ªa haber pasado hace dos a?os si la independencia no hubiera sido fake¡±, explica un dirigente de la vieja Converg¨¨ncia. Junts per Catalunya tiene unos trackings electorales malos, con unos resultados algo superiores a la CUP. ¡°Si la gente tiene que optar entre el original, la CUP, y la copia, JxCat, elegir¨¢ el original¡±, asegura el citado dirigente independentista. Y es que en estos momentos, lo que m¨¢s se parece al partido de Puigdemont son los anticapitalistas de la CUP por su coincidencia en no condenar las manifestaciones con final violento y su apoyo a los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica y al Tsunami Democr¨¤tic. Todo se parece m¨¢s a Anonymous que a la recia tradici¨®n de la Assemblea Nacional Catalana, donde los cargos eran no solo intercambiables con Converg¨¨ncia sino que veces segu¨ªan los designios pol¨ªticos del partido entonces liderado por de Artur Mas.

Ahora, a la actual situaci¨®n de movilizaciones sin liderazgo claro tambi¨¦n contribuyen las altas penas de prisi¨®n para los dirigentes pol¨ªticos independentistas y la radicalizaci¨®n del sector m¨¢s joven del independentismo, frustrado al ver que el secesionismo expr¨¦s pasaba de ser un sue?o para ayer a una utop¨ªa para un lejano pasado ma?ana.

Lejos quedan escenas como cuando Jordi S¨¤nchez y Jordi Cuixart enviaban a casa a los 40.000 manifestantes que sitiaban el Departamento de Econom¨ªa en la noche del 20 de septiembre de 2017. Ahora quien intenta evitar incidentes es abucheado. El pasado s¨¢bado, el diputado de Esquerra Gabriel Rufi¨¢n, despu¨¦s de cinco noches de altercados en las ciudades catalanas, fue recibido con gritos de ¡°botifler¡± (traidor).

Todos estos movimientos de moderaci¨®n son vistos con escepticismo por los socialistas de Miquel Iceta y como signos de esperanza por los comunes de Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona, que no acudi¨® a una reuni¨®n de Torra con los alcaldes de las otras tres capitales catalanas ¡ªLleida Tarragona y Girona, el pasado s¨¢bado¡ª s¨ª encontr¨® hueco en su agenda para asistir en el mismo d¨ªa a un encuentro con el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, asociaciones de vecinos, entidades del Tercer Sector, C¨ªrculo de Econom¨ªa, CC?OO y UGT y las patronales Fomento del Trabajo y Pimec para ¡°buscar una soluci¨®n al conflicto¡±. Una acci¨®n que, por cierto, le ha costado mil y una cr¨ªticas a Torrent de sus socios de Junts per Catalunya. Hay un sector del independentismo que trata de hallar una v¨¢lvula de escape a la presi¨®n social, aunque todav¨ªa no ha identificado el aliviadero. Este mismo domingo, el l¨ªder de Esquerra, Oriol Junqueras, aseguraba en una entrevista a El Peri¨®dico que su partido debe buscar ¡°alianzas m¨¢s all¨¢ del independentismo sin renunciar a las actuales¡± y a?ad¨ªa que ¡°trabar mayor¨ªas m¨¢s amplias no significa necesariamente gobernar juntos¡±.

Esperando el 10-N

Los secesionistas de ERC van dando t¨ªmidos pasos para desatascar la situaci¨®n. Lo que agradecen desde el partido de Colau, mientras en otra parte fundamental del acuerdo, el PSC, es observado con ojos electoralmente esc¨¦pticos. ¡°Nada se arreglar¨¢ hasta las elecciones generales del 10 de noviembre¡±, aseguran fuentes del PSC, que a?aden que si Esquerra quisiera podr¨ªa forzar el adelanto electoral en Catalu?a. Pero lo cierto es que desde sectores no solo independentistas se espera un movimiento del Gobierno central hacia Catalu?a. Diversas fuentes pol¨ªticas afirman que no puede prolongarse la situaci¨®n de no respuesta del presidente Pedro S¨¢nchez a Torra, por mucho que este no condene la violencia en los t¨¦rminos que pretende el Gobierno central.

En el independentismo hay muchas cosas en el alero. Torra deber¨¢ comparecer por desobediencia el 18 de noviembre ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a, lo que le puede acarrear la inhabilitaci¨®n. Pero lo m¨¢s importante es la decisi¨®n que la justicia belga debe adoptar sobre la extradici¨®n de Puigdemont. La fecha de la vista es el 29 de octubre. De producirse un cambio de criterio, Junts per Catalunya podr¨ªa recibir un gran espaldarazo electoral.