S¨¢nchez respalda a las fuerzas de seguridad y dice que la crisis ser¨¢ larga
El presidente regresa a Madrid tras ver a los polic¨ªas heridos y sin hablar con Torra ni con la prensa
La combinaci¨®n explosiva de la crisis catalana y una enrarecida campa?a electoral eclosion¨® este lunes en Barcelona con la presencia de los dos grandes l¨ªderes nacionales, Pedro S¨¢nchez y Pablo Casado. Ambos rivalizaron all¨ª para ver qui¨¦n apoyaba con m¨¢s firmeza a los polic¨ªas que luchan contra los disturbios. S¨¢nchez estuvo pocas horas en Barcelona y evit¨® reunirse con Quim Torra, en un mensaje claro de ruptura. El presidente avis¨® a los mandos policiales de que la crisis ser¨¢ larga. Casado, crecido por la mejor¨ªa en las encuestas, atac¨® a S¨¢nchez, mientras los independentistas tratan de recomponer la unidad rota.
La campa?a, paralizada la semana pasada ante el shock que provocaron los disturbios en Catalu?a, trata de abrirse paso con una sucesi¨®n de m¨ªtines ¡ªS¨¢nchez recuper¨® en la tarde de este lunes su agenda de partido con un acto en Alc¨¢zar de San Juan¡ª, pero la crisis catalana se cuela por todos lados.
S¨¢nchez hab¨ªa visto c¨®mo Albert Rivera acud¨ªa dos veces a Barcelona el fin de semana; el l¨ªder de Cs volver¨¢ hoy de nuevo a la capital catalana. Pablo Casado tambi¨¦n viaj¨® a Barcelona y organiz¨® una reuni¨®n de la c¨²pula del PP catal¨¢n. Incluso Vox, el partido que seg¨²n las ¨²ltimas encuestas m¨¢s se est¨¢ beneficiando de la situaci¨®n generada por los disturbios, ha anunciado que abrir¨¢ su campa?a en Catalu?a para tratar de rentabilizar al m¨¢ximo las aguas revueltas. El presidente decidi¨® por sorpresa hacer una visita rel¨¢mpago, sin publicarla en la agenda oficial ni avisar a la prensa para evitar que los independentistas tuvieran tiempo para organizar protestas. Lo mismo hizo el s¨¢bado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Tsunami Democr¨¤tic trat¨® de organizar a toda prisa una sentada frente a la Delegaci¨®n del Gobierno, donde pensaba que ir¨ªa el presidente. Esa visita no se produjo. Aun as¨ª, S¨¢nchez fue abucheado por peque?os grupos a las afueras de los hospitales en los que visit¨® a polic¨ªas heridos. En el interior, algunos trabajadores del personal sanitario le gritaron ¡°libertad presos pol¨ªticos¡± y ¡°qu¨¦ poca verg¨¹enza¡±.
S¨¢nchez evit¨® cualquier encuentro con el president de la Generalitat, Quim Torra, con quien no ha querido hablar por tel¨¦fono durante el fin de semana y al que exige que condene de forma clara la violencia. En un gesto claro de ruptura con Torra, S¨¢nchez s¨ª habl¨® con la alcaldesa, Ada Colau, y con la presidenta de la Diputaci¨®n de Barcelona, la socialista N¨²ria Mar¨ªn. Mientras S¨¢nchez segu¨ªa en Barcelona, la Generalitat intent¨® hasta el ¨²ltimo momento cerrar una entrevista con el president Torra, pero la llamada ni siquiera fue atendida, seg¨²n el Gobierno catal¨¢n.
El presidente permaneci¨® en la capital catalana apenas tres horas. El secretismo de sus movimientos aument¨® la sensaci¨®n de excepcionalidad: S¨¢nchez se fue de Barcelona sin hacer ning¨²n tipo de encuentro ni declaraci¨®n ante la prensa, mientras Casado s¨ª habl¨® tranquilamente ante los periodistas en su recorrido por la ciudad. En el mitin posterior en Alc¨¢zar de San Juan, dej¨® cr¨ªticas tanto para Torra como para la oposici¨®n. ¡°El Gobierno est¨¢ haciendo lo que tiene que hacer. Y lo est¨¢ haciendo porque el presidente de la Generalitat no ha condenado la violencia y no reconoce a la mayor¨ªa de catalanes que se quiere quedar en Espa?a¡±, dijo en alusi¨®n a Torra. Ante los ataques del PP, Cs e incluso de Podemos, asegur¨® que lo ¨²nico que pide ¡°es un poco de corresponsabilidad, de lealtad: una oposici¨®n de Estado en un momento cr¨ªtico¡±, informa Jos¨¦ Marcos.
En Barcelona, S¨¢nchez lanz¨® un mensaje claro de apoyo a los mandos de la polic¨ªa: ¡°En estos momentos es muy importante garantizar la moderaci¨®n que representan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para asegurar esa convivencia que ahora mismo est¨¢ puesta en cuesti¨®n. La crisis no ha acabado, tenemos que persistir, nosotros somos mucho m¨¢s persistentes, m¨¢s cabezotas¡±. En La Moncloa creen que los disturbios ya han remitido, y lo har¨¢n mucho m¨¢s por las detenciones, el agotamiento y la lluvia que se espera estos d¨ªas, pero temen que se pueda reactivar cerca de la fecha de las elecciones, algo de consecuencias imprevisibles.
Mientras, Casado, en un tono algo m¨¢s suave que el protagonizado el d¨ªa anterior por Albert Rivera, critic¨® al presidente y le exigi¨® que rompa sus acuerdos con los independentistas en la Diputaci¨®n de Barcelona. ¡°No se nos puede exigir que estemos respaldando la acci¨®n del Gobierno frente a violentos e independentistas si no rompe alianzas con los secesionistas¡±, clam¨® el l¨ªder del PP. El epicentro de la campa?a de los grandes partidos se sit¨²a claramente en Catalu?a: Pablo Iglesias, l¨ªder de Podemos, tambi¨¦n entr¨® en el asunto para reprochar tanto a S¨¢nchez como a Torra que no haya di¨¢logo.
En paralelo, el independentismo no consigue cerrar su debate interno a menos de tres semanas de las elecciones. La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, se desmarc¨® del discurso de Torra y se posicion¨® de manera tajante en contra de la violencia. En una entrevista con Catalunya R¨¤dio desde la c¨¢rcel, se mostr¨® partidaria de ¡°condenar¡± la violencia ¡°en¨¦rgicamente, inmediatamente, sin paliativos¡±. Forcadell tambi¨¦n pidi¨® que el secesionismo haga ¡°una lectura realista¡± de lo ocurrido hace dos a?os y admite: ¡°No tuvimos empat¨ªa con la gente que no es independentista¡±.
Torra conden¨® los altercados de los ¨²ltimos d¨ªas en una entrevista a Associated Press: ¡°Estos grupos violentos han provocado escenas que nos disgustan, que condenamos y rechazamos¡±. Acto seguido pas¨® al ataque contra S¨¢nchez: ¡°Si no nos sentamos a hablar esto no va a parar¡±, avis¨®. La negativa de S¨¢nchez a la reuni¨®n con Torra alimenta el discurso independentista que insiste en que ¡°con Espa?a no hay nada que hacer¡±, pero esa reclamaci¨®n de di¨¢logo es el hilo que a¨²n mantiene unidos a Junts per Catalunya y ERC, que no pudieron consensuar con la CUP una resoluci¨®n de condena a la sentencia del Supremo. A pocos d¨ªas de unas elecciones donde tambi¨¦n se miden los independentistas, recuperar la unidad se antoja dif¨ªcil. La campa?a lo atraviesa todo.
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