Los 22 esca?os m¨¢s del PP no valen seis grados
El fr¨ªo y unos resultados algo por debajo de los esperados dejan sin mucha fiesta la calle de G¨¦nova
Pasadas las diez de la noche se empez¨® a mover la cosa. Encendieron los focos y los operarios montaron un peque?o escenario ante la sede del PP. Las torres de sonido probaron por primera vez los acordes del himno del partido, en una versi¨®n mel¨®dica que sonaba como a nana, aunque quiz¨¢s era la hora. Hasta entonces los t¨¦cnicos dec¨ªan que todo el montaje en torno a la sede era solo ¡°por si acaso¡±. Ya les pas¨® la vez pasada, que montaron y all¨ª no sali¨® nadie. Esta vez s¨ª apareci¨® Pablo Casado.
A las 22.30, Andrea Belver, 21 a?os, fue la primera que apareci¨® envuelta en una bandera, cuando ya se sab¨ªa que el PP hab¨ªa subido 22 esca?os: ¡°No est¨¢ mal, pero es menos de lo que esper¨¢bamos¡±.
Hasta entonces la tarde noche en la calle G¨¦nova pas¨® tranquila, tranquila de aburrimiento mortal. Hab¨ªa sobre todo prensa, c¨¢maras en el suelo, fumando con guantes. En los directos narraban el vac¨ªo. Los periodistas se repart¨ªan los escas¨ªsimos afiliados que se acercaron a prestar su apoyo. Como C¨¦sar Civeira y Jos¨¦ Ram¨®n Cire Saboya, que aduc¨ªan su soledad ante la sede a que ¡°ahora hay muchos partidos¡±. ¡°Hay que unirse para echar al okupa de La Moncloa y a Pablo Picapiedra¡±. Fueron los ¨²nicos que aguantaron a pie de sede durante horas y tuvieron la recompensa de ver a su candidato. Puri y Lourdes, de 56 y 60, vinieron desde Alcorc¨®n, se fueron pronto y se lo perdieron. ¡°Los pol¨ªticos tienen que quererse menos a s¨ª mismos y m¨¢s a los espa?oles¡±, dec¨ªan frot¨¢ndose las manos a unos seis grados. ¡°Si liderasen las mujeres igual habr¨ªa habido pacto...¡±.
Curiosos hubo alguno m¨¢s. Ram¨®n, Arturo y Carlos, tres chavales de tercero de la ESO (14 a?os), se acercaron y eso que si pudiesen, votar¨ªan al PSOE, aunque, cuentan, casi todos los de su colegio concertado lo har¨ªan por Vox. Ten¨ªan ganas de poder votar, ¡°quiz¨¢s a las pr¨®ximas... Si hay legislatura, claro¡±. ¡°Es bonito que puedas aportar algo a tu pa¨ªs¡±, afirmaban con la ilusi¨®n de quien no lleva cuatro comicios en cuatro a?os.
Un reportero del programa de TV3 APM? grab¨® una entradilla chisposa. ¡°Vamos a intentar entrar en la sede¡±, dijo en catal¨¢n, ¡°as¨ª que me voy a poner el fachaleco¡±. Su c¨¢mara le tir¨® la prenda (que en catal¨¢n no tiene chiste porque se dice armilla) para que se la colocase en el plano.
Fue lo m¨¢s animado en una velada en la que solo falt¨® una bola de rastrojo como de western, girando en el fr¨ªo viento de noviembre. Mar¨ªa, una afiliada, achacaba la falta de concurrencia a la temperatura: ¡°Es m¨¢s por el fr¨ªo que por los ¨¢nimos¡±.
Una madre y una hija holandesas flipaban con que fuesen las segundas elecciones en seis meses. ¡°En Holanda tardan en pactar, pero pactan¡±, explicaba Will, la madre, a la que tambi¨¦n le sorprendi¨® el tama?o de la sede. ¡°En mi pa¨ªs los partidos tienen oficinas m¨¢s discretas¡±.
Un grupo de estudiantes de periodismo hac¨ªa pr¨¢cticas. Pere Pons y Nico Mart¨ªnez, ambos de 18 a?os, aventuraban los titulares de las noticias que iban a escribir al d¨ªa siguiente para su clase de Periodismo I, Teor¨ªa y Pr¨¢ctica: ¡°Noche fantasmal en G¨¦nova¡± y ¡°Se cumple lo esperado¡±.
Mientras, Jingxiang Li recib¨ªa en su grupo de WhatsApp fotos y audios de otros compa?eros de clase que hab¨ªan ido a la sede de Vox. ¡°All¨ª est¨¢ m¨¢s animado¡±, dec¨ªa mostrando fotos llenas de banderas y audios con vivas a Espa?a.
De G¨¦nova el vendedor de banderas peruano se march¨® sin colocar ni una a la sede de Vox. ¡°Mira que ir a venderles a los que te quieren echar del pa¨ªs¡±, le dec¨ªa una mujer rumana. ¡°16 a?os llevo en Espa?a, de todo he visto y aqu¨ª sigo¡±, contestaba el peruano camino del metro.
Si hubiese esperado un poco quiz¨¢s hubiese vendido alguna, porque al filo de las once ya hab¨ªa algo de gente m¨¢s. Entre 150 y 200 personas, seg¨²n una pareja de polic¨ªas nacionales que no llegaron a cortar el tr¨¢fico. El PP aprovech¨® para repartir banderas gratis, de Espa?a y de las suyas, y as¨ª poner un poco de color a la salida de su l¨ªder. ¡°Este partido siempre resurge, siempre a la altura de lo que Espa?a necesita¡±, dijo Pablo Casado y hubo aplausos y, por primera vez en la fr¨ªa noche, algo de calor.
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