El matrimonio que ni la muerte pudo separar

Josefina Mart¨ªnez Balseiro no pudo superar el impacto de la muerte inesperada de su esposo, Teodoro D¨ªaz Mart¨ªnez. Cuando despert¨® el pasado martes, sobre las siete de la ma?ana, lo encontr¨® sin vida a su lado. La impresi¨®n fue tan grande que dos horas despu¨¦s fallec¨ªa ella de un infarto.

La pareja, de 85 y 87 a?os, llevaba seis d¨¦cadas sin separarse. ¡°Era un matrimonio como los de antes, de esos que duraban toda la vida¡±, comenta un vecino de su parroquia, Ribeiras do Sor, en el municipio de Ma?¨®n, en la comarca coru?esa de Ferrolterra.

No solo no se separaron en la vida y en la muerte sino que esta les lleg¨® en el domicilio de su ¨²nica hija, en la ciudad de A Coru?a, a donde hab¨ªan ido a pasar unos d¨ªas. Teodoro necesitaba hacerse algunas pruebas: llevaba una temporada un poco flojo. Nada grave, seg¨²n los familiares.

A comienzos de a?o hab¨ªa fallecido, al mes escaso de cumplir 106 a?os, la madre de Josefina, Mar¨ªa Balseiro, a la que el matrimonio hab¨ªa cuidado durante las ¨²ltimas d¨¦cadas.

Apodada La Abuela de Ortegal, la mujer mantuvo plena lucidez hasta el ¨²ltimo momento. En las entrevistas que le hicieron los periodistas para celebrar su longevidad, Mar¨ªa Balseiro recordaba su pasado con un marido fallecido 30 a?os antes que ella: ¡°?ramos pobres como ¨¢nimas, pero no envidiamos nunca a nadie. No ten¨ªamos nada, pero lo ten¨ªamos todo: amor¡±, afirm¨® en una ocasi¨®n en el diario La Voz de Galicia. Sus cuidadores la han sobrevivido apenas nueve meses.

¡°Cuando Josefina se despert¨® el martes y vio a Teodoro fallecido a su lado en la cama, no pudo asimilarlo. Avis¨® a la hija y al yerno, que se preparaban para ir a trabajar, y estos llamaron a una ambulancia que acab¨® traslad¨¢ndola a ella al hospital para intentar reanimarla del infarto que hab¨ªa sufrido por la impresi¨®n, pero fue ya imposible¡±, cuenta Alfonso Emilio Balseiro, primo de la mujer y alcalde de Ma?¨®n desde hace 32 a?os; uno de los m¨¢s veteranos regidores de Galicia.

Desde que Mar¨ªa Balseiro empez¨® a superar la centena, a?adiendo cuentas al rosario largo de su vida, su sobrino, el alcalde, acud¨ªa a felicitarla con una tarta colosal de chocolate, rematada con las velas de los tres m¨¢gicos d¨ªgitos. ¡°Ella esperaba ya siempre ansiosa que llegara yo con la tarta¡±, afirma el sobrino.

Y all¨ª, junto a La Abuela de Ortegal, posaban invariablemente para los fot¨®grafos Josefina y Teodoro. Siempre a ambos lados de ella, ampar¨¢ndola; siempre discretos y pendientes.

Alfonso Emilio Balseiro explica el impacto que ha causado en el municipio la noticia de la muerte, con escasas dos horas de diferencia, de sus familiares, transcurrido menos de un a?o de la muerte de la abuela: ¡°Es algo ins¨®lito; no se suelen dar, al menos en Galicia, estos casos en los que los dos miembros de un matrimonio, despu¨¦s de toda una vida juntos, mueren tambi¨¦n juntos. Aqu¨ª est¨¢ todo el mundo impresionado¡±.

Teodoro D¨ªaz y Josefina Mart¨ªnez intentaron la v¨ªa de la emigraci¨®n poco despu¨¦s de casarse en la veintena, aunque tras dos a?os en Suiza regresaron a su casa, a Ma?¨®n, a ejercer los oficios que hab¨ªan aprendido: ¨¦l, como zapatero ¡ª¡°no solo arreglaba zapatos, sino que adem¨¢s los hac¨ªa ¨¦l mismo, artesanalmente¡±, puntualiza el pariente regidor¡ª, y ella, a ense?ar a coser a las mujeres del pueblo. Ah¨ª sacaron ambos adelante a su hija Montserrat y cuidaron de la abuela centenaria.

Este mi¨¦rcoles fueron enterrados, juntos, en el cementerio de Ribeiras do Sor, en su universo de Ma?¨®n.