A golpes en el juzgado
La falta de vigilantes y la escasa separaci¨®n f¨ªsica entre litigantes deriva regularmente en peleas dentro de sedes judiciales
Los juzgados deber¨ªan ser sedes de la Administraci¨®n especialmente seguras, pero no siempre lo son. La magistrada de Alzira (Valencia) Elisa Guasp ha denunciado que a pocos metros de su despacho se producen frecuentes peleas, que en ocasiones desembocan en agresiones muy violentas. Y no se trata, seg¨²n coinciden diversas fuentes, de un caso aislado, sino de un problema que se repite regularmente por la falta de personal de seguridad, sobre todo en sedes judiciales antiguas donde las partes enfrentadas en un proceso se ven obligadas a compartir la zona de espera.
El pasado 16 de octubre, Guasp ¡ªtitular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Alzira¡ª estaba celebrando una vista cuando oy¨® gritos procedentes de un estrecho pasillo circular donde las supuestas v¨ªctimas, sus presuntos agresores y las familias respectivas aguardaban el inicio de las sesiones. ¡°Sal¨ª de la sala y fui a buscar al guardia civil, pero no lo encontr¨¦. Y cuando llegu¨¦ al lugar vi a unas 50 personas enfrent¨¢ndose delante del juzgado de familia y violencia contra la mujer. Una vigilante trataba de separarlas sin conseguirlo y yo, vestida con la toga, me puse a dar ¨®rdenes para que evacuaran la planta. Pero, mientras empezaban a bajar, cogieron a un hombre y lo tiraron escaleras abajo¡±, describe. ¡°Es duro ver a alguien llorando porque lo han tirado por las escaleras en una sede judicial¡±. Hay m¨¢s casos. Meses antes, en otra trifulca, la magistrada vio ¡°c¨®mo golpeaban a un se?or y su cabeza rebotaba contra una columna¡±. El traumatismo fue tan fuerte que tuvieron que llev¨¢rselo en ambulancia.
Una portavoz de la Generalitat valenciana admite que en Alzira hay un problema porque los juzgados son muy peque?os y es dif¨ªcil ¡°mantener separadas a las partes¡±, y explica que ya existe un proyecto para construir un nuevo edificio. Pero el caso de Alzira no es excepcional. Los juzgados de Lugo tambi¨¦n registran frecuentes problemas de orden p¨²blico, asegura una funcionaria que pide no ser identificada. ¡°La sensaci¨®n que tenemos todas es que estamos vendidas. Cualquier d¨ªa nos pegan. Como m¨ªnimo: de ah¨ª para arriba. Hay un polic¨ªa o dos en la puerta para un edificio que tiene cuatro plantas y 16 juzgados. Y delante de las salas a veces se monta la de Dios. Se pelean, se tiran de los pelos, hemos tenido desmayos¡¡± ?Y los polic¨ªas? ¡°Si ¨²nicamente oyen foll¨®n, no suben, porque se queda la puerta sola. Solo vienen si les llamas. Y entre que avisas y llegan pasa una eternidad¡±. La Xunta tambi¨¦n admite que en Lugo existe un problema, pero una portavoz lo atribuye a que el Ministerio del Interior ¡°no ofrece los efectivos que se necesitan¡±.
Las sedes judiciales est¨¢n protegidas en casi toda Espa?a por polic¨ªas y guardias civiles en situaci¨®n de reserva, la etapa previa a la jubilaci¨®n, destinados all¨ª a trav¨¦s de convenios que los Gobiernos aut¨®nomos, competentes en la materia, firman con el Ministerio del Interior. Como su n¨²mero resulta insuficiente, las comunidades contratan vigilantes, pero en muchos casos ni aun as¨ª alcanza, dice Xos¨¦ Barreiro, dirigente del ¨¢rea de justicia del sindicato gallego CIG. ¡°Las sedes grandes y m¨¢s modernas suelen tener varios arcos de seguridad y destacamentos policiales fijos, pero en otras la vigilancia es mucho menor¡±, afirma Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¢ez, juez decano de M¨¢laga. ¡°Los nuevos juzgados se construyen con accesos diferenciados para el p¨²blico, profesionales, v¨ªctimas y quienes vienen conducidos por las fuerzas de seguridad. Algo que no pasa en los antiguos. En Catalu?a se producen peleas y agresiones de forma espor¨¢dica, pero cuando ocurren distorsionan much¨ªsimo el funcionamiento normal de los juzgados porque ponen de relieve que la seguridad que tenemos dentro de los edificios es d¨¦bil¡±, a?ade Merc¨¦ Cano, juez decana de Barcelona.
Juicios por lesiones y divorcios
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no tiene un registro de los altercados. Pero las fuentes consultadas aseguran que los juicios por violencia de g¨¦nero y los de lesiones, as¨ª como los procesos de divorcio entre matrimonios que tienen hijos, concentran buena parte de las trifulcas.
Concha Rodr¨ªguez, presidenta de la asociaci¨®n profesional Foro Judicial Independiente y magistrada de Menores en Madrid, cree que en esa sensaci¨®n de falta de seguridad influye tambi¨¦n que cada vez haya m¨¢s sedes judiciales protegidas ¨²nicamente por seguridad privada. ¡°Por bien formados que est¨¦n¡±, lamenta Rodr¨ªguez, ¡°no imponen la misma autoridad que un polic¨ªa o un guardia civil¡±.
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