Manuel Castells, un acad¨¦mico comprometido
Su trabajo sobre la sociedad de la informaci¨®n es un referente mundial
Cuando la mayor¨ªa de la gente apenas intu¨ªa el impacto que pod¨ªa tener Internet, Manuel Castells (Hell¨ªn, Albacete, 77 a?os) ya hab¨ªa escrito su gran obra sobre la sociedad de la informaci¨®n y hab¨ªa vaticinado que el avance disruptivo de las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n no solo cambiar¨ªa nuestra manera de comunicarnos y acceder a la informaci¨®n y la cultura, sino que configurar¨ªa un nuevo modelo de producci¨®n, una nueva econom¨ªa.
Con la trilog¨ªa La era de la informaci¨®n: econom¨ªa, sociedad y cultura (1996-2003), Castells se convirti¨® en el referente internacional de la nueva sociedad de la informaci¨®n. Investigador incansable, no ha dejado de publicar libros y trabajos cient¨ªficos mientras ejerc¨ªa como asesor de todo tipo de organismos internacionales, desde la Unesco a la Comisi¨®n Europea, y numerosos Gobiernos. Como resultado de este ingente trabajo, Castells ocupa la sexta posici¨®n de la lista de investigadores m¨¢s citados entre 2000 y 2017 en el Social Science Citation Index.
Pero su inter¨¦s como soci¨®logo ha sido siempre global, hol¨ªstico y no se ha limitado a analizar los efectos de la revoluci¨®n tecnol¨®gica, sino a explorar las mutaciones de un mundo en r¨¢pida transformaci¨®n inmerso en un proceso de globalizaci¨®n que trae consigo nuevas formas de exclusi¨®n. Su preocupaci¨®n por los efectos sociales de la evoluci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica ha estado presente en toda su obra, con t¨ªtulos recientes tan expl¨ªcitos como La crisis de Europa o Ruptura, la crisis de la democracia liberal, en los que aborda las causas de la p¨¦rdida de legitimidad de las instituciones.
Castells sigui¨® muy de cerca las discusiones del Foro Social de Porto Alegre, el movimiento del 15-M en Espa?a y todas las revueltas de los indignados que recorrieron el mundo por esos a?os, desde las primaveras ¨¢rabes a las protestas de Occupy Wall Street. Analiz¨® sus motivaciones y el cambio que implicaban en obras como Redes de indignaci¨®n y esperanza, un t¨ªtulo de referencia sobre las nuevas formas de expresi¨®n pol¨ªtica. Con Pekka Himanen public¨® Sociedad de la informaci¨®n y Estado de bienestar, en el que sostienen que, como demuestra el caso de Finlandia, es posible estar en la vanguardia de las transformaciones tecnol¨®gicas y de la globalizaci¨®n sin pagar por ello un alto precio en t¨¦rminos de desigualdad y exclusi¨®n social.
Hombre discreto, de profundas convicciones progresistas, que rehuye la notoriedad y los focos de las televisiones como si quemaran, ha cimentado una ingente obra acad¨¦mica sobre la formaci¨®n de equipos multidisciplinarios a los que ha exhortado a explorar nuevos ¨¢ngulos de la realidad. Sus colaboradores saben desde el primer contacto que todo esfuerzo ser¨¢ poco para estar a la altura de la exigencia que Manuel Castells se aplica a s¨ª mismo y a sus equipos. Esa es la clave de su exitoso paso por las universidades m¨¢s prestigiosas. Expulsado de Espa?a por el franquismo, se licenci¨® en Sociolog¨ªa por la Universidad de Par¨ªs, en la que tuvo como mentor a Alain Touraine, y con apenas 24 a?os se convirti¨® en el profesor m¨¢s joven de esa universidad. De Par¨ªs salt¨® a la Universidad de California en Berkeley, donde fue catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa y Planeamiento Urbano y en la que a lo largo de 24 a?os desarroll¨® la parte central de su carrera. Sin dejar esta instituci¨®n, de la que sigue siendo catedr¨¢tico em¨¦rito, Castells regres¨® a Espa?a para dirigir el Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya.
Autor de 26 libros y coautor o editor de otros 22, es doctor honoris causa por 18 universidades europeas y ha sido profesor invitado en 17 de las m¨¢s prestigiosas del mundo, entre ellas las de Oxford y Cambridge y el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT). El n¨²mero de premios y distinciones que figuran en su curr¨ªculo apabulla, entre ellos el Premio Nacional de Sociolog¨ªa y Ciencia Pol¨ªtica en 2008 o el premio Holberg de 2012 creado por el Parlamento de Noruega para suplir las carencias del Nobel en ciencias sociales. Tener ese nivel de reconocimiento internacional es una excelente credencial para ocupar la cartera de Universidades.
En los ¨²ltimos a?os se ha implicado en el devenir pol¨ªtico espa?ol e internacional desde tribunas period¨ªsticas y foros de debate. Ha expresado sin tapujos cr¨ªticas aceradas a la forma en que se abordaba desde las instituciones del Estado el conflicto pol¨ªtico catal¨¢n y tambi¨¦n a la forma en que se ha gestionado la crisis econ¨®mica en Espa?a y en Europa. Comprensivo con las causas que han llevado al auge del soberanismo en Catalu?a, ha abordado tambi¨¦n el papel que desempe?an las nuevas identidades religiosas, culturales y nacionales en el mundo global. La l¨ªnea de pensamiento que ha expresado en sus art¨ªculos period¨ªsticos ha estado en sinton¨ªa con las nuevas corrientes pol¨ªticas de la llamada izquierda transformadora. En las elecciones brasile?as hizo un llamamiento a los intelectuales para impedir la elecci¨®n de Jair Bolsonaro y en las ¨²ltimas municipales apoy¨® la candidatura de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona. Ahora responde a su llamada para una tarea tan comprometida como formar parte del Gobierno en estos tiempos de polarizaci¨®n extrema.
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