El dif¨ªcil acomodo de Puigdemont en Europa
El grupo de Los Verdes se resiste a acoger al expresidente catal¨¢n por su discurso identitario y su falta de ideario ecologista
La pol¨ªtica hace extra?os compa?eros de cama. El Parlamento Europeo es ejemplo de convivencias aparentemente antag¨®nicas al emparejar en un mismo grupo parlamentario a partidos con diferencias dif¨ªcilmente conciliables. Ciudadanos y PNV en los liberales. Vox y los separatistas flamencos de la N-VA en los Conservadores y Reformistas. El pegamento de estas cohabitaciones contra natura suele ser el inter¨¦s com¨²n: los grupos son m¨¢s poderosos cuanto m¨¢s miembros tienen, y quedar aislado junto a los no inscritos supone para un europarlamentario toda una ristra de inconvenientes.
Pero el expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont y su exconsejero Toni Com¨ªn han comprobado estos d¨ªas en carne propia que el pragmatismo no siempre se impone a la ideolog¨ªa. Ambos llevan semanas buscando acomodo en las filas de Los Verdes, y pese a su insistencia, su ingreso en la fuerza ecologista sigue atascado en medio de un intenso debate interno.
La adhesi¨®n de los dos dirigentes catalanes despierta simpat¨ªas en un sector minoritario de la formaci¨®n, entre los que se encuentran los nacionalistas corsos, galeses o escoceses, Esquerra Republicana, algunos verdes franceses y miembros del Partido Pirata. Esta facci¨®n perder¨¢ fuerza cuando se consume el Brexit en dos semanas, y coexiste con una mayor¨ªa de eurodiputados que pone el acento en las pol¨ªticas ambientales.
En plena batalla intestina ante la posibilidad de que Puigdemont se convierta en uno de los suyos, el copresidente de Los Verdes, Philippe Lamberts, puso palabras este martes al sector de alma m¨¢s cosmopolita y beligerante con ciertas tentaciones identitarias, que rechaza la creaci¨®n de nuevas fronteras y el uso de la naci¨®n como unidad de medida. Calific¨® de incongruente con el ideario verde la eventual incorporaci¨®n de los l¨ªderes independentistas ¡ªa los que en el grupo no atribuyen pedigr¨ª ecologista alguno¡ª. Y record¨® su cercan¨ªa con los nacionalistas flamencos de la N-VA, a los que Lamberts, nacido en B¨¦lgica, conoce bien y sit¨²a cerca de la extrema derecha por sus restrictivas pol¨ªticas antinmigraci¨®n.
La cr¨ªtica ha molestado a Puigdemont, quien considera que Lamberts se equivoc¨® al expresarla en p¨²blico en lugar de negociar. Y aunque no ha mencionado el problema ambiental en ninguna de sus primeras intervenciones en el hemiciclo, ni en la carta de tres p¨¢ginas con que se ha presentado al resto de eurodiputados ¡ªtambi¨¦n prefiri¨® el coche al tren para desplazarse a Estrasburgo¡ª, estima que los compromisos ecologistas recogidos en el programa electoral de Junts per Catalunya son garant¨ªa suficiente de que su encaje en el grupo verde no ser¨ªa un problema.
Pese al duro alegato del l¨ªder verde, la divisi¨®n en el seno del grupo sigue retrasando la decisi¨®n definitiva sobre si acepta o no a Puigdemont y Com¨ªn. La semana que viene se celebrar¨¢ un comit¨¦ de conciliaci¨®n para acercar posturas en el que dos componentes de la direcci¨®n se ver¨¢n con otros dos de la Alianza Libre Europea, el subgrupo partidario de aceptar a los secesionistas.
La eurodiputada de ERC Diana Riba ha avisado de que si persiste el rechazo, en ¨²ltima instancia podr¨ªa forzar una votaci¨®n para que sus m¨¢s de 70 parlamentarios tomen partido a favor o en contra. Mientras tanto, ambos se han visto relegados a figurar como no inscritos, entre otros, junto al Partido del Brexit de Nigel Farage o el italiano Movimiento 5 Estrellas. Los inconvenientes son evidentes: intervienen menos tiempo, quedan fuera de las presidencias de comisi¨®n, no pueden realizar preguntas orales a la Comisi¨®n, y no tienen acceso a los fondos que se destinan a los partidos para sus actividades.
La discusi¨®n sobre la admisi¨®n de Puigdemont ha venido a perturbar la paz del cuarto mayor grupo de la Euroc¨¢mara en un momento dulce para los ecologistas. Sus propuestas han saltado de su argumentario para pasar a formar parte del repertorio de otras fuerzas a izquierda y derecha del arco parlamentario, e incluso marcan el paso de buena parte de las pol¨ªticas de la nueva Comisi¨®n Europea. Casi nadie rebate hoy, m¨¢s all¨¢ de la extrema derecha, la idea de que hay que actuar contra el cambio clim¨¢tico. Y pese al intento de sus rivales de desactivarles y hacerse con su electorado copiando parte de sus ideas, lograron en los ¨²ltimos comicios su r¨¦cord hist¨®rico de votos.
En el asunto catal¨¢n, su postura es favorable sin ambages a la libertad del l¨ªder de ERC, Oriol Junqueras, condenado en firme a 13 a?os por los delitos de sedici¨®n y malversaci¨®n. Aunque han sido cr¨ªticos en el pasado con la unilateralidad de Puigdemont, alzaron la voz contra las cargas policiales del refer¨¦ndum del 1-O, pero en el seno de la formaci¨®n hay quien teme que su presencia desdibuje su mensaje. Y creen que una cosa es coincidir en determinados temas y otra muy distinta regalar el hoy cotizado adjetivo de verdes a Puigdemont y Com¨ªn de la noche a la ma?ana.
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