Los Verdes prolongan su idilio electoral con Alemania en la mirilla
Los ¨²ltimos resultados en Austria, Suiza y Portugal alientan el optimismo de los ecologistas
El arre¨®n verde no pierde intensidad tras el ¨¦xito de las elecciones europeas el pasado mayo. Austria, Suiza y Portugal son los ¨²ltimos ejemplos de la buena salud de que goza el movimiento ecologista, propulsado en las urnas por la creciente inquietud ante las consecuencias del cambio clim¨¢tico. En plena movilizaci¨®n juvenil alentada por el efecto Greta, pocos dudan de que hay un momentum propicio para que estas formaciones multipliquen su presencia parlamentaria. Sin embargo, todav¨ªa hay dudas sobre el alcance de su irrupci¨®n: la progresi¨®n parte de unos umbrales previos muy bajos, y pese a su crecimiento, carecen de experiencia de Gobierno y no han estado expuestos a su desgaste.
"Hay que ser prudentes. Es innegable que han mejorado, pero solo desde hace tres a?os. Antes vivieron una d¨¦cada de estancamiento. Y su avance se limita esencialmente a Europa occidental y un poco de la n¨®rdica, pero son casi inexistentes en el Sur y el Este", advierte Pascal Delwit, polit¨®logo de la Universidad Libre de Bruselas.
Su acceso a las palancas de poder nunca ha estado tan cerca. En Austria rozaron el 14% de votos en las elecciones de septiembre, la mejor marca de su historia, y son firmes candidatos a negociar un Gobierno de coalici¨®n con los conservadores de Sebastian Kurz. En B¨¦lgica, sin Ejecutivo desde hace casi un a?o por el desencuentro entre nacionalistas flamencos y socialistas valones, tambi¨¦n aspiran a ser socios de un futuro Gobierno.
Suiza tambi¨¦n ha sido testigo en los recientes comicios federales de su ascenso vertiginoso ¡ªde 11 a 28 diputados¡ª, catapultados hasta la cuarta posici¨®n. No solo eso. La segunda mayor escalada fue la de los liberales... verdes ¡ªde 7 a 16, sexta fuerza¡ª. Eso supone que, en total, m¨¢s de uno de cada cinco suizos deposit¨® una papeleta ecologista. "Fen¨®menos como la desaparici¨®n del glaciar Pizol en los Alpes suizos este a?o dejan claro que la acci¨®n clim¨¢tica no puede esperar. El impresionante resultado de partidos verdes en Suiza nos incentiva a seguir luchando", dice a este diario la l¨ªder de Los Verdes europeos, la alemana Ska Keller.
En Portugal, las cifras son m¨¢s modestas, pero han servido para abrir una grieta en el Sur, un feudo tradicionalmente vedado a la f¨®rmula verde, a trav¨¦s de varias siglas. Los animalistas del PAN ¡ªsiglas de Personas-Animales-Naturaleza¡ª, equipados de un programa centrado en la protecci¨®n del medio ambiente, han pasado de uno a cuatro diputados en las elecciones del mes pasado. Otro partido verde que concurri¨® integrado en la candidatura comunista llev¨® al hemiciclo a dos de sus representantes. Y por ¨²ltimo, el partido ecosocialista LIVRE tambi¨¦n obtuvo una representante.
Los ¨¦xitos en esos pa¨ªses siguen la tendencia de los comicios europeos, donde se situaron como cuarto grupo pol¨ªtico de la Euroc¨¢mara. Pero sin comisarios en el Ejecutivo europeo, sin jefes de Gobierno, y fuera de la alianza tejida en el Parlamento, su influencia real m¨¢s all¨¢ de su protagonismo en el debate p¨²blico est¨¢ en entredicho. "No hemos conseguido la hegemon¨ªa, pero estamos en ello. Las decisiones est¨¢n demasiado conectadas al intergubernamentalismo, y estamos ausentes en el Consejo", admite la catalana Mar Garc¨ªa, secretar¨ªa general del Partido Verde Europeo.
Esa debilidad puede sufrir un vuelco pr¨®ximamente. El desembarco en el Gobierno alem¨¢n que anticipan las encuestas para las elecciones de 2021 ¡ªlos sondeos la sit¨²an como primera o segunda fuerza¡ª supondr¨ªa su eclosi¨®n por todo lo alto, al frente de la mayor econom¨ªa de la UE. Con mucho tiempo todav¨ªa por delante, una coalici¨®n con los democristianos de la CDU aparece como una opci¨®n probable, lo que llevar¨ªa a un primer plano cuestiones sensibles para la econom¨ªa germana como la explotaci¨®n del carb¨®n o las emisiones contaminantes de la industria automovil¨ªstica, muy golpeada por los esc¨¢ndalos de manipulaci¨®n de los par¨¢metros de poluci¨®n reales. "Un buen resultado en Alemania puede tener dos efectos: ser un ejemplo para el resto de pa¨ªses y de electorados, y sobre todo la entrada con fuerza en Bruselas a trav¨¦s de Alemania de cuestiones clave como la reforma de la zona euro, el fin de la austeridad y la lucha contra el cambio clim¨¢tico", afirma Ernest Urtasun, europarlamentario de Los Verdes.
Con el compromiso de la nueva presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, de impulsar un green deal durante su mandato, la cuesti¨®n clim¨¢tica nunca ha estado tan arriba en la agenda como ahora. Si la crisis migratoria derivada de la guerra en Siria en 2015 fue utilizada por la extrema derecha como gasolina para prender la mecha de un mensaje xen¨®fobo en media Europa, ahora, la visibilidad de las movilizaciones clim¨¢ticas ha llevado la conversaci¨®n a un terreno favorable para las fuerzas ecologistas. "Es una cuesti¨®n de agenda. Cada vez que la inquietud medioambiental remonta, Los Verdes progresan. Hay un v¨ªnculo estrecho entre el orden de preocupaciones y el voto verde", opina Delwit, autor de una obra sobre los partidos ecologistas en Europa.
En un art¨ªculo en este diario, la polit¨®loga Sheri Berman identificaba tres posibles estrategias de los partidos tradicionales ante la entrada en escena de nacional-populistas y verdes: desprecio, enfrentamiento o adaptaci¨®n. Esta ¨²ltima ha sido, salvo en la derecha radical, la elegida por las fuerzas del sistema, que han tratado de copar el espacio electoral de Los Verdes incorporando postulados ecologistas a sus programas pese a la recurrente coletilla que dice que el elector siempre preferir¨¢ el original a la copia.
Fuera del discurso de protecci¨®n del planeta, los ecologistas europeos han jugado a veces con una cierta ambig¨¹edad ideol¨®gica. Ska Keller evita definirse de izquierdas cuando viaja a Polonia y otros pa¨ªses del Este por las connotaciones negativas del t¨¦rmino en los pa¨ªses excomunistas, pero en Bruselas la formaci¨®n maneja un mensaje centrado en asuntos sociales, el respeto al Estado de derecho, la lucha contra el racismo y la acogida de inmigrantes asimilable al de las fuerzas progresistas.
Sobre su crecimiento pesa el obst¨¢culo de ser un movimiento cimentado en el apoyo de j¨®venes urbanos, con escasa penetraci¨®n en el medio rural, donde el transporte p¨²blico es minoritario y el uso del coche es en muchos casos imprescindible para desplazarse. "Los j¨®venes son los que se sienten m¨¢s se?alados por la amenaza sobre su calidad de vida futura. Las generaciones de m¨¢s edad tienen valores m¨¢s conservadores y h¨¢bitos de voto m¨¢s asentados en la lealtad y las preocupaciones m¨¢s materiales", estima Florence Faucher, profesora del parisino Centro de Estudios Europeos de Sciences Po.
"Los Verdes son m¨¢s fuertes en la ciudad, pero no en cualquiera. Solo en las que vive una proporci¨®n importante de ciudadanos formados o que son sede de universidades. En las ciudades con tradici¨®n industrial o sin universidad, sus resultados son peores. La diferencia la marca la formaci¨®n: cuanto m¨¢s formado est¨¢ un ciudadano, m¨¢s posibilidades hay de que vote verde", concluye Pascal Delwit.
Desdibujados en Espa?a
Europa tiende al contagio cuando se trata de tendencias electorales. As¨ª sucedi¨® con los partidos de extrema derecha, que incluso acabaron saliendo del ostracismo en Espa?a con el auge de Vox tras a?os presumiendo de ser una de las pocas excepciones europeas. Ahora, con el voto ecologista al alza en media Europa, en Espa?a sigue sin cuajar una opci¨®n de este tipo. Equo, la formaci¨®n que trat¨® de abanderar el movimiento, concurre a las elecciones generales en coalici¨®n con M¨¢s Pa¨ªs despu¨¦s de haberlo hecho anteriormente con Unidas Podemos. La decisi¨®n de acudir a las urnas de la mano de ??igo Errej¨®n motiv¨® el abandono de su l¨ªder, Juan L¨®pez de Uralde, partidario de mantener la alianza con Pablo Iglesias. Pero la debilidad espa?ola tiene reflejo geogr¨¢fico: en los pa¨ªses del Sur y el Este de Europa no acaban de arrancar. "En Espa?a, los partidos de izquierda han asumido la agenda verde de manera muy importante. Los ecologistas estamos incorporados a Catalunya en Com¨² y Unidas Podemos, que recoge en gran medida el ideario verde. No es el caso en otros pa¨ªses donde la izquierda m¨¢s cl¨¢sica ha seguido con un enfoque productivista", opina Urtasun, miembro de Iniciativa per Catalunya, integrado en En Com¨² Podem. Otros dirigentes atribuyen el vac¨ªo espa?ol a un retraso hist¨®rico: "Tiene varias explicaciones. El norte y el centro de Europa empezaron a consolidar sociedades democr¨¢ticas tras la Segunda Guerra Mundial, bastante antes que Grecia, Espa?a, Portugal o los pa¨ªses del Este", apunta Mar Garc¨ªa, secretar¨ªa general del Partido Verde Europeo. Para Urtasun, las diferencias econ¨®micas tambi¨¦n juegan un rol en el menor apoyo a partidos verdes en el sur. "Tradicionalmente se ha explicado esa carencia por la realidad social y econ¨®mica de determinados pa¨ªses, m¨¢s pobres, m¨¢s desiguales y con m¨¢s desempleo que en los pa¨ªses centroeuropeos y n¨®rdicos. As¨ª, en el este y el sur, tienen m¨¢s peso los elementos de car¨¢cter material: el funcionamiento de la econom¨ªa, infraestructuras, las pol¨ªticas y derechos sociales. Sin embargo, esto est¨¢ empezando a cambiar r¨¢pido porque los elementos materiales cada vez est¨¢n m¨¢s ligados a la ecolog¨ªa y el cambio clim¨¢tico", explica.
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