?Cambiamos de pa¨ªs o cambiamos de tema?

Dijo James Joyce (y tradujo Tono Masoliver R¨®denas): ¡°No podemos cambiar de pa¨ªs, cambiemos de tema¡±. En la noche en que se decid¨ªa la investidura del presidente S¨¢nchez, el malhumor del hemiciclo era una olla de bar. Entonces se alz¨® un diputado, Aitor Esteban, del PNV, y atrajo la perplejidad de sus se?or¨ªas. Estudioso de la historia y de la etnograf¨ªa, el vasco cruz¨® hasta el vaso de agua que sobresal¨ªa de la hoguera y desde la vecindad de Meritxell Batet produjo un discurso¡­ sobre cine. Este s¨¢bado, que se celebran los Goya, es interesante preguntarle por qu¨¦ lo hizo.

Utiliz¨® a los hermanos Marx, Spencer Tracy, a Garci a Robin Williams. Son¨® como en un cine de verano lo que dijo Tracy en Vencedores o vencidos: ¡°Un pa¨ªs no es una roca, ni tampoco es la prolongaci¨®n de uno mismo. Es aquello que defiende cuando defender algo es lo m¨¢s dif¨ªcil¡±. Hasta el agua se qued¨® quieta y sus se?or¨ªas se mantuvieron sin saber qu¨¦ hacer con la parte de odio o burla que marca sus caras. No era la primera vez que Aitor (al que el expresidente Mariano Rajoy rim¨® su nombre con tractor) sobresal¨ªa en el hemiciclo por el uso de met¨¢foras ajenas al barullo. Lo hizo con Moby Dick, con las pel¨ªculas de submarinos, con rifirrafes de bertsolari, y esta vez ech¨® mano de su abundante dossier de cine. Ya lo hab¨ªa ensayado, cuando el veloz abrazo entre Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias (¡°hab¨ªa sido el d¨ªa de la marmota y ahora es Fast and Furious¡±),y esa l¨ªnea argumental le acerc¨® la pelota al c¨¦sped.

El cine, generalmente, est¨¢ bien pensado; as¨ª que en Vencedores o vencidos o en El buen pastor, los guiones nacen de la vida misma, y cuando reproducen conversaciones simbolizan hechos o situaciones que cualquiera vive, incluso un pa¨ªs o un Parlamento. Cuando ya ¨¦l se hab¨ªa apoderado de esas frases y empez¨® a desgranarlas estaba cumplida la misi¨®n que Joyce le encomienda a quienes se resisten a conversar: ya que es imposible cambiar de pa¨ªs, ya que el incendio est¨¢ en marcha, cambiemos de tema. ¡°Las pel¨ªculas aligeran los argumentos pesados¡±.

Cay¨® como hierbabuena sobre el hemiciclo, incendiado por ¡°el insulto y la mentira, contra el respeto a las personas¡­ Desde hace a?os anoto estas frases que vienen del cine; en este caso, primero vinieron las ideas y despu¨¦s vinieron las pel¨ªculas¡±. De la necesidad de juntar lo que ocurre con lo que estaba en su memoria vino, por ejemplo, lo que se dice en?El club de los poetas muertos, que son¨® en el hemiciclo como si lo dijera el acosado maestro: ¡°Hay un momento para el valor y otro para la prudencia. El que es inteligente sabe distinguirlos¡±. A veces la realidad supera a la ficci¨®n, le dijo Esteban finalmente a diputados y diputadas, para llevarlos de nuevo al cine, a ver Lawrence de Arabia: ¡°Las ilusiones pueden ser muy poderosas¡±.

?l esquiv¨® el saludo de un ultraderechista, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, pero desconoc¨ªa que la televisi¨®n estaba film¨¢ndolo; lo har¨ªa otra vez, porque ¡°el l¨ªmite del respeto es el respeto a la democracia, que ¨¦l no mantiene¡±. A todo el mundo le da la mano, y en medio de aquel vocer¨ªo de la investidura (¡°ol¨ªa a nodo, a naftalina¡±) le pareci¨® que, adem¨¢s de la mano, ten¨ªa que regalar algo de ficci¨®n. Como aquello de Thelma y Louise: ¡°Bueno, no estamos en el fin del mundo, pero desde aqu¨ª se ve¡±.