Un Gobierno de quedada
Moncloa nos ense?a esa foto porque no parecen unos ministros, sino una pandilla de amigos que se junta en una casa rural, y quiere transmitir sobre todo una cosa: complicidad
La foto de grupo que ha divulgado Moncloa del encuentro del Gobierno en una finca de Toledo dice muchas cosas, y para eso nos la han ense?ado, como si toda Espa?a fuera un grupo de WhatsApp. No piensas en unos ministros, sino en una pandilla de amigos que se juntan para un cocido o en una casa rural. Quiere denotar sobre todo una cosa: complicidad. No es algo casual, sino la madre del cordero en este incierto primer Ejecutivo de coalici¨®n con personas que hace no mucho se han llamado de todo. Tambi¨¦n transmite un estilo, vienen a decir que son gente normal, aunque sean pol¨ªticos. El PP quiz¨¢ habr¨ªa hecho algo en un parador o en un castillo y hubieran ido todos m¨¢s iguales, son m¨¢s de uniforme, con menos margen para la inventiva en el vestuario. Barbour, rollo tirol¨¦s, y m¨¢s a¨²n en el campo, y habr¨ªa fijo tres o cuatro jers¨¦is anudados al cuello como ¨²nica concesi¨®n a la informalidad. Los de Vox tal vez hubieran montado una cacer¨ªa o un tiro al pich¨®n, con un pol¨ªgono aparte para Ortega Smith.
Lo curioso de la imagen es que si a un marciano reci¨¦n aterrizado se le preguntara qui¨¦n es ah¨ª el jefe se?alar¨ªa sin dudar a Pedro S¨¢nchez. Porque es el m¨¢s alto, el m¨¢s adelantado, el m¨¢s sonriente, el m¨¢s centrado, tiene algo de capit¨¢n del equipo. Le falta el bal¨®n o el frisbee, y se nota que es el que nada m¨¢s hacerse la foto dir¨¢ a los dem¨¢s lo que hay que hacer, una pachanga o solteros contra casados. Iglesias, que podr¨ªa pasar por el guard¨¦s, parece a punto de sacar la arm¨®nica y el que sabe c¨®mo encender el fuego. Hay un aire de reuni¨®n familiar, o de antiguos alumnos, y una satisfacci¨®n general de que a todos esto les ha parecido una idea estupenda.
Cualquier espa?ol pilla al vuelo la idea, la foto le dice cosas. Las pintas son como en una oficina el s¨¢bado, que puedes ir m¨¢s informal, total ese d¨ªa no te ve nadie y se hace grupete. Adem¨¢s, estos fines de semana con gente tienen algo especial, evocan las acampadas juveniles y el retorno a la autenticidad perdida. Hay grandes filmes sobre esto, como Reencuentro (1983), de Kasdan, o su versi¨®n brit¨¢nica de los noventa, Los amigos de Peter (1992), que podr¨ªa ser un buen t¨ªtulo para hoy si no estuviera mal visto en periodismo tirar de nombres de pel¨ªculas.
La finca tambi¨¦n tiene tradici¨®n en el subconsciente espa?ol, es inevitable pensar en La escopeta nacional (1978) y una vez m¨¢s echamos de menos a Berlanga, que se estar¨ªa ya inventando toda una comedia de enredo entre socialistas y podemitas que transcurre este fin de semana, con Torra por ah¨ª intentando vender unos porteros autom¨¢ticos. La Constituci¨®n, por otro lado, sali¨® con un retiro en el parador de Gredos, y casualidad o no, las fotos interiores del d¨ªa, del gabinete de S¨¢nchez en torno a una mesa, tienen cierto parecido.
No es la primera vez que S¨¢nchez hace esto. En 2018 ya se llev¨® a su primer Gobierno a la misma finca, pero la foto fue distinta y es interesante el juego de las diferencias. Adem¨¢s de que entonces era un 31 de agosto y no se enter¨® nadie, entre las vacaciones o la depresi¨®n de volver de ellas, el rinc¨®n elegido para la instant¨¢nea era otro. Se ve¨ªa una casa bonita y se?orial, daba m¨¢s sensaci¨®n de que ah¨ª hab¨ªa dinero, y todo ten¨ªa un aire m¨¢s pijo, con mucha prenda blanca y todos m¨¢s morenos. M¨¢s institucional, con m¨¢s posado, muy poco mezclados. La foto de hoy es invernal, el edificio del fondo parece de convivencia del colegio y el clima es de un grupo que son m¨¢s colegas, m¨¢s desenfadados, y una cosa m¨¢s improvisada. Con este efecto merienda, a nadie de Unidas Podemos le puede parecer algo de casta, si acaso peque?oburguesa, pero es un concepto tan trasnochado que ni siquiera ellos lo usan. Con todo, del otro lado el resultado es dudoso, para los de derechas es justo el tipo de ocurrencias de los progres para caer simp¨¢ticos, con ese af¨¢n enfermizo de naturalidad y sentimentalismo, que les pone de los nervios.
No es un Gobierno, es un grupo de viejos amigos de quedada, o eso nos quieren hacer creer. O una nueva pandilla que desde este d¨ªa inolvidable quedar¨¢ unida para siempre, qued¨¢ndose hasta muy tarde mirando las estrellas y dici¨¦ndoselo todo. Qui¨¦n sabe si hasta se coger¨¢n un pedo juntos, para lograr ese v¨ªnculo imborrable que te una a gente con la que una vez caminaste a cuatro patas. La idea, lo comprendemos todos, es volver luego y no discutir nunca m¨¢s delante de los dem¨¢s, el resto de espa?oles en este caso. Tambi¨¦n conocerse, y qu¨¦ menos, si no hay ni una redacci¨®n donde todos se sepan ya los nombres de los 23 ministros. Es el equivalente de entretiempo a la cena de empresa de Navidad, donde se habla m¨¢s en una noche con un compa?ero que en cuatro a?os, que es con suerte lo que queda por delante. Esta foto se la pondr¨¢n en la mesilla cuando tengan ganas de montar un pollo con el socio de Gobierno o tuitear una maldad contra el partido contrario. C¨®mo te vas a meter con alguien que contaba unos chistes tan buenos y ten¨ªa whisky escondido en la habitaci¨®n. Amigos para siempre, aunque precisamente con esos las traiciones son las m¨¢s dolorosas.
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