Recorrido por las playas naufragadas del Gloria
Los pueblos afectados por el temporal se afanan en reparar da?os antes de Semana Santa mientras crecen las voces para cambiar de usos y mentalidad por el cambio clim¨¢tico
¡°El mar reclama lo que es suyo¡±. Nuria pronuncia esta frase en un tono respetuoso, at¨¢vico, casi reverencial. Frente a la cafeter¨ªa donde trabaja, las m¨¢quinas excavadoras se afanan en retirar los restos del naufragio de la playa y del paseo mar¨ªtimo, gravemente da?ados por el paso del temporal Gloria. ¡°Si pasa esto es por nuestra culpa. Estamos ocupando su terreno. La ropa de esa tienda estaba flotando por el agua. Aqu¨ª no entr¨® mucha porque nos salv¨® el seto que estaba all¨ª¡±, se?ala la trabajadora. A su espalda, bajo la silueta del pe?¨®n de Ifach, jubilados brit¨¢nicos, vestidos de blanco, juegan a una mezcla de petanca y bolos en una larga cancha de hierba artificial pegada a la playa de la Fossa, ajenos al estr¨¦pito de las labores de limpieza y reparaci¨®n.
La tur¨ªstica localidad alicantina de Calp est¨¢ recobrando su pulso normal, dentro de la anormalidad de que el term¨®metro marque 26 grados un 4 de febrero. Pero el desastre se ve y tambi¨¦n se huele. La brisa trae r¨¢fagas del hedor de las algas y la posidonia putrefactas tras la borrasca que caus¨®, entre el 20 y el 25 de enero, 13 muertos y m¨²ltiples estragos en los m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de litoral desde Murcia hasta Girona, pasando por Baleares. Los da?os solo en las playas de arena y en el dominio mar¨ªtimo-terrestre ascienden a 54 millones de euros (20 millones en Alicante y 10 en Valencia, las provincias m¨¢s castigadas), seg¨²n una primera estimaci¨®n del Ministerio para la Transformaci¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico.
Fue un temporal hist¨®rico. Algunas playas retrocedieron 35 metros; las olas de m¨¢s de ocho metros arrancaron las fachadas de casas de la primera l¨ªnea, levantaron paseos de hormig¨®n e inundaron comercios; el mar arrastr¨® millones de toneladas de arena, arroj¨® miles de peces que murieron en la orilla y escupi¨® todo tipo de inmundicia, como recipientes de pl¨¢stico de helados o detergentes que no se fabrican desde hace 30 o 40 a?os y que las redes sociales han exhibido en un ejercicio entre la nostalgia y la denuncia ecologista.
Viaje a los destrozos del temporal
Tossa de Mar
Barcelona
Tarragona
Torredembarra
L¡¯Ampolla
Castell¨®n
Mar Mediterr¨¢neo
Playa de Moncofa
Palma
Almenara
Valencia
El Saler
El Perell¨®
Santany¨ª
Bellreguard
Denia
X¨¤bia
50 km
Calpe
Fuente: elaboraci¨®n propia
EL PA?S
Viaje a los destrozos del temporal
BARCELONA
Tossa de Mar
Lleida
TARRAGONA
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Torredembarra
L¡¯Ampolla
CASTELL?N
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Mar Mediterr¨¢neo
Playa de Moncofa
Almenara
VALENCIA
Palma
Valencia
El Saler
BALEARES
El Perell¨®
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ALICANTE
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Fuente: elaboraci¨®n propia
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EL PA?S
Un recorrido de sur a norte por algunas playas de la zona cero del temporal permite observar la magnitud de la cat¨¢strofe y c¨®mo, 15 d¨ªas despu¨¦s, se trabaja con denuedo en los municipios, sobre todo en los m¨¢s tur¨ªsticos, para ofrecer el mejor aspecto posible ante la inminencia de las fiestas de Semana Santa, al tiempo que la devastaci¨®n persiste en las zonas fuera de foco y menos ricas. Tambi¨¦n es f¨¢cil comprobar c¨®mo penetra la idea de que las cosas tienen que cambiar, de que no es razonable seguir reconstruyendo y ocupando del mismo modo un espacio sobre el que pende la amenaza cada vez m¨¢s frecuente de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos. Lo sucedido obliga a plantearse la retirada de las construcciones ¡°de la franja m¨¢s expuesta y actuaciones de lucha contra la erosi¨®n y contra los efectos del cambio clim¨¢tico¡±, apunta el citado Ministerio.
El paseo del puerto de X¨¤bia que el mar convirti¨® en un pedregal ahora luce limpio con sus terrazas instaladas, si bien las heridas no han cauterizado en las primeras plantas de locales y viviendas. En la playa del Arenal, algunos turistas se broncean entre las excavadoras y los bloques de hormig¨®n del murete del paseo que, al ser m¨®viles, no fueron destruidos por las olas, como en otras playas, sino desplazados. ¡°Si el 80% del PIB de aqu¨ª viene del turismo, c¨®mo no vas arreglar la playa y el paseo, pero lo que se necesitan son soluciones a largo plazo, m¨¢s respetuosas con la naturaleza porque el cambio clim¨¢tico va a saco¡±, comenta Jordi, abogado de derecho internacional en Suiza ahora jubilado. ¡°Lo que digo puede que no sea muy popular entre los hosteleros, pero tenemos que ser sostenibles, cambiar nuestra mentalidad y no ir contra la naturaleza¡±, dice Mario, propietario de La bodeguita, cuya puerta fue destripada por las olas. Pone de ejemplo lo que sucedi¨® al otro lado del macizo del Montg¨®, en la playa de La Marineta de D¨¦nia. All¨ª las capas de posidonia suelen acumularse y no son retiradas, motivo por el que el Ayuntamiento recibe peri¨®dicas cr¨ªticas. Sin embargo, en el pasado temporal funcionaron como una barrera natural y evitaron da?os mayores a las edificaciones cercanas.
Menos protegidas estuvieron las playas de La Marina y sobre todo la de Les Deveses, en la misma poblaci¨®n alicantina. En esta ¨²ltima, algunas casas encaramadas sobre el mar est¨¢n destrozadas, como sucedi¨® tambi¨¦n en algunas urbanizaciones murcianas del Mar Menor. Los cascotes de ladrillos, hormig¨®n, madera y aluminio de lo que fueron peque?as y humildes construcciones de veraneo a¨²n no han sido retirados. ¡°Esto es dif¨ªcil de arreglar¡±, dice Pedro, belga de 79 a?os, que renuncia a comprobar el estado de su ¡°bar preferido¡± al ver el camino paralelo al mar lleno de escombros, montones de tierra, precintos y terrazas apuntaladas. El chiringuito Los ba?os, sin embargo, ha resistido los embates del mar. ¡°Ha sido un poco desastre, pero, bueno, hay que volver a empezar¡±, dice uno de los trabajadores mientras arregla los desperfectos. La escalera que facilitaba el ba?o fue arrancada. La peque?a playa a la que descend¨ªa ya no existe, lo que aprovecha un silencioso pescador para lanzar su ca?a a mayor profundidad desde una terraza deshecha.
Cr¨ªticas como piedras
Deshecho est¨¢ tambi¨¦n parte del paseo de la localidad valenciana de Bellreguard, pegada a Gandia. Su alcalde, ?lex Ruiz, de Comprom¨ªs, se ha alzado como una voz referencial despu¨¦s de la tormenta. Al poco, lanz¨® una reflexi¨®n en Facebook sobre si ¡°val¨ªa la pena gastar el dinero que no tenemos¡± para reconstruir igual un paseo cuyos cimientos volver¨ªan a quebrarse en el siguiente temporal. Le cayeron cr¨ªticas de algunos vecinos y hosteleros del tama?o de ¡°esas rocas¡±, explica el alcalde se?alando desde la playa los grandes escombros que se acumulan bajo el paseo. ¡°Vamos a limpiarlo y a garantizar la seguridad, claro, pero no podemos estar c¨ªclicamente haciendo lo mismo, ?no? Tenemos que repensar nuestra costa¡±, a?ade el edil. Dirigentes pol¨ªticos y gubernamentales le han mostrado su solidaridad tras la pol¨¦mica.
Son numerosas las propuestas que se han o¨ªdo estos d¨ªas para combatir los temporales y proteger las playas, provenientes de ingenieros, ambientalistas, pol¨ªticos, vecinos e incluso turistas, al margen de la eliminaci¨®n de las edificaciones dentro del dominio p¨²blico mar¨ªtimo-terrestre que contempla la discutida Ley de Costas promulgada en 1988. El tiempo y los hechos, no obstante, parecen conferirle un car¨¢cter casi visionario. Colocar espigones, escolleras o barreras de rocas sumergidas para frenar la fuerza del mar, levantar dunas de arena como diques en las playas y emplear materiales blandos y naturales en el dise?o de los paseos separados del mar son algunas de esas medidas.
Hugo Mor¨¢n, secretario de Estado de Medio Ambiente, sostiene que ¡°hay que repensar la forma de gestionar el litoral¡± con las evidencias del cambio clim¨¢tico. Se ha adelantado un escenario de fen¨®menos extremos que los cient¨ªficos calculaban para 2050 o 2100. Antes, las medidas paliativas ¡°eran asumibles con recursos ordinarios si los temporales fuertes acontec¨ªan cada 10 a?os, pero en dos a?os se han repetido dos o tres de gran virulencia. Para proteger el litoral apostamos por soluciones basadas en la naturaleza y tambi¨¦n en las de ingenier¨ªa,cuando hacen falta, pero no hay una soluci¨®n v¨¢lida para todos. Estamos trabajando en estrategias para cada caso¡±, manifiesta Mor¨¢n a este peri¨®dico. ¡°En muchos casos las aportaciones de arena ya no son ¨²tiles, hay que practicar retranqueos y deslindes dentro del dominio p¨²blico¡±, a?ade. El secretario de Estado, del PSOE, incide en que los c¨¢lculos de la reforma de la Ley de Costas del PP en 2013, que indultaba a 1.200 industrias y 25.000 viviendas ubicadas antes de 1988 en el dominio p¨²blico-terrestre, han quedado completamente superados y desfasados.
Las playas castellonenses de Casablanca (en Almenara) y Moncofa son ejemplos de los da?os recurrentes ocasionados por los temporales incluso sin la intensidad del pasado. Son poblaciones costeras que surgieron separadas unos kil¨®metros de sus n¨²cleos urbanos como casitas de pescadores o para pasar el verano ¡°fresquets, vora la mar¡±, antes del boom tur¨ªstico. La mayor¨ªa son casas peque?as, reformadas con el paso del tiempo. Gloria se ceb¨® con ellas, especialmente con una urbanizaci¨®n a las afueras de Moncofa, donde las piedras parecen haber actuado como proyectiles disparados por el oleaje. Una excavadora estaba formando el pasado mi¨¦rcoles un gran muro de tierra para protegerlas del mar. En Almenara, su integrada pasarela de madera, que salvaba la arena y las piedras discurriendo entre pilotes, ha sido descabalgada y torsionada como una escultura met¨¢lica de Richard Serra.
Aqu¨ª no hay playa
Siguiendo la l¨ªnea de costa hacia el norte por la autopista AP7, cuya liberaci¨®n el 1 de enero se nota por el gran aumento de tr¨¢fico, sobre todo de camiones, la planicie del Delta del Ebro parece un espejismo sin fin. En la tarraconense l¡¯Ampolla, una de las puertas de entrada al parque natural, muy da?ado por la entrada de agua salada, la playa del Arenal se ha quedado en la m¨ªnima expresi¨®n. ¡°Aqu¨ª ya no hay playa. Antes ven¨ªa un temporal y la mar volv¨ªa hacia atr¨¢s y ahora mira. Todas las playas del Delta pierden arena porque el r¨ªo ya no baja de las monta?as con sedimentos¡±, explica Daniel, chef del Beach Club Bama con vistas a la antigua playa.
Un caso diferente es el de Torredembarra, tambi¨¦n en la provincia de Tarragona. El pasado mi¨¦rcoles su paseo mar¨ªtimo sin muro de protecci¨®n parec¨ªa no haber sufrido apenas, si bien hace 15 d¨ªas las im¨¢genes lo mostraban con medio de metro de arena acumulada, llegando el agua a las plantas bajas y las calles del barrio Baix a mar. El agua regres¨® al mar, la que qued¨® se achic¨® y la arena se devolvi¨® a la playa. ¡°Hay una barra longitudinal y natural de rocas, sumergida a un metro y medio o dos. En los temporales m¨¢s duros las olas rompen all¨ª y llegan m¨¢s largas a la orilla, perdiendo fuerza. Mucha gente nos pide un muro en el paseo para no barrer continuamente la arena, pero se hizo as¨ª [a mediados de los noventa] a conciencia. La arena discurre de manera natural y permite que, cuando la ola va larga, transporte arena tambi¨¦n protegiendo las casas¡±, indica el alcalde, Eduard Rovira, de Esquerra Republicana.
Las grandes playas urbanas de ciudades como Valencia y Barcelona han sufrido mucho tambi¨¦n el temporal Gloria, as¨ª como las m¨¢s peque?as de la provincia de Girona. Imma Colom, alcaldesa de Tossa de Mar, de Junts per Tossa, confiesa estar en un momento de ¡°incertidumbre absoluta¡±. Algunas de la docena de playas y calas de su municipio han desaparecido y otras tienen gran falta de arena. Ha encargado un estudio a expertos y espera escuchar a las administraciones para actuar, pero cree que ¡°se deber¨¢ mirar las posibilidades de futuro con cordura y siendo capaces de encontrar un equilibrio entre los intereses econ¨®micos de las poblaciones tur¨ªsticas y la sostenibilidad¡±.
En una l¨ªnea similar, el alcalde de Castell-Platja d¡¯Aro, Maurici Jim¨¦nez, del PSC, deja claro que su municipio necesita el paseo mar¨ªtimo porque su principal actividad es el turismo, pero introduciendo todos los cambios necesarios. ¡°No podemos estar pendientes cada a?o de que un temporal se lleve el paseo y que cueste dos millones repararlo¡±, dice. El departamento catal¨¢n de Territori y Sostenibilidad est¨¢ impulsando actuaciones de protecci¨®n y potenciaci¨®n de sistemas dunares al quedar demostrado que donde exist¨ªa una barrera natural as¨ª, los paseos y las playas han sufrido mucho menos.
En Mallorca uno de los municipios m¨¢s castigados ha sido Santany¨ª, con 13 playas. Calas como Es Cal¨® des Mor¨® o Es Cal¨® des Homos Morts han quedado inundadas y sin arena, mientras que las tur¨ªsticas Mondrag¨® y Cala Llombards est¨¢n ahora plagadas de piedras y algas. ¡°Tenemos que llegar al 100% para la temporada alta, no nos podemos permitir comenzar con las playas as¨ª con el turismo de calidad que tenemos¡±, afirma el primer teniente de alcalde, Joan Gaspar. Preocupa el paseo de hormig¨®n entre Mondrag¨® y la playa de S¡¯Amarador, con 25 metros totalmente destruidos por el oleaje. Es complicado repararlo con maquinaria pesada dado que el terreno es abrupto y forma parte de un parque natural.
Con informaci¨®n de Marta Rodr¨ªguez y Luc¨ªa Boh¨®rquez.
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