Vox, de partido asambleario a sociedad limitada con ¡®comisarios¡¯ a sueldo
La organizaci¨®n ultra reniega de los barones auton¨®micos y encarga el control territorial a comisarios a sueldo
Vox es un partido asambleario. Su m¨¢ximo ¨®rgano es la asamblea general, formada por todos los afiliados, que participan en las decisiones ¡°personal y directamente¡±, no a trav¨¦s de delegados, como en el PP o el PSOE. El 7 de marzo, en la emblem¨¢tica Vistalegre (Madrid), Vox celebrar¨¢ una asamblea para, entre otros asuntos, elegir al nuevo comit¨¦ ejecutivo nacional (CEN) y ¡°actualizar¡± sus estatutos.
Sin embargo, los 57.000 afiliados que dice tener Vox no podr¨¢n asistir y deber¨¢n conformarse con escuchar y aplaudir al d¨ªa siguiente a los l¨ªderes del partido en el mitin al que se les ha convocado. La direcci¨®n de Vox aduce que el aforo (15.000 plazas) es insuficiente y no se pod¨ªa dejar fuera a nadie. As¨ª que tendr¨¢n que seguir los debates por streaming y ejercer el voto telem¨¢tico o postal.
Quienes s¨ª est¨¢n invitados a la asamblea son los miembros de los comit¨¦s ejecutivos provinciales (CEP) y de las gestoras, as¨ª como los cargos p¨²blicos. Los primeros son casi inexistentes, con excepciones como Madrid, pues el 90% de los que fueron elegidos por las bases han sido sustituidos por gestoras nombradas a dedo.
Tambi¨¦n los cargos p¨²blicos han sido designados por la direcci¨®n nacional pues, en febrero pasado, antes de que se iniciara el ciclo de elecciones, Vox cambi¨® sus estatutos para que los candidatos a las instituciones no salieran de elecciones primarias sino que fueran decididos desde Madrid. As¨ª que pr¨¢cticamente todos los que se sienten el d¨ªa 7 en Vistalegre le deber¨¢n el estar all¨ª a la ejecutiva de Abascal.
Vox rechaza las autonom¨ªas y presume de no tener barones regionales capaces de encararse con la direcci¨®n nacional. En teor¨ªa, no hay ning¨²n escal¨®n intermedio entre las provincias y Madrid. En la realidad, hay siete coordinadores territoriales a los que los cr¨ªticos atribuyen la tarea de haber ido minando los comit¨¦s provinciales hasta conseguir por las buenas (con dimisiones) o por las malas (con destituciones), su sustituci¨®n por gestoras. A estos comisarios pol¨ªticos, los llamados hombres de negro, no los ha elegido nadie. Son contratados a sueldo, con veh¨ªculo del partido, que dependen del vicesecretario de organizaci¨®n. La figura del coordinador territorial no est¨¢ en los estatutos.
Tampoco la del llamado comit¨¦ de acci¨®n pol¨ªtica, el sanedr¨ªn que dirige el d¨ªa a d¨ªa de Vox. Este comit¨¦, seg¨²n inform¨® El Mundo (su creaci¨®n no se ha comunicado a los afiliados), lo forman el presidente; el secretario general, Javier Ortega Smith; el portavoz en el Congreso, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros; el eurodiputado Jorge Buxad¨¦ y el asesor personal de Abascal, Kiko M¨¦ndez Monasterio. Es decir, tres de sus cinco integrantes no forman parte del comit¨¦ ejecutivo nacional y no han sido elegidos por las bases.
Para formar parte del CEN, los aspirantes deben formar una candidatura y obtener el aval del 10% de los afiliados. Adem¨¢s de Abascal, se ha presentado un m¨¦dico canario, Carmelo Gonz¨¢lez, en cuya lista se han integrado descontentos de Madrid, Catalu?a o C¨¢diz. Gonz¨¢lez ya se present¨® en 2015 a las elecciones internas de Vox y entonces tuvo el aval de su rival, el propio Abascal, en un momento en el que el partido presum¨ªa de que, a diferencia del PP, s¨ª hac¨ªa primarias. Ahora, su candidatura no ha sido tan bien recibida. Minutos despu¨¦s de anunciarla en una emisora canaria, fue destituido v¨ªa WhatsApp como vicesecretario provincial de comunicaci¨®n.
Desde el pasado martes y hasta la medianoche de este s¨¢bado, los afiliados de Vox que acceden a la zona reservada de la web del partido pueden avalar las candidaturas de Carmelo Gonz¨¢lez o de Abascal, siempre que est¨¦n al corriente de sus cuotas y se afiliaran antes del 9 de noviembre pasado, v¨ªspera de las ¨²ltimas elecciones generales. El equipo de Gonz¨¢lez ha preguntado por burofax cu¨¢ntos son, porque no se f¨ªa. Primero se inform¨® por escrito de que eran 49.000 y luego, verbalmente, se elev¨® la cifra a 53.000, pero ellos sospechan que son muchos menos.
Los ¨²nicos que controlan el proceso son los miembros del comit¨¦ electoral; entre ellos, Marta Castro, vicesecretaria jur¨ªdica y vocal de la Ejecutiva nacional, a pesar de que los estatutos dicen que ¡°para asegurar su independencia¡± los ¨¢rbitros no deben formar parte de ¨®rganos ejecutivos del partido.
En poco m¨¢s de un a?o, Vox ha pasado de una organizaci¨®n basada en el trabajo voluntario y las cuotas de unos pocos miles de afiliados a una poderosa m¨¢quina electoral que ingresa m¨¢s de ocho millones anuales en subvenciones p¨²blicas. La ONG se ha convertido en una gran empresa. Y un consejo de administraci¨®n no es una asamblea.
Un candidato afable y ¡°muy, muy, muy de derechas¡±
Carmelo Gonz¨¢lez, de 59 a?os, se declara ¡°muy, muy, muy de derechas¡±. Y suscribe de la primera a la ¨²ltima las 100 medidas del programa de Vox. Pero asegura que la sociedad espa?ola es ¡°plural y abierta¡± y defiende un trato amable frente al exceso de ¡°agresividad y frentismo¡± de la direcci¨®n de su partido. Salt¨® por primera vez a los medios de comunicaci¨®n en 2006, cuando hizo huelga ante el Palau de la Generalitat para exigir que a sus hijos se les educara en castellano. Conoci¨® a Abascal hace m¨¢s de una d¨¦cada, particip¨® en las manifestaciones de la fundaci¨®n Denaes (el laboratorio donde se gest¨® Vox) y se uni¨® al partido desde sus inicios, tras haber militado en el PP. Mantiene una buena relaci¨®n con Abascal, hasta el punto de que este le invit¨® al funeral de su padre.
Sus mayores cr¨ªticas se dirigen al maltrato que, a su juicio, se da a los militantes. ¡°Se ha adulterado la voluntad de los afiliados expresada en las votaciones primarias y se [les] ha sustituido por familiares, amigos o incluso conveniencias religiosas¡±, proclama en el manifiesto de su candidatura. No tiene empacho en declararse ateo. ¡°Tenemos muy claro que debe haber separaci¨®n entre Iglesia y Estado¡±.
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