La olla a presi¨®n del PP: crece el malestar interno por las imposiciones de la c¨²pula
El m¨¦todo de negociaci¨®n con Ciudadanos genera suspicacias en los territorios. La direcci¨®n del partido est¨¢ dispuesta a sacrificar a veteranos por la coalici¨®n en Catalu?a y a nivel estatal
La coalici¨®n con Ciudadanos en Euskadi ha desatado una de las mayores crisis internas en el PP desde la llegada de Pablo Casado, hasta el punto de que varios dirigentes consultados por este diario temen que pueda concluir con la dimisi¨®n de uno de sus hist¨®ricos, Alfonso Alonso, despu¨¦s de 30 a?os de servicio a las siglas. El bar¨®n popular no contempla de momento esa posibilidad y est¨¢ decidido a convencer a su partido de reconducir los t¨¦rminos del pacto con Ciudadanos, que en su opini¨®n regala puestos a una formaci¨®n sin representaci¨®n en el territorio. Pero la direcci¨®n nacional rechaza negociar con su l¨ªder en Euskadi. ¡°?l es el que tiene que decir si acepta el acuerdo o no¡±, declar¨® este s¨¢bado la n¨²mero tres del PP, Ana Beltr¨¢n. ¡°Tomamos nuestras decisiones al margen de cualquier encuesta o personalismo. Os garantizo que ning¨²n proyecto personal va a estar por encima de la unidad de los constitucionalistas, que es lo que necesita el Pa¨ªs Vasco¡±, a?adi¨® Antonio Gonz¨¢lez Terol, vicesecretario territorial del PP. Es decir, el candidato se puede cambiar. El pacto, no.
Todos los dirigentes consultados, tanto de la direcci¨®n nacional como del Pa¨ªs Vasco, coinciden en que el problema con Alonso ¡°viene de atr¨¢s¡±. El sector moderado del partido, apartado tras el desembarco en G¨¦nova de los enviados de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su fundaci¨®n, FAES, opina, adem¨¢s, que el problema va m¨¢s all¨¢ del distanciamiento de Alonso, sorayista, de la c¨²pula popular, y se extiende a otros territorios. Euskadi como s¨ªntoma.
¡°Estamos viendo la herida sin cerrar del congreso de primarias que enfrent¨® a Pablo Casado con Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa¡±, afirma un dirigente popular partidario de ¡°una renovaci¨®n profunda¡± del partido en Euskadi. La relaci¨®n de Casado con Alberto N¨²?ez Feij¨®o, se?ala, tampoco es f¨¢cil ¡ªel presidente gallego no era partidario, por ejemplo, de entregar la portavoc¨ªa en el Congreso a Cayetana ?lvarez de Toledo¡ª, ¡°pero ¨¦l tiene unos resultados que le avalan y Alonso, no¡±. La negociaci¨®n de la coalici¨®n con Ciudadanos ha evidenciado el distinto trato que la direcci¨®n del PP dispensa a sus barones. A Feij¨®o, que m¨¢s de una vez ha criticado el giro a la derecha de la c¨²pula popular, le protege el escudo de su mayor¨ªa absoluta. Nadie le tose en el partido. Alonso cuenta con una baza m¨¢s simb¨®lica: la valent¨ªa de los populares vascos en los a?os de plomo de ETA, cuando era dif¨ªcil encontrar a pol¨ªticos que quisieran ver su nombre en una lista electoral. El ¡°desprecio¡± en las negociaciones para la coalici¨®n, lamentan fuentes del PP vasco, es una forma de dar por amortizado ese sacrificio.
La direcci¨®n del PP justifica que su candidato no estuviera presente ¡ªni conociera¡ª las negociaciones de coalici¨®n con Ciudadanos en Euskadi con el argumento de que ya lo hicieron antes en Navarra y que ese tipo de acuerdos exige ¡°una visi¨®n de conjunto¡±, en palabras de Ana Beltr¨¢n. La c¨²pula del PP tambi¨¦n impuso las listas para las elecciones y celebr¨® en Madrid y sin Juan Manuel Moreno, la mayor¨ªa de reuniones para el pacto de Gobierno andaluz. Un exdirigente del partido asegura, no obstante, que hasta la llegada de Casado el partido nunca hab¨ªa funcionado as¨ª. ¡°En algunos lugares eso te penaliza electoralmente. El PP ha tenido siempre un cuidado especial en Euskadi para que no pareciera que todo se impon¨ªa desde Madrid. Eran unas normas no escritas, y han saltado por los aires. Se han pegado un tiro en el pie¡±, apunta.
La fortaleza del PP es que es un ¨¢rbol antiguo, con muchas ramas. Cs no tiene su implantaci¨®n territorial. Sin embargo, en las conversaciones para los pactos, ha sido el PP el que se ha amoldado a las debilidades de su socio negociando siempre en Madrid.
El m¨¦todo de la nueva direcci¨®n ha levantado ampollas. El PP vasco est¨¢ ¡°encendido¡±, apuntan fuentes del partido en Euskadi. Pero no solo all¨ª hay problemas. Casado nombr¨® a la exatleta Ruth Beitia candidata por Cantabria en lugar de a la presidenta regional del partido, Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢enz de Buruaga, que termin¨® asumiendo ese puesto tras la dimisi¨®n expr¨¦s de Beitia por unas pol¨¦micas declaraciones que comparaban el maltrato animal con la violencia de g¨¦nero. Repiti¨® la misma operaci¨®n en Asturias, por la que termin¨® dimitiendo la l¨ªder popular en el Principado, Mercedes Fern¨¢ndez, y han surgido suspicacias hacia la direcci¨®n nacional en otros territorios, como Castilla y Le¨®n, Canarias y la Comunidad Valenciana. ¡°El partido es una olla a presi¨®n. Hay demasiados enfados en demasiados sitios¡±, opina un exdirigente.
El l¨ªder popular ha hecho una apuesta muy fuerte por una de las primeras misiones que encarg¨® Aznar: la refundaci¨®n y refundici¨®n del centro derecha, esto es, la absorci¨®n, y si no es posible, la coalici¨®n, con Ciudadanos. Casado advirti¨® a sus filas de que habr¨ªa sacrificios y la direcci¨®n popular cree que la crisis con Alonso es un precio justo por un bien mayor: la alianza con el partido de In¨¦s Arrimadas en Catalu?a y a m¨¢s largo plazo, para las generales. ¡°Va a generar un problema org¨¢nico, porque mucha gente va a ver c¨®mo despu¨¦s de a?os de trabajo, y en el caso vasco, a?os muy dif¨ªciles, les pasan por delante personas de otro partido, pero esos pactos son necesarios¡±, apunta un diputado popular. Otros dirigentes consultados opinan que han cedido demasiado porque ha pasado un mundo desde que Cs se qued¨® a 200.000 votos de distancia (abril) hasta ahora, que tienen 10 esca?os en el Congreso.
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