Jeff Koons le pone mascarilla a la mascota de Bilbao

Jone Santiago ten¨ªa seis a?os cuando el escultor norteamericano Jeff Koons creo a Puppy, un perro de 12,4 metros y 16 toneladas que vigila, sentado, el museo de titanio dise?ado por Frank Gehry. El Guggenheim de Bilbao y su mascota se mostraron al mundo con todo su esplendor en 1997. Jone, como otros tantos ni?os de Bilbao y del resto del mundo, se qued¨® boquiabierta al verlo. "Aquel perro y aquel museo transformaron la ciudad y ahora Puppy ("cachorro", en ingl¨¦s) puede volver a cambiar las conciencias de la gente dando ejemplo", explica Santiago.

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"?C¨®mo?", se pregunta a s¨ª misma la m¨¦dica de Bilbao que ahora tiene "treinta y tantos" y trabaja en un centro de salud de Gran Canaria: "Coloc¨¢ndole una mascarilla". As¨ª que se puso manos a la obra y habl¨® con la direcci¨®n del Museo para proponerles un cambio en la ic¨®nica obra que destaca en la explanada que se extiende ante la entrada del museo.

La respuesta, en cierta manera, se la esperaba. Le dijeron que les parec¨ªa una buena idea pero que cualquier alteraci¨®n de la obra debe contar con el permiso del autor. As¨ª que ni corta ni perezosa busc¨® el correo del estudio del escultor y pintor norteamericano y, a finales de septiembre, le mand¨® un primer email. Y nada. Volvi¨® a escribir. Tampoco hubo respuesta. Pero pens¨® que por insistir no iba a quedar. Ya ten¨ªa el no por delante. Le mand¨® un tercer email en octubre, aunque tampoco pas¨® nada, o al menos eso es lo que crey¨®. Interpret¨® que ya se hab¨ªa pasado el tiempo para poder cambiarle el aspecto.

Puppy, construido con un armaz¨®n de acero, cambia de flores dos veces al a?o. Tiene un vestido de casi 40.000 plantas, que se alimentan con un sistema de riego que las mantienen en plena forma sus seis meses de vida. Septiembre era el mes previsto para hacer ese cambio. Una ma?ana de octubre Jone recibi¨® una llamada del museo Guggenheim: "Esta ma?ana cuando quitemos los andamios de la escultura de Koons, vas a tener una sorpresa", escuch¨® al otro lado del aparato.

La conversaci¨®n de Jone con el museo no hab¨ªa ca¨ªdo en saco roto. Es m¨¢s, sus t¨¦cnicos y comisarios adoptaron su idea y le hicieron llegar al autor que ser¨ªa un buen gesto. Ahora que los ciudadanos de todo el planeta hab¨ªan tenido que ponerse por la fuerza una prenda que hasta ese momento solo se asociaba a los cirujanos, ?por qu¨¦ no Puppy?

La sorpresa que se llev¨® la m¨¦dica estuvo a la altura del tama?o del cachorro escoc¨¦s de la raza West Highland White Terrier que represent¨® Koons. Una mascarilla quir¨²rgica de unos diez metros cuadrados cubr¨ªa su hocico. "Bueno, somos de Bilbao ?no?, y hacemos las cosas a lo grande y la idea era ofrece una imagen de unidad, tambi¨¦n a lo grande". "Ahora se le ve la mascarilla a Puppy, pero el momento de esplendor le llegar¨¢ en febrero, cuando las plantas est¨¦n en su punto ¨®ptimo de floraci¨®n" explican desde el museo bilba¨ªno.

El equipo de comisarios de la pinacoteca trabaj¨® codo con codo con el estudio del artista para darle el mejor aspecto a la obra. "Ha sido una agradable sorpresa, ¨¦l encantado y nosotros tambi¨¦n", explican una fuente oficial del Guggenheim Bilbao. "Me imagin¨¦ a Puppy con mascarilla un d¨ªa que sub¨ªa a [el monte] Artxanda y m¨ªralo ahora, ya es todo un ejemplo", explica desde Canarias Jone Santiago.