R¨¨mi Parmentier, activista ambiental: ¡°Algunos pol¨ªticos hacen bromas sobre la acci¨®n clim¨¢tica que dar¨¢n verg¨¹enza a sus descendientes¡±
El veterano de la militancia ecologista asegura que la crisis geopol¨ªtica global tambi¨¦n se est¨¢ extendiendo a la lucha contra la contaminaci¨®n y el cambio clim¨¢tico
Con 17 a?os, R¨¨mi Parmentier (Par¨ªs, 67 a?os) se uni¨® a Les Amis de la Terre (Los Amigos de la Tierra en franc¨¦s), uno de los movimientos pioneros en el activismo medioambiental. Su pasi¨®n le llev¨® a convertirse en uno de los miembros fundadores de Greenpeace Internacional a?os despu¨¦s, donde lider¨® los operativos marinos de la organizaci¨®n a bordo del barco Rainbow Warrior en los setenta y ochenta. Tras cinco d¨¦cadas como activista verde, su lucha se ha trasladado a foros en tierra firme: ahora es el director de la consultora Grupo Varda, con la que brinda asesor¨ªa a gobiernos y entidades privadas sobre gobernanza oce¨¢nica y protecci¨®n del medio ambiente.
Desde 2023, trabaja movilizando a la sociedad civil de cara a la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Oc¨¦anos (UNOC) de junio de 2025, a petici¨®n de los gobiernos de Francia y Costa Rica. En este contexto, ha lanzado junto a otras organizaciones la iniciativa Let¡¯s be Nice To the Ocean (Seamos Amigables con el Oc¨¦ano en ingl¨¦s), cuya consigna es ¡°hacer la protecci¨®n del oc¨¦ano la norma y no la excepci¨®n¡±. A Parmentier ¨Dque atiende a EL PA?S en Madrid¨D le preocupa la ¡°m¨¢quina del fango¡±, porque salpica tambi¨¦n a la defensa clim¨¢tica. Para ¨¦l, los bulos clim¨¢ticos y la facilidad con que Bruselas ha cedido en sus aspiraciones ecol¨®gicas son dos asuntos que se deben abordar de forma urgente en la esfera p¨²blica.
Pregunta: Muchas veces ha resaltado la necesidad de decir oc¨¦ano en singular y no oc¨¦anos en plural ?Por qu¨¦?
Respuesta: Es importante recordar que el oc¨¦ano nos une y no nos separa. El oc¨¦ano es la sala de m¨¢quinas del sistema clim¨¢tico mundial. Si no tuvi¨¦semos el oc¨¦ano, no habr¨ªa vida en la tierra. Lo que diferencia nuestro planeta de todos los dem¨¢s en el sistema solar es el oc¨¦ano, que desde el principio ha tra¨ªdo y mantiene la vida. Sin ¨¦l el planeta se muere. Hay que incrementar esta conciencia de su importancia. En mi publicaci¨®n Let¡¯s be Nice to the ocean digo que dentro de unos a?os nuestros descendientes se preguntar¨¢n por qu¨¦ no d¨¢bamos la importancia que merece al oc¨¦ano para nuestra supervivencia. Lo ver¨¢n tan curioso como para nosotros es curioso que nuestros ancestros pensaban que la tierra era plana.
P: Hace 20 a?os dej¨® Greenpeace y se enfoc¨® en la lucha oce¨¢nica ?Por qu¨¦?
R: Con Greenpeace yo ya estaba con los pies en el agua. Con el barco de la organizaci¨®n proteg¨ªamos a las ballenas y luch¨¢bamos contra la contaminaci¨®n. Siempre he estado muy vinculado al mar. ?Por qu¨¦ lo dej¨¦? Pues porque ya hab¨ªa estado con ellos 25 a?os y hab¨ªa decidido dar el paso. Era lo natural.
P: En todo este tiempo, ?cu¨¢l es el mayor obst¨¢culo que ha encontrado en la lucha clim¨¢tica y la defensa del mar?
R: El cortoplacismo. Los gobiernos est¨¢n demasiado condicionados por las siguientes elecciones y no ven m¨¢s all¨¢. Hace unos meses, los agricultores pegaron un grito y descafeinaron el pacto verde europeo. Hay una timidez ante la amenaza que representa la extrema derecha y hemos pasado de una Comisi¨®n Europea que quer¨ªa estar a la vanguardia de la acci¨®n ambiental a una mucho m¨¢s t¨ªmida y cautelosa en el mal sentido de la palabra. Lo mismo ha pasado con los gobiernos que componen el Consejo Europeo.
P: La cultura corporativa supuestamente ha dado un giro verde en los ¨²ltimos a?os, ?considera que esto es real?
R: Es real en ciertos ¨¢mbitos y lo es menos en otros. La UE ahora est¨¢ adoptando unas directrices para evitar el greenwashing, es decir, el publicitar estas pol¨ªticas sin que se refleje en sus actividades. Sin embargo, es cierto que hay una nueva generaci¨®n de empresarios que han crecido con conciencia de la crisis ambiental y que s¨ª intentan hacer las cosas de un modo apropiado. El problema es la presi¨®n de los accionistas. En este caso tambi¨¦n se aplica el cortoplacismo, porque ellos quieren dividendos cada a?o a costa del medio ambiente. La soluci¨®n es que la responsabilidad por da?o ambiental sea una realidad.
En 1992 hubo la primera cumbre de la tierra en Rio de Janeiro. All¨ª se adopt¨® la idea de que el que contamina tiene que pagar, pero la realidad es que esto no se aplica correctamente. Es injusto que los directivos de las empresas compartan con el resto de la sociedad el da?o ambiental, pero ¨²nicamente ellos se quedan con los beneficios. Por eso, en el contexto del oc¨¦ano, yo digo que se debe hacer de la protecci¨®n la norma y no solamente la excepci¨®n.
P: ?Qu¨¦ es hacer de la protecci¨®n del oc¨¦ano la norma y no la excepci¨®n en la pr¨¢ctica?
R: Implica que los defensores del medio ambiente dejen de tener que mendigar para que los gobiernos protejan fracciones peque?as del oc¨¦ano. Hay pa¨ªses que designan un ¨¢rea marina como protegida y despu¨¦s permiten pr¨¢cticas destructivas o vertidos t¨®xicos. Son las industrias extractivas quienes tienen que probar que sus actividades son seguras para el medio ambiente y que no provocan da?os irreversibles antes de empezar.
P: Justamente uno de los temas en los que ha estado involucrado recientemente es la miner¨ªa submarina ?Por qu¨¦ es relevante este tema?
R: Es importante impedirla ahora porque a¨²n no est¨¢ ocurriendo. Pocas veces podemos bloquear una industria destructiva antes que sea una realidad. Ya existen tecnolog¨ªas para que la industria minera extraiga metales de los fondos marinos, pero a¨²n no sucede. Este tipo de acci¨®n preventiva no la tenemos casi nunca. Hay 26 pa¨ªses que piden una moratoria para impedir que se d¨¦ luz verde a esta pr¨¢ctica.
P: Otro campo en el que estuvo activo recientemente fue en la reducci¨®n de pl¨¢stico.
R: Es fundamental porque, si no hacemos nada, la producci¨®n se va a triplicar para 2060, seg¨²n la OCDE. Ya no sabemos qu¨¦ hacer con tanto desecho. Hace dos a?os el programa de las naciones unidas para el medio ambiente acord¨® lanzar la negociaci¨®n de un tratado para evitar la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos. Sin embargo, hay dos interpretaciones distintas en esta negociaci¨®n. De un lado, hay un grupo de alta ambici¨®n, que reclama que se fijen metas para reducir la producci¨®n.
Del otro lado, se encuentra un grupo m¨¢s peque?o en el que est¨¢n China, India, Arabia Saud¨ª y Rusia; que piden que el acuerdo sea ¨²nicamente de pautas para el tratamiento de los desechos, sin afectar la producci¨®n. Evidentemente, muchos de estos pa¨ªses tienen una gran dependencia del petr¨®leo y el gas. El pl¨¢stico es un subproducto de los hidrocarburos, y ellos lo ven como un socorro para sus industrias en un mundo que quiere dejar los combustibles f¨®siles. Es como un tablero de ajedrez y hay que ver qui¨¦n mueve mejor sus piezas.
Estamos frente a muchos desaf¨ªos en un mundo donde la geopol¨ªtica no ayuda.
P: Ha dicho que ciertos pa¨ªses frenan las negociaciones ?Se est¨¢ dando una fragmentaci¨®n global en las pol¨ªticas ambientales como en la econom¨ªa?
R: Totalmente. El empuje que naci¨® en el 1972 con la primera conferencia del medio ambiente est¨¢ muy da?ado. La situaci¨®n mundial frena la posibilidad de llegar a acuerdos en el terreno de la gobernanza y la protecci¨®n ambiental. Estamos frente a muchos desaf¨ªos en un mundo donde la geopol¨ªtica no ayuda.
P: ?C¨®mo pueden los ciudadanos apoyar la protecci¨®n oce¨¢nica?
R: Tienen que pedir a sus gobiernos que haya rendici¨®n de cuentas. No es normal que haya que explicar que hay una negociaci¨®n desde hace dos a?os sobre la producci¨®n de pl¨¢sticos. Todo el mundo deber¨ªa saberlo y no se deber¨ªa negociar a espaldas de la ciudadan¨ªa. As¨ª, se podr¨ªa exigir que los gobernantes tomen el buen camino y no frenen la acci¨®n. Sin embargo, hay muchos intereses que est¨¢n satisfechos con que estas negociaciones se den a puerta cerrada. A veces aparece algo en las noticias, pero casi nunca es un tema central. Hoy en d¨ªa hay una preocupaci¨®n real sobre el cambio clim¨¢tico porque ya lo estamos viviendo. Pese a esto, hay una reacci¨®n. Algunos pol¨ªticos hacen bromas sobre la acci¨®n clim¨¢tica que dar¨¢n verg¨¹enza a sus descendientes.
P: En los ¨²ltimos a?os se han hecho virales acciones pol¨ªticas en museos que generan rechazo, ?qu¨¦ opina de este tipo de manifestaciones?
R: Yo he sido activista toda mi juventud. Cuando he visto estas acciones me he preguntado: si yo tuviese la edad de Greta Thunberg, ?hubiera hecho esto? No tengo la respuesta. Lo que s¨ª veo es que para esta generaci¨®n es m¨¢s dif¨ªcil hacerse o¨ªr que para la m¨ªa. Y es una paradoja, porque hoy en d¨ªa el medio ambiente est¨¢n en las bocas de todo el mundo. En mi ¨¦poca, a mediados de los setenta, era m¨¢s f¨¢cil porque no hab¨ªa tanto ruido de fondo. A los ambientalistas nos pod¨ªan contar con los dedos de las dos manos. Era un discurso que llamaba la atenci¨®n inmediatamente. Tambi¨¦n hab¨ªa motivos tecnol¨®gicos: en la mayor¨ªa de pa¨ªses hab¨ªa dos o tres canales y era m¨¢s f¨¢cil tener impacto.
Hoy hay canales de informaci¨®n y desinformaci¨®n en tel¨¦fonos y tablets. Antes, si a m¨ª me entrevistaban, una hora despu¨¦s la gente me paraba en la calle y me dec¨ªan que me hab¨ªan visto. Hoy en d¨ªa, si salgo en alguna parte, nadie se entera. Es muy dif¨ªcil hacerse oir.
P: ?D¨®nde luchar¨¢ su siguiente batalla?
R: Estoy totalmente concentrado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Oc¨¦anos de 2025. No se puede perder esta oportunidad transformadora. El enviado especial de Macron me ha pedido ser parte de su equipo para ayudar a movilizar la sociedad civil y considero que no me lo hubieran pedido si quisieran un enfoque convencional. Me siento libre de ser ambicioso y por eso he lanzado el movimiento Let¡¯s Be Nice to the Ocean. Veremos si esto da pie a una hoja de ruta que otros puedan implementar. Soy muy consciente de mi edad y llevo 50 a?os como activista ecologista. Hay una l¨ªnea muy fina entre ser considerado un viejo sabio y un viejo tonto. Siempre hay que saber cu¨¢l es nuestro sitio. Veremos lo que me toca despu¨¦s, pero espero haber inspirado a los m¨¢s j¨®venes para que sigan.
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