Microsoft: ¡°La inteligencia artificial actual no alcanza el nivel de un beb¨¦¡±
El gigante de la inform¨¢tica repasa el pasado, presente y futuro de una carrera, la tecnol¨®gica, en la que lleva 26 a?os
Anirudn Koul dirige su tel¨¦fono al p¨²blico. Seeing AI responde: ¡°Probablemente un grupo de gente rodeando algo¡±. Se acerca a uno de sus integrantes, que sonr¨ªe a la c¨¢mara: ¡°Un hombre de 59 a?os y pelo cano que parece feliz¡±. Apunta a la ventana: ¡°Probablemente un puente sobre un r¨ªo en una ciudad¡±. Al fondo, el T¨¢mesis resplandece a su paso por Lambeth Bridge. ¡°Reconoce lo que tengamos delante: caras, billetes, chocolatinas...¡±, afirma Koul, especializado en deep learning. ?l no necesita Seeing AI para identificar personas o productos, leer textos, mirar por la ventana. Para Shaqib Shaik, desarrollador de software l¨ªder en el proyecto y ciego, la voz que sale del smartphone es esencial. ¡°Cuando detecta algo, empieza a emitir se?ales sonoras que ayudan a mejorar el enfoque. Despu¨¦s procesa la imagen y genera la descripci¨®n¡±, asegura.
InnerEye. Microsoft Research
Seeing AI bebe de las APIs de Microsoft Cognitive Service y de 26 a?os de investigaci¨®n que comenzaron en un laboratorio brit¨¢nico, el primero de la compa?¨ªa fuera de los Estados Unidos. ¡°Estamos entrando en la fase m¨¢s extraordinaria de la revoluci¨®n digital. Lo que estamos viendo es una transformaci¨®n profunda en los sistemas de computaci¨®n, la mayor desde que nacieron¡±, asegura Chris Bishop, director del Microsoft Research Lab de Cambridge. Bajo su batuta se han combinado sistemas de machine learning y visi¨®n artificial para crear aplicaciones como InnerEye, que asiste a los profesionales m¨¦dicos en el an¨¢lisis de im¨¢genes y reduce a m¨ªnimos imposibles el tiempo necesario para delimitar, por ejemplo, el contorno de un tumor.
En los ¨²ltimos 60 a?os ha habido un goteo de contribuciones que ya ni consideramos AI
Eric Horvitz, Microsoft Research
La actualidad de la inteligencia artificial (AI) dejar¨ªa pasmados a quienes la bautizaron, en 1955, y propusieron un campo en el que desarrollar tecnolog¨ªas para hacer que las m¨¢quinas resolvieran problemas reservados para las competencias humanas. "Ahora las cosas se mueven muy r¨¢pido, pero durante los ¨²ltimos sesenta a?os ha habido un goteo de contribuciones que ya forman parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa y ni consideramos AI", se?ala Eric Horvitz, director del ¨¢rea de investigaci¨®n de Microsoft.
- En pa?ales
Sin embargo, todo este progreso a¨²n palidece ante la capacidad humana en la m¨¢s elemental de sus formas. "Ni siquiera estamos al nivel de un beb¨¦", sentencia Harry Shum, vicepresidente ejecutivo de la divisi¨®n de AI. "El cerebro de un ni?o puede procesar todo tipo de est¨ªmulos: luz, sonido, comodidad... Esto puede parecer sencillo para un humano, pero es arduo para la inteligencia artificial".
?C¨®mo es posible que las capacidades de un reci¨¦n nacido superen a sistemas capaces de delinear un ¨®rgano, cambiar la hora de un vuelo o escribir un libro de poes¨ªa? "En 1955 se definieron los pilares de lo que, parece, se nos da bien a los seres humanos: percepci¨®n, aprendizaje, raciocinio y lenguaje natural. Los cuatro persisten hoy, pero son campos que han crecido y avanzado en diferentes direcciones", explica Horvitz. As¨ª, somos capaces de agilizar y automatizar tareas de gran exigencia, pero de manera aislada y dentro de entornos con poco margen para el azar. "Estamos hablando de sistemas entrenados en laboratorios, el mundo es mucho m¨¢s grande y complejo".
Queremos combinar nuestras competencias para crear sinfon¨ªas de inteligencia
Eric Horvitz, Microsoft Research
La soluci¨®n de Microsoft para fusionar los significativos pero atomizados avances del ¨²ltimo cuarto de siglo y progresar en el desarrollo de una inteligencia artificial general pasa por reagrupar el reba?o y devolverlo al redil. "Queremos combinar estas competencias para crear sinfon¨ªas de inteligencia que nos permitan avanzar en nuestra comprensi¨®n del intelecto humano. Hacer esto bien es un reto t¨¦cnico, social, psicol¨®gico y organizacional", resume Horvitz.
- Carne y hueso de AI
"Si dise?amos para el futuro, es esencial que invoquemos lo aprendido del pasado", afirma Emma Williams, responsable del dise?o de UX (experiencia de usuario) en AI. Seg¨²n ella, como homo sapiens y responsables de la progresiva desaparici¨®n del resto de hom¨ªnidos que conviv¨ªan con nosotros hace 300.000 a?os, estamos evolutiva e intuitivamente programados para percibir y temer la amenaza de otra especie dominante dotada de conciencia. Esta convicci¨®n marca los principios de dise?o para la era de la inteligencia artificial: "Los humanos son el centro de lo que estamos intentando crear. Queremos equilibrar la inteligencia tradicional (IQ) y la emocional (EQ), honrar los valores sociales y el contexto que nos rodea; y seguir progresando", resume Williams.
En la creaci¨®n de esta interfaz est¨¢n participando psic¨®logos, antrop¨®logos y hasta m¨²sicos que modular¨¢n la voz de la AI del futuro. "Durante cuarenta a?os, los humanos hemos tenido que aprender c¨®mo hablar con los ordenadores. Mi padre es un genio, un matem¨¢tico genial, pero tengo que ense?arle c¨®mo insertar palabras clave en un buscador para encontrar los resultados que busca", comenta Williams. Ahora estamos en la v¨ªspera de un mundo donde los ordenadores podr¨¢n hablar a cualquiera, desde al ni?o de cinco a?os al anciano de 85. "Creo sinceramente que vamos a cerrar la brecha digital entre generaciones", afirma.
Por lo pronto, Microsoft sigue perdiendo en la competici¨®n contra el cerebro humano, capaz de procesar unos 14 millones de est¨ªmulos por minuto -por supuesto, la mayor¨ªa de ellos en segundo plano- y de so?ar, crecer, crear arte e historias, expresar emociones, sentir y entender c¨®mo se sienten otros. "Ahora tenemos much¨ªsimo impulso, pero antes de emocionarnos demasiado debemos entender qu¨¦ nos hace humanos y ¨²nicos", admite Harry Shum.
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