Un mundo en red har¨¢ reaccionar ante la disipaci¨®n actual del tiempo
Es dif¨ªcil imaginar las transformaciones que se van a producir a partir de ahora. Pero parece seguro que tendr¨¢n una interpretaci¨®n del espacio y del tiempo bien distinta, y as¨ª actuar¨¢n en consecuencia, advierte este catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III
M¨¢s decisivo que vivir en la ciudad ser¨¢ vivir en conexi¨®n continua con la Red. La ciudad ha supuesto el motor civilizador, durante miles de a?os, por su capacidad de concentraci¨®n de seres humanos en lugares con una densidad imposible para la supervivencia en medios naturales. Pero esta aproximaci¨®n de las personas es mucho menor que la que proporciona la Red, ya que la Red es un espacio sin lugares ¡ªuna contracci¨®n del espacio y del tiempo, Aleph¡ª , donde no hay distancias ni demoras, por lo que las posibilidades de interrelaciones de todo tipo empeque?ecen las que se alcanzan en una ciudad.
Es dif¨ªcil imaginar las transformaciones que se van a producir a partir de ahora, despu¨¦s de este recorrido milenario de la civilizaci¨®n. C¨®mo ser¨¢ la vida en digital de los alefitas, en comparaci¨®n con la que han tenido los urbanitas. Pero lo que parece seguro es que tendr¨¢n una interpretaci¨®n del espacio y del tiempo bien distinta, y as¨ª actuar¨¢n en consecuencia.
Una de las riquezas evolutivas que va a proporcionar un mundo en red es la diversidad, pese a la uniformidad catastr¨®fica que ahora se pueda temer.
Una de las riquezas evolutivas que va a proporcionar un mundo en red es la diversidad, pese a la uniformidad catastr¨®fica que ahora se pueda temer. As¨ª que entre los alefitas aparecer¨¢ el grupo de los estilitas (perm¨ªtanme estas denominaciones para iluminar el escenario imaginario). Los estilitas es la poblaci¨®n (?favorecida por las condiciones de desigualdad de la que se parte?) que podr¨¢ tener una visi¨®n y uso m¨¢s radicales del espacio y del tiempo. El nombre proviene de los eremitas que viv¨ªan encima de una columna; no necesitaban el espacio terreno para su vida asc¨¦tica, y el tiempo, despegado de la actividad que corre por el suelo, era aprovechado de otra manera.
Son estilitas porque han reaccionado al espejismo que hoy se vive. La sociedad de consumo ha hecho que la adquisici¨®n de un objeto se mida por lo que hay que pagar al mes, no por su valor total. As¨ª que para el consumidor le queda margen para comprometerse con otras compras que el precio real de cada una de ellas le har¨ªa desistir. El endeudamiento ya no es una inquietud. Pues de igual modo, la revoluci¨®n de los transportes en la sociedad industrial ha tra¨ªdo otra visi¨®n del espacio y del tiempo: ya no son los bienes los que se aproximan y se hacen adquiribles, sino accesibles los lugares. Los lugares est¨¢n a media hora de coche ¡ªpiensa el urbanita¡ª, as¨ª que se siente cerca del centro de la ciudad o del lugar de trabajo, pero el espejismo hace que se calcule solo la ida, no la vuelta, y que se tiene que hacer todos los d¨ªas, por lo que la acumulaci¨®n de tiempo encerrado sobre unas ruedas se convierte en un despilfarro vital.
Todo parece m¨¢s cerca, lo que anima, dado el poco tiempo que ilusoriamente hay que emplear, a ir a m¨¢s lugares (como sucede con la compra a plazos). Y, parad¨®jicamente, despu¨¦s de una semana laboral, el desahogo es seguir desplaz¨¢ndose a otros lugares. Alcanzar m¨¢s lugares, como adquirir m¨¢s objetos, es lo que produce la satisfacci¨®n.
Los estilitas son principalmente artesanos digitales: disponen de sus medios de producci¨®n, trabajan en el hogar y organizan su tiempo; desempe?an muchas de las nuevas profesiones que han surgido. No entienden que el hogar se vac¨ªe a primera hora de la ma?ana y sea lugar de recogida (a veces ni siquiera de reencuentro) al finalizar la jornada, para pasar la noche. No confunden la actividad con la agitaci¨®n. Y el hogar ser¨¢ el centro, y no un retiro. Para los bienes que se necesitan se ha cambiado el sentido actual del desplazamiento: no se encuentran en lugares relativamente cerca, pero a los que hay que ir, sino que llegan al hogar por tierra y aire (para los estilitas, la autonom¨ªa del trasporte y de los servicios de distribuci¨®n ser¨¢n uno de los efectos m¨¢s liberadores de la robotizaci¨®n).
Los estilitas son muy sensibles a la disipaci¨®n del tiempo. Sus actividades de trabajo, ocio, educaci¨®n, comunicaci¨®n¡ las ponderan teniendo muy en cuenta el tiempo que disipan. Y de igual modo que hay ya sensibilizaci¨®n ante el despilfarro energ¨¦tico, el del agua, alimentos¡ de la sociedad industrial, en el mundo en red prender¨¢ una sensibilidad ante ese bien escaso e irrecuperable que tenemos los humanos, y que es el tiempo. Queda por ver a qu¨¦ poblaci¨®n alcanzar¨¢ este estilo de vida y el concepto de calidad de vida, los cambios de mentalidad, su influencia en el resto de la sociedad digital, y la formaci¨®n necesaria para saber vivir de otra manera en un espacio y un tiempo alterados por un mundo en red.
Antonio Rodr¨ªguez de las Heras es catedr¨¢tico Universidad Carlos III de Madrid
La vida en digital es un escenario imaginado que sirva para la reflexi¨®n, no es una predicci¨®n. Por ¨¦l se mueven los alefitas, seres prot¨¦ticos, en conexi¨®n continua con el Aleph digital, pues la Red es una fenomenal contracci¨®n del espacio y del tiempo, como el Aleph borgiano, y no una malla.
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