Marsi Bionics: m¨²sculos artificiales y exoesqueletos tit¨¢nicos
Sus m¨²sculos artificiales ponen en marcha a pacientes con poliomielitis, ictus o esclerosis m¨²ltiple. Lo pr¨®ximo, crear un exoesqueleto con la fuerza de un tit¨¢n.
Funciona igual que el m¨²sculo cu¨¢driceps. Si el caminante sufre una vacilaci¨®n o un espasmo, aumenta su rigidez. Lo mismo si de pronto pasa de caminar sobre la dureza del asfalto a la blandura de la arena. Pero lo que lo conforma no son huesos, fibras y tendones, sino electr¨®nica, sensores y software.
Se trata del exoesqueleto MAK Active Knee, creado por la empresa spin-off del CSIC Marsi Bionics. Es el primer producto comercial que lanzar¨¢ al mercado, previsiblemente a comienzos de 2019. ¡°Esperamos obtener el marcado CE [la certificaci¨®n que permite comercializar productos en la Uni¨®n Europea] durante este a?o¡±, explica Elena Garc¨ªa Armada, investigadora del CSIC y fundadora de la empresa. ¡°El MAK est¨¢ pensado para enfermos con problemas de movilidad como pacientes de poliomielitis, ictus o esclerosis m¨²ltiple. Nuestro m¨²sculo artificial les proporciona la fuerza que les falta para poder caminar y su uso es tanto para enfermos cr¨®nicos como para aquellos en rehabilitaci¨®n¡±.
Esta rodilla supletoria, que se engarza al lado exterior de una de las piernas, no es el primer producto que sali¨® de los laboratorios de Marsi Bionics. Cuando solo eran tres, cont¨¢ndola a ella, Garc¨ªa y su equipo saltaron a la fama internacional en el panorama cient¨ªfico al conseguir desarrollar dos hitos a un tiempo: el primer prototipo funcional de exoesqueleto pedi¨¢trico y para?tetrapl¨¦jicos llamado Atlas.
¡°Pero conseguir el marcado CE para un producto tan complejo [es un exoesqueleto completo] es mucho m¨¢s complicado. Y a pesar de los premios que recibimos y de la repercusi¨®n, mucho mayor a nivel internacional que en Espa?a, atraer financiaci¨®n fue imposible. Necesit¨¢bamos elaborar pronto otro producto m¨¢s sencillo que s¨ª pudi¨¦ramos homologar en un plazo m¨¢s corto¡±. A pesar de que la comercializaci¨®n del prototipo pedi¨¢trico va m¨¢s lenta, este ya se encuentra en hospitales, como el Ram¨®n y Cajal, para ensayos cl¨ªnicos y para que los ni?os puedan beneficiarse de su uso en la terapia de rehabilitaci¨®n. Responsables de hospitales de Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos ya han visitado la startup para valorar el alquiler del dispositivo para sus propios estudios y tratamientos.
Y a futuro, Garc¨ªa piensa en otro tipo de exoesqueletos que nada tienen que ver con los usos en salud. ¡°De hecho, yo empec¨¦ a trabajar en exoesqueletos para industria, para levantar grandes pesos¡±, apunta la investigadora. ¡°Pero la visita de una familia con la primera ni?a tetrapl¨¦jica que pusimos a andar hizo que nos centr¨¢ramos primero en ese caso, porque no hab¨ªa nada en el mercado que sirviera para ayudar a enfermos como ella a mejorar su calidad de vida. Sin embargo, nuestra tecnolog¨ªa es muy f¨¢cil de implementar para usos industriales¡±. Consultoras como Global Insights han fijado un crecimiento enorme de este sector para 2024, a?o en el que se prev¨¦ que supere los 2.700 millones de euros.
La visita de una familia con la primera ni?a tetrapl¨¦jica que pusimos a andar hizo que nos centr¨¢ramos primero en ese caso
Eso s¨ª, existe, por el momento un escollo t¨¦cnico para lograr estos exoesqueletos que permitan a los humanos mover toneladas sin el menor esfuerzo. ¡°Necesitamos un tipo de componentes electromec¨¢nicos que generen mucha potencia, que ocupen poco espacio y que pesen tambi¨¦n poco. Hoy en d¨ªa, esa soluci¨®n ideal no existe en el mercado. Y cada vez que hablamos de ello con los proveedores nos dicen que se pondr¨¢n a investigar en este problema cuando la demanda de exoesqueletos sea muy alta. Lo cual es la pescadilla que se muerde la cola¡±, detalla Garc¨ªa.
Marsi Bionics ten¨ªa una peculiaridad como startup que estuvo a punto de matarla antes de poder poner en marcha la industrializaci¨®n de su primer producto. Las empresas, en su primera fase de financiaci¨®n, que se conoce como de capital semilla, suelen necesitar cientos de miles de euros para comenzar a caminar. Marsi Bionics precisaba de varios millones para encarrilar un m¨ªnimo producto viable. ¡°Los pocos mecanismos de financiaci¨®n p¨²blica que hay no nos serv¨ªan, porque exigen que un porcentaje de la financiaci¨®n sea puesto por los socios. En este caso los socios ¨¦ramos una funcionaria y un amigo¡±.
La soluci¨®n que encontr¨® Garc¨ªa es hija de la era digital. ¡°Un crowdfunding para el que hicimos un estudio previo de redes sociales. Descubrimos que las familias con hijos, y sobre todo las mujeres, eran sensibles al problema que trat¨¢bamos de aliviar y estaban dispuestas a invertir en la campa?a¡±. Una primera captaci¨®n, con juguetes de rob¨®tica como recompensa, se sald¨® con 250.000 euros, 150.000 invertidos por un inesperado business angel. En el segundo crowdfunding lograron al fin un socio industrial cuya inversi¨®n, entre capital, proceso industrial y prototipos asciende a casi mill¨®n y medio de euros. Ahora mismo, la empresa cuenta ya con 12 empleados y cuatro colaboradores de convenios con universidades. Dos de ellos, doctorandos de la Universidad de Alcal¨¢ y de la Universidad Rey Juan Carlos, usar¨¢n su estancia en la empresa para elaborar sus tesis.
Marsi Bionics se salv¨® al borde del abismo, pero Garc¨ªa sigue teniendo un regusto amargo. Con la legislaci¨®n vigente, ella podr¨ªa tener un cargo en la empresa que ha fundado si el CSIC participara. Pero decidieron no hacerlo. La nueva directiva del CSIC, presidida por Rosa Men¨¦ndez (primera mujer al cargo) ha abierto una v¨ªa de negociaci¨®n. Elena Garc¨ªa se muestra esperanzada: ¡°Van a volver a considerar la participaci¨®n en Marsi, y ya solo el hecho de que se abra el debate es una evoluci¨®n importante¡±.
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