Las diez razones por las que pasas ol¨ªmpicamente de leerte los t¨¦rminos y condiciones
No eres t¨², son las empresas. Hamlet es m¨¢s corto que el acuerdo que necesitas aceptar para acceder a Paypal
Sabemos que no te paras en los t¨¦rminos y condiciones. Y lo entendemos. Si decidieras que este a?o te vas a leer palabra por palabra todos los acuerdos de este tipo que se te presenten, necesitar¨ªas unas treinta jornadas laborales para completar la tarea: 244 horas, seg¨²n calcularon dos investigadoras de Carnegie Mellon en 2008.
Cuatro a?os m¨¢s tarde, la revista?Which?, editada por una asociaci¨®n brit¨¢nica de consumidores, repas¨® los t¨¦rminos y condiciones de diferentes webs y servicios online. En 2012, las 36.275 palabras del acuerdo necesario para acceder a Paypal superaba con holgura a las 30.066 que la pluma de Shakespeare garabate¨® en Hamlet. Si traemos esta comparaci¨®n a la actualidad y a la versi¨®n en castellano, la situaci¨®n se complica. Las condiciones de uso que presenta hoy el sitio web de este sistema de pagos online antes de completar el registro de cualquier usuario superan las 61.800 palabras. Tres veces el Lazarillo de Tormes. Y no estamos contando las 6.800 de la pol¨ªtica de privacidad.
?Qui¨¦n se va a leer semejante ladrillo cuando su ¨²nica ambici¨®n es comprar entradas para un concierto? Nadie. Y las empresas no est¨¢n haciendo gran cosa por remediarlo. De acuerdo con el informe presentado por la OCDE, los gobiernos deber¨ªan asegurar que estos acuerdos no introducen m¨¢s complejidad o volumen del que es absolutamente necesario.
El modo en que se presentan estas informaciones no es inocuo. Por una parte, somos humanos, impacientes y un poco vagos. Por otra, las empresas nos conocen bien. Estos son los sesgos que seg¨²n la OCDE fomentan nuestra incapacidad para leer la letra peque?a de la web.
- Sobrecarga de informaci¨®n.?
Ya lo hemos hablado, nadie quiere leerse el Lazarillo de Tormes tres veces antes de poder hacer una compra de diez euros. "Al enfrentarse a productos complejos o una abrumadora cantidad de opciones, los consumidore pueden ignorar posibles alternativas u optar por no elegir".
- La magia de la configuraci¨®n recomendada
Es habitual que al instalar aplicaciones o, por ejemplo, introducir preferencias de privacidad se nos presente una opci¨®n con la configuraci¨®n predeterminada. Esta simple maniobra es un canto de sirena que la mayor¨ªa de los consumidores no pueden ignorar. "Los consumidores tienen una fuerte tendencia a permanecer en el statu quo", se?ala el informe.
- No sin mi compra
Una vez que el consumidor ha decidio hacer una compra, crea un v¨ªnculo con el producto en cuesti¨®n. Como si ya lo hubiera adquirido. Con el idilio ya en marcha, es m¨¢s f¨¢cil que los usuarios acepten todo lo que se les ponga por delante con tal de conservar el art¨ªculo que ya ven como parte de sus propiedades.
- Dime lo que ya s¨¦
Al tomar una decisi¨®n de compra o aceptar determinadas condiciones tendemos a centrarnos en la valoraci¨®n de los argumentos que en ese instante son m¨¢s importantes para nosotros. De este modo, alcanzamos nuestro veredicto sobrevalorando ciertos aspectos e ignorando otras informaciones adicionales, aunque tambi¨¦n est¨¦n disponibles en ese momento.
- La apariencia cuenta
Ante dos opciones de iguales caracter¨ªsticas, los consumidores somos m¨¢s sensibles aquella que se nos presenta en un marco m¨¢s atractivo. "Los consumidores no s¨®lo est¨¢n influenciados por el contenido, tambi¨¦n por el modo en que se presenta la informaci¨®n. As¨ª, presentar una opci¨®n de un modo determinado puede inducir a lso consumidores a evaluar la elecci¨®n desde un punto de vista particular".
- ?Nos conocemos?
Al encontrarnos con un servicio o producto al que ya hemos estado expuestos en repetidas ocasiones, a trav¨¦s de campa?as publicitarias o recomendaciones, la informaci¨®n que recibimos en su momento puede cobrar una importancia desproporcionada. "Esta primac¨ªa puede influenciar las preferencias haciendo destacar determinados atributos".
- Exceso de confianza
La mayor¨ªa de los conductores piensan que se desenvuelven mejor al volante que el conductor medio. Lo mismo nos ocurre en la web. Al tomar una decisi¨®n determinada, tendemos a pensar que sus efectos ser¨¢n mejores en nuestro caso. "Los negocios podr¨ªan aprovecharse de este exceso de confianza para introducir estructuras de precios m¨¢s complicadas o contratos que requieren ciertos consentimientos por parte del usuario", explica el estudio. Esto cobra especial utilidad cuando se nos ofrece un periodo de prueba gratuito o la renovaci¨®n autom¨¢tica de cierto servicio.
- Miop¨ªa temporal
El presente nos parece mucho m¨¢s importante que el futuro. Por ejemplo, nos parece estupendo ahorrarnos el tiempo que tardar¨ªamos en leernos los detalles asociados a cierto servicio y adquirirlo sin tener en cuenta la pesadilla que puede ser en el futuro pr¨®ximo cancelar la suscripci¨®n.
- Gratificaci¨®n instant¨¢nea
En la misma l¨ªnea, las decisiones que tomamos porque queremos algo ya no suelen estar alineadas con las que tomar¨ªamos si estuvi¨¦ramos teniendo en cuenta nuestros intereses a largo plazo.
- Haz lo que vieres
"Si el consumidor sabe que su familia y amigos usan ciertas tiendas online y aplicaciones que requieren aceptar determinados t¨¦rminos y condiciones o pol¨ªticas de privacidad, estar¨¢ m¨¢s dispuesto a acceder a ellos sin leerlos", se?ala el estudio. Adem¨¢s, la habilidad para comprender e interpretar estos apartados puede verse influida por la edad, educaci¨®n, familiaridad con internet y bagaje cultural del usuario.
Las soluciones
Seg¨²n la OCDE el desarrollo pol¨ªticas necesarias para contrarrestar estas tendencias es una responsabilidad compartida.
- Los gobiernos tendr¨ªan que cuidarse de fomentar la sobrecarga informativa al establecer qu¨¦ informaci¨®n es obligatorio proporcionar y asegurarse de que los consumidores est¨¢n protegidos de informaci¨®n falsa o confusa.
- Las empresas no deber¨ªan conformarse con los t¨¦rminos y condiciones como ¨²nico medio para comunicar informaci¨®n a los consumidores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.