¡®Trolls¡¯ de las patentes: ?al acecho de Europa?

En Escandinavia los trolls son un mito conocido: gigantes desali?ados con malas intenciones que merodean por los bosques y se petrifican si les caza el sol. Por estos lares, algunos les conocimos en Las aventuras de David el Gnomo. La idea era parecida. En Estados Unidos, esta panda tiene un aspecto menos mitol¨®gico, m¨¢s actual e igual de siniestro.

La versi¨®n moderna del troll habita en la ciudad y se alimenta de patentes. Son organizaciones que se benefician de los derechos asociados a ellas sin vender ni fabricar los bienes y servicios que describen. En general, se ganan el pan comprando patentes y guerreando por la propiedad de una idea que no piensan hacer realidad.?Allende los mares se las conoce como non practicing entities (NPE), es decir, entidades no practicantes. Y podr¨ªan estar llegando a Europa.

Hist¨®ricamente, Estados Unidos ha sido el h¨¢bitat id¨®neo para los trolls. "El sistema judicial de all¨ª tiene unos costes desorbitados para los demandados por infracci¨®n de patentes mientras que los demandantes apenas asumen riesgos", explican desde la oficina espa?ola de patentes y marcas (OEPM). Esto sumado a la concesi¨®n de protecciones demasiado amplias -debido a la alta carga de trabajo- resulta en un ecosistema donde la ri?a es barata y las posibilidades de salir ganando, favorables.

No en vano, las cinco NPE m¨¢s camorristas del viejo continente tienen pasaporte norteamericano, seg¨²n ha podido comprobar darts-ip.? Intellectual Ventures, Marathon Patent Group, Pan Optis Patent Management y Form Holdings se guisan y se comen un 60% de la incipiente actividad troll en Europa. Seg¨²n explican en la OEPM, Europa y, en particular, Espa?a han podido mantenerse al margen de estas pr¨¢cticas porque el sistema judicial no es tan prohibitivo y las patentes se conceden despu¨¦s de un examen m¨¢s riguroso, por lo que son de mayor calidad.

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?C¨®mo ha podido pasar esto? Por un lado, las NPE norteamericanas podr¨ªan estar llegando en busca de mejores pastos, ahuyentadas por el endurecimiento de las medidas anti-trolls?auspiciado por la administraci¨®n Obama en su lado del charco.

Entre los demandados aparecen con frecuencia empresas dedicadas a las TICs

Adem¨¢s, entre los demandados aparecen con frecuencia empresas dedicadas a las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n y, en concreto, a la fabricaci¨®n de smartphones y derivados: Vodafone, ZTE, Huawei, HTC, LG, Samsung, Apple... Es bien conocida la guerra de patentes que se ha venido librando durante los ¨²ltimos a?os en este mercado, cada vez m¨¢s fragmentado.

• ?Y si nos invaden los trolls?

A¨²n estamos lejos de enfrentarnos a la jaur¨ªa de trolls cuyas demandas costaron en 2011 unos 29.000 millones de d¨®lares. Sin embargo, el riesgo afrontar la demanda de una entidad especializada cuya subsistencia depende de ganar estos casos no es precisamente abono para el emprendimiento tecnol¨®gico.

As¨ª lo ha demostrado una investigaci¨®n que analiza el efecto de las leyes anti-troll aprobadas en 32 estados norteamericanos sobre las startups. Adem¨¢s de registrar un incremento del 4,4% en el empleo, concentrado principalmente en las startups tecnol¨®gicas e inexistente en el apartado de grandes empresas; los investigadores comprobaron que esta legislaci¨®n "est¨¢ asociada con un incremento en el registro de patentes y en el n¨²mero de firmas en etapas tempranas que logran recaudar financiaci¨®n procedente fondos de capital riesgo".

• Escala de grises

?Son las NPE el hombre del saco en el mundo de las patentes? Cuando su actividad se desarrolla con una intensidad razonable, no est¨¢ tan claro. Seg¨²n otro estudio podr¨ªan fomentar la innovaci¨®n, si se centrasen en la transferencia de conocimiento y cediesen las tecnolog¨ªas que han adquirido a las empresas dispuestas a hacerlas realidad e interpusiesen sus demandas como medio de protecci¨®n cuando otros copian tales patentes sin tener las licencias. "Sin embargo, las evidencias disponibles sugieren que las demandas de entidades no practicante no se producen normalmente estos casos".

Robert Stoll, antiguo comisario de patentes en la oficina estadounidense (UPSTO) tampoco ten¨ªa claro si estas entidades pueden considerarse inequ¨ªvocamente trolls. "A muchos inventores sencillamente les gusta inventar. Algunos no tienen inter¨¦s en fabricar nada, sino que prefieren regresar al laboratorio y cazar el siguiente descubrimiento", razona en un art¨ªculo publicado en la revista de la Organizaci¨®n Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). As¨ª, estos inventores sin motivaci¨®n para fabricar encontrar¨ªan un mercado secundario en el que amortizar sus esfuerzos. ?Su receta para encontrar el equilibrio? Separar trolls buenos y trolls malos: "Necesitamos asegurar que las demandas fr¨ªvolas y predatorias resultan penalizadas y necesitamos prevenir las t¨¢cticas abusivas que da?an nuestra cultura de innovaci¨®n".