La guerra del taxi contada por sus protagonistas digitales

La guerra que tiene lugar entre las VTC que ha consolidado la mal llamada econom¨ªa colaborativa y el taxi copa las portadas de muchos medios y se ha convertido en uno de los temas de moda en redes sociales. La multitudinaria huelga de este sector en varias ciudades espa?olas ha reavivado un conflicto que no es nuevo y surgi¨® como consecuencia de los nuevos modelos que ha impulsado la econom¨ªa de plataformas, que ha generado pol¨¦micas igual de controvertidas, como la influencia de Airbnb en la subida del precio del alquiler.

Aunque la batalla del taxi se encuentra en su apogeo, compa?¨ªas como Uber y Cabify llevan tiempo ejerciendo presi¨®n en busca de una mayor desregularizaci¨®n del sector que les permita competir con ventaja. En poco m¨¢s de un a?o de vida, EL PA?S RETINA ha hablado con varios de los agentes implicados en esta contienda ¡ªsobre todo con los protagonistas con un componente m¨¢s digital, debido al car¨¢cter de la publicaci¨®n¡ª. Recogemos aqu¨ª algunas de las impresiones y puntos de vista que nos han transmitido en este tiempo.

• Uber, el rey del mambo

Ni que decir tiene que la percepci¨®n que tenga de su negocio la startup m¨¢s valiosa de EE UU interesa profundamente a quien quiera entender hacia d¨®nde puede encaminarse la movilidad urbana del futuro. Hemos coincidido en un par de ocasiones ¡ªuna en Madrid y otra en San Francisco¡ª con Carles Lloret, responsable de Uber en el Sur de Europa, y le hemos preguntado por estas cuestiones.

Para Uber, el lento crecimiento de Uber en Espa?a tiene que ver con que la regulaci¨®n espa?ola es de las m¨¢s restrictivas de Europa y fija su objetivo en pelear por la v¨ªa legal para aumentar las licencias VTC en Madrid antes de valorar su expansi¨®n al resto de Espa?a.

Lloret ha justificado el posicionamiento de su empresa a favor de la liberalizaci¨®n del sector argumentando que las licencias de taxi se hab¨ªan revalorizado m¨¢s de un 500% desde 2001 ¡ªsin decir nada de la inflaci¨®n de las VTC¡ª debido a un negocio que genera plusval¨ªas y empeora las condiciones del taxista. ¡°Si el mercado no estuviese contingentado, se eliminar¨ªa el coste del intermediario y del monopolio, el conductor ganar¨ªa m¨¢s y el precio para el usuario ser¨ªa m¨¢s bajo¡±, defend¨ªa.

Respecto a la manera de acometer este cambio, en un art¨ªculo de opini¨®n que publicaba el directivo en EL PA?S RETINA, defend¨ªa la necesidad de entablar ¡°un di¨¢logo honesto y constructivo¡± entre taxistas, plataformas y Administraci¨®n para conseguir ¡°un proceso de transici¨®n justa¡±. M¨¢s all¨¢ de la voluntad de di¨¢logo, Lloret no daba m¨¢s detalles sobre c¨®mo deb¨ªan ser estas conversaciones o sobre los puntos en los que estaban dispuestos a ceder, algo tristemente habitual en las declaraciones p¨²blicas que suelen hacer los responsables de estas plataformas.

• Otros factores implicados

El director general de Cabify para Espa?a, Mariano Silveyra, alertaba en una entrevista de la necesidad de que la Administraci¨®n mueva ficha para evitar que la situaci¨®n pueda agravarse y la animaba a participar activamente en las conversaciones que llevan a cabo con el sector del taxi para encontrar soluciones que beneficien a ambas partes. Silveyra abogaba, entre otras cuestiones, por una medida pol¨¦mica: llevar a cabo pol¨ªticas que limiten el uso particular de los veh¨ªculos. ¡°Eso resolver¨ªa todos los problemas: los taxistas no se sentir¨ªan amenazados, habr¨ªa menos contaminaci¨®n, menos congesti¨®n, menos accidentes y negocio para todos¡±, enumeraba.

?Se est¨¢ legislando a la velocidad que requiere el sector? Pablo S¨¢nchez, director general de Mytaxi en Espa?a, defend¨ªa hace unas semanas la manera de proceder de la Administraci¨®n, alegando que legislar, por naturaleza, ¡°requiere de an¨¢lisis y tiempo¡± y ¡°no se puede hacer m¨¢s r¨¢pido¡±. Frente a la postura de Uber, rechazaba los modelos completamente desregularizados por los que se ha optado en algunos mercados. ¡°Han demostrado ser ineficientes y planteaban un problema a largo plazo¡±, opinaba.

Aunque Blablacar trabaja con un modelo diferente del que utilizan estas plataformas, con la iniciativa Blablalines en Francia, la empresa ha expandido su campo de actuaci¨®n conectando pasajeros en trayectos urbanos. ?Se convertir¨¢ as¨ª en el tercero en discordia en la guerra del taxi? ¡°Lo que hacemos nosotros es muy diferente en todos los ¨®rdenes a lo que hacen Uber o Cabify¡±, se defend¨ªa Jaime Rodr¨ªguez, director general de Blablacar para Espa?a. ¡°Por eso nuestra ¨²nica respuesta ante esta situaci¨®n es seguir explicando nuestras diferencias¡±.

• Rockefeller se da una alegr¨ªa

En una entrevista reciente, el fil¨®sofo Andoni Alonso confes¨® que consideraba escandaloso hablar de econom¨ªa colaborativa para referirse a compa?¨ªas como Uber. En su opini¨®n, por muy colaborativa que sea la econom¨ªa, los ciudadanos deben pagar impuestos y criticaba que estas empresas son las primeras que evitan pagarlos y se saltan la ley. ¡°Si Rockefeller hubiera visto estas nuevas plataformas, habr¨ªa encontrado su sue?o h¨²medo¡±, bromeaba.

Albert Ca?igueral, experto en econom¨ªa colaborativa y conector de Ouishare, escribi¨® una tribuna en este medio en la que valoraba positivamente la democratizaci¨®n de las estructuras de poder y las nuevas oportunidades que han promovido empresas como Cabify, pero alertaba de la necesidad de revertir los modelos cerrados en los que han derivado. ¡°El motor econ¨®mico de estas plataformas es centralizado, privado y un monopolio en gran medida¡±, sentenciaba.