WeChat, la app que esp¨ªa y censura a m¨¢s de 1.000 millones de personas
Pocas aplicaciones son tan indispensables para llevar una vida normal en China. Y pocas colaboran tan estrechamente con su gobierno para censurar y espiar a los usuarios con sistemas cada vez m¨¢s sofisticados
Dos son las principales recomendaciones relacionadas con Internet para quienes se van a establecer en China: que instalen una VPN en el ordenador, y que descarguen WeChat en el tel¨¦fono m¨®vil. La primera, una Red Privada Virtual, permite sortear la Gran Muralla Cibern¨¦tica del gigante asi¨¢tico redirigiendo el tr¨¢fico a trav¨¦s de servidores ubicados en diferentes pa¨ªses, de forma que el usuario puede acceder a una Internet sin censura y con todos los servicios a los que est¨¢ acostumbrado en Occidente.
La segunda es una aplicaci¨®n indispensable para vivir en China: WeChat ser¨¢ lo primero que pidan las nuevas amistades para estar en contacto -ya nadie llama por tel¨¦fono-, tambi¨¦n ha sustituido a las tradicionales tarjetas de visita que todas las gu¨ªas de negocios insisten en que hay que ofrecer con ambas manos, y sirve tanto para pagar con el m¨®vil como para pedir un taxi o abonar los recibos de la luz, el gas y el agua.
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WeChat es la navaja suiza del ciberespacio chino. Es una ¡®superapp¡¯ que utilizan casi mil millones de personas en la que ya pueden anidar m¨¢s de un mill¨®n de miniprogramas diferentes. Son aplicaciones de menos de 10 megabytes desarrolladas para funcionar en el ecosistema de WeChat, y resultan especialmente pr¨¢cticas porque evitan la necesidad de descargar apps individuales para todo tipo gestiones cotidianas: desde hacer la compra ¡®online¡¯ en el supermercado, hasta pedir comida a domicilio, o alquilar una bicicleta. Pocas cosas hay que no se puedan hacer sin salir de WeChat. Es un ¡®todo en uno¡¯.
Pero para las autoridades chinas la practicidad de la aplicaci¨®n desarrollada por el gigante Tencent reside en que facilita la censura de los contenidos que se publican en su red social -s¨ª, tambi¨¦n es el Facebook de China- y en que representa una puerta abierta a la intimidad de todos sus usuarios. Porque, como cualquier otra empresa de Internet, la propia WeChat reconoce que comparte datos de sus usuarios con el gobierno chino y que censura los contenidos que el r¨¦gimen considera inadecuados.
¡°La ley en China otorga a las Autoridades el poder de requerir diferentes tipos de datos. L¨®gicamente, nosotros tenemos que cumplir la ley¡±, reconoce un empleado de Tencent que prefiere mantenerse en el anonimato. ¡°En pa¨ªses como Estados Unidos o los de la Uni¨®n Europea es necesaria una orden judicial, pero en China basta una llamada de los agentes de seguridad¡±, a?ade. As¨ª, no es de extra?ar que en 2016 Amnist¨ªa Internacional considerase a WeChat una de las aplicaciones que menos protegen a los usuarios contra los desmanes de las Autoridades.
Pero eso es solo la punta del iceberg. El Gobierno tambi¨¦n accede a conversaciones privadas y las utiliza luego en contra de sus usuarios. Lo confirma la asistente china de una periodista extranjera que tuvo varios encontronazos con la Polic¨ªa. Ella tambi¨¦n fue interrogada. ¡°Ten¨ªan informaci¨®n que solo pod¨ªan haber obtenido leyendo conversaciones de WeChat, y, al final, reconocieron que as¨ª es como la hab¨ªan conseguido. ¡®Nos enteramos de todo¡¯, me dijeron para amedrentarme¡±, cuenta bajo condici¨®n de anonimato. Por si fuese poco, pronto esas conversaciones ya se podr¨¢n utilizar como pruebas en procesos judiciales sin necesidad de ser notariadas.
Curiosamente, ni siquiera borrar los mensajes parece suficiente para estar a salvo. Porque, aunque Tencent asegura que no guarda en sus servidores los chats ni los mensajes de audio de sus usuarios, las autoridades chinas han reconocido que son capaces de recuperar los que ya se han borrado. Seg¨²n la Comisi¨®n de Supervisi¨®n Disciplinaria Municipal de Chaohu, sus especialistas lograron recuperar mensajes de un sospechoso para determinar a qui¨¦n m¨¢s deb¨ªan interrogar en relaci¨®n con un caso de corrupci¨®n. Varios fueron condenados.
El problema es que esta supervisi¨®n de WeChat no parece que se circunscriba ¨²nicamente a contextos delictivos. Todo apunta a que los polic¨ªas de la Red tambi¨¦n monitorizan conversaciones privadas en busca de disidentes pol¨ªticos. Y, a juzgar por varios casos recientes, cualquiera puede ser uno. El diario ¡®online¡¯ de Hong Kong Inkstone habl¨® con cinco usuarios que han visto clausuradas sus cuentas por ¡®extender rumores malintencionados que violan las leyes y regulaciones actuales¡¯, y todos aseguraron que no tienen nada de activistas.
Uno de ellos, apellidado Cao, se limit¨® a preguntar en una conversaci¨®n grupal en la que se comentaba el suceso protagonizado por una joven que ensuci¨® una fotograf¨ªa del presidente chino, Xi Jinping, si se puede lanzar tinta contra una foto de Hitler. Al d¨ªa siguiente, WeChat le cerr¨® la cuenta y no ha encontrado manera de recuperarla.
EL PA?S tambi¨¦n ha hablado con otros dos usuarios chinos que han visto sus cuentas suspendidas, aunque de forma temporal. ¡°Ten¨ªa curiosidad y el 4 de junio -cuando se conmemora la matanza de Tiananmen- envi¨¦ a varios contactos transferencias de 89,64 o 64,89 yuanes por WeChat para ver si era cierto que era imposible hacerlas. Ninguna lleg¨®, pero al d¨ªa siguiente me clausuraron la cuenta y tuve que escribir al servicio t¨¦cnico para que me la desbloqueasen. Tardaron dos semanas y lo pas¨¦ fatal¡±, reconoce una joven de Shangh¨¢i que utiliza la app para casi todo.
Precisamente, el env¨ªo de ese importe, que refleja la fecha de la matanza, fue la forma que los usuarios encontraron para dar esquinazo a los censores y rememorar el tr¨¢gico episodio, cuya informaci¨®n en el ciberespacio chino est¨¢ bloqueada. Pero no dur¨® mucho. Al cabo de pocas horas, WeChat prohibi¨® el env¨ªo de esas cantidades de dinero, muestra de la sofisticaci¨®n que est¨¢n adquiriendo los sistemas de bloqueo de la censura china. No en vano, ya van mucho m¨¢s all¨¢ de la tradicional eliminaci¨®n de palabras clave.
¡°Ha mejorado mucho tambi¨¦n la censura de im¨¢genes, porque muchos las utilizan para criticar al Gobierno¡±, apunta el artista disidente Badiucao, cuyas sarc¨¢sticas vi?etas se utilizan a menudo en WeChat. ¡°Cada vez tardan menos en detectar su significado y borrarlas. As¨ª que hay que echar mano del ingenio y darles la vuelta o a?adir alg¨²n elemento que confunda a los sistemas de inteligencia artificial desarrollados para monitorizar las redes¡±, cuenta desde Australia, donde ha encontrado la libertad suficiente para crear sus obras.
Esos sistemas llegan incluso a impedir el env¨ªo de mensajes con palabras prohibidas entre usuarios que chatean de forma privada. Quien escribe, eso s¨ª, no sabe que su interlocutor no ha recibido el mensaje, porque no aparece ninguna alerta que le avise de ello. Simplemente, el mensaje nunca llega. Por ejemplo, si se utiliza el nombre de Liu Xiaobo, premio Nobel de la Paz encarcelado por China y muerto de c¨¢ncer bajo custodia, el sistema bloquea el env¨ªo de ese mensaje sin advertir de ello. Y, posiblemente, toma nota de qui¨¦n lo ha escrito.
Aunque WeChat es el servicio en el que todo esto se hace m¨¢s obvio, tambi¨¦n hay empresas extranjeras que colaboran con los organismos censores del r¨¦gimen chino. En mayo, LinkedIn, una de las pocas redes sociales occidentales permitidas en China, me notific¨® que un ¡®post¡¯ que hab¨ªa publicado inclu¨ªa contenido prohibido en ese pa¨ªs -menciones de nuevo a Liu Xiaobo y a su mujer, Liu Xia- y que los usuarios registrados all¨ª o con direcci¨®n IP china no lo ver¨ªan.
?Taiwan? No, gracias
Apple, que ya ha establecido sus servidores en China para guardar los datos de los usuarios de su segundo mayor mercado, incluso elimina el ¡®emoji¡¯ de la bandera taiwanesa -una isla cuya soberan¨ªa Pek¨ªn reclama para s¨ª a pesar de que funciona como un estado independiente ¡®de facto¡¯- y en su lugar muestra un cuadrado con una X en su interior cuando lo recibe un usuario que ha adquirido su m¨®vil en China. ¡°La econom¨ªa china es cada vez m¨¢s fuerte y eso est¨¢ permitiendo que el gobierno incremente tambi¨¦n su influencia a nivel global. Nadie se atreve a toserle¡±, se?ala el artista disidente Badiucao.
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