Ni ¡®blockchain¡¯ ni las criptomonedas son lo que eran
Bitcoin naci¨® para cambiar el mundo en la resaca de la crisis financiera internacional. Hoy, las criptomonedas viven una adolescencia complicada, pero muchos siguen creyendo que, de la mano de 'blockchain', transformar¨¢n la econom¨ªa para siempre
El canciller, al borde del segundo plan de rescate para los bancos¡±. Era un titular cualquiera de un d¨ªa cualquiera en el diario The Times. Pero pas¨® a la historia. Satoshi Nakamoto ¡ªel nunca identificado creador de bitcoin¡ª decidi¨® incluir esa frase en el primer bloque de la cadena de transacciones de la moneda digital. El 4 de enero de 2009 bitcoin y blockchain pasaban de la idea al hecho, y lo hac¨ªan con un gui?o a la crisis financiera internacional, cuatro meses despu¨¦s del derrumbe de Lehman Brothers.
Muchos identifican la frase con el mensaje rupturista y democratizador con el que naci¨® bitcoin. ¡°Si el capitalismo se est¨¢ resquebrajando, creemos un nuevo sistema sin intermediarios, sin bancos centrales, con el poder compartido¡±, clamaban los ap¨®stoles, casi ciberpunks, de la nueva moneda digital. Nakamoto era su profeta, el gu¨ªa hacia una tierra prometida de libertad econ¨®mica y democracia donde los bancos ser¨ªan algo tan vetusto y rancio como los se?ores feudales.
Pero casi diez a?os despu¨¦s, bitcoin no es lo que era. La herramienta democr¨¢tica se ha convertido en un arma especulativa, y ya no es la ¨²nica habitante de la cadena de bloques. Blockchain se ha hecho mayor y alberga todo tipo de proyectos, desde ayuda a refugiados hasta pagos a actores porno. Eso s¨ª, las criptomonedas son la especie m¨¢s numerosa en ese nuevo mundo: la cifra var¨ªa todos los d¨ªas, entre nacimientos y defunciones, pero existen m¨¢s de 650 criptomonedas activas. La m¨¢s importante, obviamente bitcoin, est¨¢ muy lejos de ser una moneda de uso corriente. Por no hablar de las restantes. ?C¨®mo es posible? ?A qu¨¦ se debe esta explosi¨®n?
Es como si a mediados de los noventa me dices que c¨®mo es posible que se creen tantas p¨¢ginas de Internet Leif Ferreira, fundador de Bit2me
¡°Es como si a mediados de los noventa me dices que c¨®mo es posible que se creen tantas p¨¢ginas de Internet. Estamos ante una explosi¨®n de creatividad, y detr¨¢s de cada criptomoneda hay ideas incre¨ªbles, algunas tonter¨ªas y hasta estafas. Pero faltan criptomonedas por nacer, esto va a ser un no parar¡±. Quien no quiera caldo va a tomar dos criptotazas, viene a decir Leif Ferreira, fundador de Bit2me, un portal que desde 2015 se dedica a la compraventa de bitcoins y que ahora ha diversificado con otras criptomonedas. En la misma l¨ªnea reflexiona ?lex Casas, experto en blockchain y promotor de Shelpin, un proyecto empresarial basado en esa tecnolog¨ªa: ¡°Quitando casos peculiares y estafas, detr¨¢s de cada criptomoneda hay un proyecto empresarial. Fracasar¨¢n muchas, pero tendr¨¢n un ¨ªndice de supervivencia similar al de las startups tecnol¨®gicas¡±.
Casas y Ferreira son dos convencidos de blockchain y las criptomonedas, lo que no impide que adviertan peligros: ¡°A largo plazo, esto va a ir a m¨¢s¡±, dice Ferreira. ¡°Esto son apuestas, no inversiones¡±, asegura Casas, que lamenta la deriva especulativa y las guerras de poder en la comunidad de las criptomonedas, como las que provocaron las escisiones de bitcoin y ethereum, las dos con m¨¢s valor econ¨®mico: ¡°Una ideolog¨ªa que defend¨ªa hacer las cosas de otra manera con una nueva tecnolog¨ªa ha ca¨ªdo en los mismos hoyos de siempre. Blockchain cambiar¨¢ muchas cosas, pero no la naturaleza humana¡±.
Escuchando a August Corrons, profesor de Econom¨ªa y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en monedas sociales y complementarias, tambi¨¦n resuena un lamento de oportunidad perdida: ¡°El esp¨ªritu de blockchain es la descentralizaci¨®n y la gobernanza democr¨¢tica, pero la especulaci¨®n con las criptomonedas lo ha pervertido todo, y con una volatilidad tan grande no sirven como medio de cambio¡±.
El profesor de la UOC tambi¨¦n pone el acento en c¨®mo bancos y Estados ya intentan liderar la investigaci¨®n en blockchain y regular las criptomonedas, sin hipot¨¦ticas cesiones de control a terceros. La utop¨ªa se ha transformado en un negocio que hay que embridar, una fuerza de reacciones imprevistas y bruscas, como un adolescente en plena explosi¨®n de hormonas. La madurez de las criptomonedas puede ser esplendorosa o un desastre: lo ¨²nico que est¨¢ claro es que no se parecer¨¢ nada a estos a?os tan desordenados.
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